Juan Díaz de Solís (1470-1536)
   

Descubridor del Río de la Plata y primer europeo en divisar nuestras tierras.

Juan Díaz de Solís nace en Lebrijo, Sevilla, ciudad española, en 1470.

Tras servir como piloto en la Casa de Indias de Portugal, en 1508 fue nombrado Jefe Marítimo de la expedición española que, junto a Vicente Yáñez Pinzón, recorrió la costa de Honduras enfilando hacia el norte, donde descubren Yucatán, regresando a España en agosto de 1509, sin encontrar el paso hacia las Indias Orientales que tanto ansiaba la corona española. Según Julio Verne realizo otro viaje con Vicente Yáñez Pinzón navegando al sur de la línea equinoccial, avanzando hasta el grado 40 de latitud meridional (o sur).

Tras la muerte de Americo Vespucci en 1512, Solís es nombrado piloto mayor de la Casa de Contratación de Castilla. Se vio frustrado en dos ocasiones, en que quiso realizar una expedición hacia América.

Finalmente el rey Fernando lo convoca para capitular el descubrimiento de "lo que esta a espaldas de Castilla de Oro (actual Colombia) y de allí en adelante". O sea un paso al Mar del Sur, (Océano Pacífico) descubierto por Vasco Núñez de Balboa cruzando el istmo de Panamá en 1513.

La expedición parte el 8 de octubre de 1515 de Sanlúcar de Barrameda con 3 navíos tripulados por 60 personas, secretamente como si fuera una expedición privada, para no despertar sospechas en la corona portuguesa y que estos les ganaran de mano. La expedición paso por las Islas canarias (frente a las costas de África) y en el cabo de San Agustín, en tierras del Brasil, y de allí en adelante se internaban en lo desconocido.

El 20 de enero de 1536 las naves entraron en el majestuoso estuario de aguas amarronadas que Solís llamo "Mar Dulce", y luego seria llamado río de Solís quedándole el nombre de Río de la Plata. Al ver en la orilla oriental (Uruguay) un puerto adecuado que parecía señalado por un promontorio, bajaron y tomaron posesión del lugar plantando una cruz y bautizaldolo "Puerto de la Candelaria". Era el mismo sitio que seria elegido para fundar, en 1724, la actual ciudad de Montevideo. Volvieron a embarcar y fondearon en una isla para dar sepultura al despensero, Martín García, que acababa de morir. Luego navegaron costeando la rivera norte, observando gente que con mucha atención estaba mirando pasar el navío, y con señas ofrecían lo que tenían, poniéndolo en el suelo. Solís decidió bajar a tierra, acompañado de algunos tripulantes. El resto de los compañeros, que habían quedado en la naves, presenció sin poder hacer nada como los indios charrúas se abalanzaban y masacraban a Juan Díaz de Solís y su comitiva excepto al grumete que logro sobrevivir.

En el viaje de vuelta a España, una de las naves naufraga en el golfo de Santa Catalina (Brasil) donde quedan 18 marineros abandonados en la costa. Varios de ellos integrarían, como interpretes o guías las expediciones de Diego García y Sebastián Caboto en 1526. Otros, como Alejo García en 1525, realizarían expediciones por su cuenta.

Experto piloto, Solís realizaba cartas marítimas, señalando las costas exploradas con mucho detalle. El río descubierto por su expedición motivaría muchas expediciones posteriores.

   

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