Juan José De Vértiz Salcedo

Juan José de Vértiz y Salcedo fue un militar, conquistador y burócrata colonial nacido en el Virreinato de Nueva España1​ que ejerció el cargo de último gobernador de Buenos Aires desde 1770 hasta que fuera creado el nuevo virreinato rioplatense en 1776 y en el cual sería nombrado como nuevo virrey del Río de la Plata entre 1778 y 1784, siendo el único nacido en América que ejerció dicho cargo.
Juan José de  Vértiz Salcedo
Juan José De Vértiz Salcedo

Biografía

Origen familiar y primeros años

Juan José de Vértiz y Salcedo había nacido en el año 1719 en la ciudad de Mérida de la Capitanía General de Yucatán que formaba parte del Virreinato de Nueva España y a su vez, del Imperio español, por lo cual era un criollo, hijo del navarro Juan José de Vértiz y Hontañón quien fuera gobernador del Yucatán y un importante político peninsular, y de María Ana de Salcedo.

Estudió en España y se formó como militar, y de esta forma intervino en varias campaña españolas, como las de Italia y de Francia. También militaría en el Imperio ruso y había llegado a ser comendador de la Orden de Calatrava antes de ser enviado al Río de la Plata.

Gobernador de Buenos Aires

Vértiz y Salcedo desempeñó el cargo de último gobernador interino de Buenos Aires desde el 4 de septiembre de 1770 y confirmado en 1771 todo bajo la administración del Virreinato del Perú, hasta que fuera creado el nuevo Virreinato del Río de la Plata el 1 de agosto de 1776.

Tuvo como prioridad el echar a los portugueses de la Banda Oriental, en donde tenían fundada Colonia de Sacramento. Creó un impuesto municipal de guerra para poder afrontar los gastos de las milicias que defendían a las poblaciones de los malones aborígenes. También fundó el Real Colegio de San Carlos, el 10 de febrero de 1772, y la Casa de Recogidas, además de establecer el alumbrado urbano.

Segundo virrey del Río de la Plata

Asumió el cargo de virrey el 26 de junio de 1778, Sus reformas y logros, en general como resultado de la política real, desarrollaron la economía y la cultura de toda la región al tiempo que expandieron sus fronteras defensivas, iniciando la colonización de tierras no habitadas, incrementando la efectividad del gobierno y mejorando la calidad de vida; durante su mandato, finalizó los arreglos para restablecer la Real Audiencia en Buenos Aires.

Estableció intendencias en todo el Virreinato; fortaleció la economía liberando el mercado y regulando las condiciones laborales; intentó agrupar a los artesanos especializados en gremios; estimuló la tradicionalmente importante industria minera (en especial en el Alto Perú); fomentó nuevas industrias del salado de carnes; procuró el desarrollo de la agricultura, en especial del cultivo comercia1 del índigo y del lino para los cuales había un creciente mercado lucrativo europeo; se interesó por la transformación de la ciudad de Buenos Aires en una verdadera capital virreinal; limpió la ciudad, mejoró el suministro de agua, instaló alumbrado en las calles, construyó una alameda a lo largo del río, y estableció una plaza de toros en El Retiro.

Hizo levantar un censo de la ciudad y de la provincia que reveló una población de 37.679 habitantes; tomó provisiones respecto a los vagabundos, los huérfanos, las mujeres desamparadas o de mala vida, los mendigos, etc.; restableció la Hermandad de Caridad (precursora de la posterior Sociedad de Beneficencia); creó el Protomedicato para regular el ejercicio de la medicina y para asegurar el porvenir de la salud pública y de la preparación de médicos; su disposición ordenada de la riqueza dejada por los jesuitas (expulsados en 1767) ayudó a financiar muchos de estos esfuerzos.

Vértiz y Salcedo fue, en muchos aspectos, el primer gobernador real que demostró interés en la vida cultural de la comunidad; estableció el primer teatro en Buenos Aires, la Ranchería (1771); abrió el real Colegio de San Carlos y quiso establecer una universidad (no la hubo en Buenos Aires hasta después de la independencia); trajo la imprenta jesuita de Córdoba a Buenos Aires y la instaló en la Casa de los Niños Expósitos, proporcionando a Buenos Aires su primera imprenta; para la creación de todas estas nuevas instituciones, Vértiz y Salcedo eligió a criollos calificados (tal vez porque él mismo era americano) para ocupar los nuevos puestos, junto con los españoles recién llegados. 

Su obra se extendió a todo el virreinato; se reforzaron los fuertes en Montevideo; la frontera india en Buenos Aires fue adelantada y mantenida por nuevos poblados fortificados que más tarde se convirtieron en ciudades como Chascomús, Monte, Rojas, Ranchos, Navarro; cumpliendo con las órdenes reales de que la Patagonia debía ser explorada y defendida de posibles intrusos europeos, el virrey envió varias expediciones a las órdenes de Juan de la Piedra; Andrés y Francisco Viedma, y Basilio Villarino que exploraron la costa hasta San Julián, el río Negro y el río Colorado, y establecieron poblados como el de San José y Carmen de Patagones; en el norte, Jerónimo Matorras condujo la expedición al Chaco y la navegación se abrió en el Bermejo hasta Salta.

Vértiz y Salcedo reunió y equipó un ejército de dos mil hombres para ayudar a sofocar la insurrección de Tupac Amaru II en los altos Andes de Pertí y Bolivia (parte del Virreinato del Río de la Plata); el envío del capitán Tomás Rocamora (1783) a la casi inhabitada región entre los ríos Paraná y Uruguay para establecer poblados, en lo que hoy es la provincia de Entre Ríos, tuvo consecuencias importantes para la Argentina.

Fundó las ciudades de Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay; en 1783 el virrey pidió ser transferido a España, y su sucesor, Nicolás del Campo, marqués de Loreto, se hizo cargo; eximido, debido a su excelente desempeño, de la habitual residencia, o revisión judicial, de su mandato.

Entregó su gobierno a su sucesor en 1784 y regresó a España donde murió luego de varios años. 

En 1784 pidió regresar a España, y una vez autorizado dejó el virreinato, entregándoselo al nuevo virrey Nicolás del Campo.

Murió en Madrid, España, en el año 1799.