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Nació en La Rioja y murió
en Barranca Yaco asesinado, el 16 de febrero de 1835.
Acusado de bárbaro por Sarmiento, conocido por el nombre de "Tigre
de los Llanos", Quiroga jugó un papel prominente en la vida política
de la Argentina (1818-1835).
Combatió contra la constitución centralista de Rivadavia, pero fue
derrotado por los efectivos de éste, bajo el mando de Lamadrid. Sin
embargo, por el año 1828, Quiroga controlaba las provincias norteñas
desde Catamarca hasta Mendoza.
Se unió con otros caudillos bajo la firme determinación de establecer
el federalismo, especialmente después de la ejecución de Manuel
Dorrego (diciembre de 1828), de destruir las fuerzas unitarias
comandadas por Lavalle, ahora gobernador de Buenos Aires.
Quiroga sufrió la derrota de manos del general unitario Paz, en La
Tablada, el 23 de junio de 1829, y en Oncativo, el 25 de febrero de
1830.
Impedido transitoriamente de regresar, Quiroga vio el modo de pasar
furtivamente a Cuyo en 1831 dirigiéndose rápidamente a Tucumán para
hacer frente a las fuerzas unitarias que se hallaban bajo el mando de
Lamadrid, desde que el general Paz inesperadamente había sido hecho
prisionero en El Tío. |
La batalla librada en La
Ciudadela (famosa fortaleza de Tucumán) el 4 de noviembre de 1831,
concluyó con la victoria de Quiroga y puso término a la guerra civil,
pues Rosas había vencido simultáneamente a Lavalle en Buenos Aires.
Al trasladarse a Buenos Aires, Quiroga dedicó el resto de su vida a
intentos (solo o con otros federales) de convocar un congreso
constituyente para formar la estructura orgánica de una república
federal.
Rosas se opuso enérgicamente a tal designio, arguyendo que una
organización formal de esa naturaleza era prematura e insensata hasta
tanto las provincias no hubieran creado sus estructuras políticas
individuales y una saludable vida institucional, citando el ejemplo de
los Estados Unidos, que no admitía que un territorio tomase plena
participación en la vida política nacional hasta haber formado su
propio gobierno. Las discusiones se interrumpieron en 1834 mientras
Quiroga era enviado en una misión pacificadora en la esperanza de que
el poder y prestigio de que gozaba en el norte le permitirían impedir
la guerra civil que se cernía amenazante entre los gobernadores de
Tucumán (Felipe Heredia) y Salta (Pablo Latorre).
Cumplida su misión con éxito y regresando a Buenos Aires, desdeñó
obstinadamente las advertencias sobre conspiración en Córdoba, fue
sorprendido y asesinado por efectivos al mando de Santos Pérez en
Barranca Yaco, el 16 de febrero de 1835.
La azorada opinión pública dividió las inculpaciones del crimen entre
Rosas, López y los hermanos Reinafé, pero José Vicente Reinafé,
gobernador de Córdoba, su hermano, Santos Pérez y otros fueron
convictos de la conspiración y ejecutados (1836).
La muerte de Quiroga dejó a Rosas como única autoridad subsistente. |