Lino Enea Spilimbergo (1896-1968)
 

Lino Enea Spilimbergo (1896-1964). Después de recibirse en la Academia Nacional de Bellas Artes en 1917, Lino Enea Spilimbergo se afinca en la ciudad de San Juan, en el Noroeste argentino, donde hace su primera muestra en 1921. Obtiene, el año siguiente, 1922, el Premio de Grabado del XI Salón Nacional; y más tarde, en 1925, viaja a Europa. Luego de recorrer ciudades de Alemania y de Italia, recala en París y allí toma clases con André Lhote, que infunde en él las orientaciones derivadas del Cubismo. Vuelve a nuestro país en 1929, y se consagra desde entonces a la elaboración de una obra de alto poder creativo y a la enseñanza. Organiza y dirige el Instituto Superior de Arte de la Universidad Nacional de Tucumán (1948-52).

Dibujante excepcional, Spilimbergo se acercó al Arte político, aunque fue siempre un pintor independiente, salvo del destino de su país y de sus conciudadanos. Uno de los descubrimientos de Lino Enea Spilimbergo, durante su paso por Italia, fue el de la Escuela Veneciana del siglo XV; pero también incidirán en su pintura las enseñanzas cubistas impartidas por Lhote y el arte metafísico de Giorgio de Chirico (1910-20), que los surrealistas consideraron como un claro antecedente de sus teorías. La serie de las Terrazas (1930-34), a la cual pertenece la obra de Spilimbergo, tiene afinidades con los inmóviles y enigmáticos paisajes urbanos de Chirico, aunque, sin duda, la clave es distinta. Más que adentrarse en interna en el espacio humano del misterio, Spilimbergo se interna en el misterio del espacio pictórico: de ahí la yuxtaposición de planos, la figuración entrecortada, el recurso de la geometría y la tendencia arquitectónica de la composición.

Cuando de temática social se trata trabaja óleos con figuras monumentales que evocan la estética del mural. Cuando estos temas pasan al grabado la mirada se agudiza creando notables síntesis lineales como en la serie de los políticos, por ejemplo. Lo metafísico y lo surreal también forman parte de su capital plástico: el óleo La Planchadora (1936) y los grabados que ilustran el texto de Oliverio Girondo Interlunio (1937) dan cuenta de esto.

El muralismo no sólo es una evocación poética en la obra de Spilimbergo, también es una concreción. Realizó junto al muralista Mexicano David Alfaro Siqueiros y a los argentinos Berni y Lozano el mural Ejército Plástico (1933) en la quinta del director del diario Crítica Natalio Botana; junto a Castagnino, Berni y Urruchúa pintó el conjunto mural de las Galerías Pacífico (1946).

La actividad docente formó también parte de su vida. Los años cuarenta lo encuentran desarrollando una notable experiencia de enseñanza que acabará con la organización y dirección del Taller de Pintura del Instituto Superior de Artes de la Universidad de Tucumán (1948). Se jubiló en 1952, sin embargo no abandonó nunca su actividad como artista plástico. Continuó produciendo y participando en exposiciones nacionales e internacionales, entre estas últimas: la Bienal de Venecia, Pintura Argentina en Nueva York, Helsinki, Brasil, Montevideo, y China.

Muere en Unquillo, Córdoba, el 16 de marzo de 1964. Poseen obra suya museos nacionales y extranjeros así como importantes coleccionistas de arte argentino y latinoamericano.

 

 

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