El 27 de abril de 1857, con la puesta de “La Traviata”, se inaugura el Teatro Colón, frente a la Plaza de Mayo, en la esquina sudoeste de la manzana comprendida entre Rivadavia, Reconquista, Bartolomé Mitre y 25 de Mayo. 

Los planos fueron confeccionados por el ingeniero Carlos E. Pellegrini (padre del futuro presidente de la República). Su capacidad estaba calculada para 2.500 personas.  

El escenario, el más amplio que se construyera hasta esa fecha, estaba dotado de todos los elementos necesarios para los grandes efectos escenográficos. En la construcción del primitivo Colón se utilizaron por primera vez en el país tirantes y armazones de hierro. Además, se utilizó alumbrado a gas para alimentar la multitud de candelabros  y la araña central de 450 luces.Desde su inauguración, las temporadas incluían las compañías más afamadas y los artistas de renombre: Enrico Tamberlick, Giuseppe Cima, Sofía Vera-Lorini, Giuseppina Medori, Federico Nicolao, Julián Gayarre, Adelina Patti, Francesco Tamagno, y otros artistas que también se presentaban en el Teatro de Opera.  Junto a un público entusiasta se fue creando una sólida tradición operística que permanece hasta nuestros días

El terreno donde está actualmente el Teatro Colón fue la Estación del Parque del primer ferrocarril argentino. En 1853 Manuel José Guerrico, Norberto de la Riestra, Mariano Miró y Felipe Llavallol, a quienes luego se unieron otros, constituyeron la Sociedad del Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste y lograron la concesión y la construcción de las vías y la estación en este terreno. La compañía adquirió en Inglaterra una locomotora que había sido usada en la guerra de Crimea y se la llamó La Porteña. La línea quedó inaugurada en 1857 y llegaba hasta el barrio de Floresta. Funcionó regularmente hasta 1882, cuando debió ser trasladada la estación. La Porteña se encuentra expuesta en el Museo de Luján. En este terreno hoy se levanta el Teatro Colón.

Su emplazamiento original era en Plaza de Mayo, en el actual sitio del Banco Nación La Municipalidad debía construir un nuevo teatro con mayor capacidad. En 1889 fue aceptada propuesta del empresario Ferrari con un proyecto de Francisco Tamburini. Debía ser inaugurado e 12 de octubre de 1892 para conmemorar el 4 Centenario del Descubrimiento de América, pero sucesivas dificultades hicieron que la obra tardara 18 años en concluirse.

El tratamiento arquitectónico del edificio se inspirado  en el renacimiento francés. Durante la construcción falleció el Ingeniero Tamburini; siguió el Arq. Víctor Meano, quien falleció en 1904. La obra fue concluida en 1907 por el Arq. Julio Dormal, completándose detalles en años posteriores. Tiene capacidad para 2.490 espectadores y, para grandes eventos, ha llegado a 4.000, con algunas personas de a pie.

El acceso se encuentra sobre la calle Libertad y está enmarcado por una imponente y exquisita marquesina de hierro; por aquí se accede a la platea, el palco oficial y los palcos bajos. Para cazuela y tertulia el acceso está por la calle lateral Toscanini. A galería y paraíso, por la calle Tucumán.

Es de grandes dimensiones y está trabajado en estuco, con textura de mármol boticcino; forman intercolumnio de capiteles jónicos y corintios, que unifican dos pisos y en el primero forma arcos con importantes detalles en bronce. La cúpula integra parte de un grupo de vitreaux de la Casa Gaudin de Paris, con gran transparencia y bellos colores.

Escalera

La escalera, está construida en mármol de Carrara, mármol de Verona y Rosado de Portugal. Es un importante trabajo ejecutado por el escultor Chapasco.

A los costados están el Museo de Historia del Teatro Colón con documentos, objetos y trajes y el Museo de Instrumentos Antiguos. También la Biblioteca Pública, donde podrá consultar un rico material sobre historia operística y del teatro. Completan el ámbito importantes esculturas firmadas en París en 1913 y 1914.

Por la escalera principal se accede al foyer que lleva a la platea y los palcos bajos. Llegando al 1er piso está el Salón de los Bustos.

Es un trabajo del escultor Chapasco, donde en la parte superior de cada puerta se encuentra el busto de un músico famoso; tiene detalles en oro laminado. Rodeando el hall principal se encuentra el Salón Dorado.

El Salón Dorado es de amplias dimensiones; deslumbra por la riqueza de su decoración, con detalles en oro. Es una ambientación principesca, con muebles franceses y varias arañas en bronce que pesan media tonelada cada una. Fue ejecutado por el escultor Trinquero. Actualmente, estos salones cumplen la función de Difusión Cultural, donde se celebran conferencias, conciertos o disertaciones acerca de la próxima puesta en escena del teatro.

Escenario

Es  de más de 35 m de ancho y 34 de profundidad, con piso de pino de Canadá desmontable, fue instalado en 1931; es giratorio, con un diámetro de 20 m, accionamiento eléctrico y cortina de seguridad.

En el sistema de iluminación del fondo de la sala, la mayor parte de los artefactos son motorizados, computarizados, en tres niveles de posición.

En el escenario, distribuidos en diferentes posiciones también hay artefactos motorizados y computarizados y automatizados. El control principal está compuesto por una mesa computarizada de estados luminosos, sistemas de memoria principal, secundaria y de video para salida de teleimpresora. También existe una mesa computarizada de control de salida de circuitos y sistema de memoria magnética.

Consola Electrónica

Es de origen belga, es un sofisticado comando electrónico que se encuentra en el primer palco avant‑scéne de la izquierda, con un sistema lumínico considerado entre los más importantes del mundo, comandada a control remoto con memoria computada.

Foso de la Orquesta

Con una capacidad para 120 músicos, tiene 5 ascensores que lo elevan al nivel del escenario para los grandes conciertos sinfónicos.

Este es un Teatro de espectáculos y, a la vez, es escuela y taller. Allí se encuentra el Instituto Superior de Arte y se dictan las carreras de danza, canto y caracterización. Las salas también se alquilan a organizaciones musicales privadas.

En la Sala Rotonda se realizan los ensayos del cuerpo de baile y, en tres subsuelos debajo de la calle Toscaníní y la Av. 9 de Julio, se encuentran los Talleres de escultura, peluquería, sastrería, zapatería y escenografía. Aquí se confeccionan todos los adornos de los trajes, pelucas, máscaras, tocados y sombreros. Los cuerpos artísticos están compuestos por la Orquesta estable, de 98 ejecutantes; la Orquesta Filarmónica, con 103 músicos; el Coro Estable, con un centenar de voces, y el Cuerpo de Baile, denominado Ballet del Teatro Colón, con 90 personas..

En la función inaugural se montó Aída, de Giusseppe Verdi. Arturo Toscanini fue la atracción principal de la temporada 1912. También se presentaron los ballets rusos de Serge Diaghilev, con Vaslav Nijinsky y Thamar Karsavina. Se destacaron en 1915 las actuaciones de Enrico Caruso y la velada donde él y Titta Ruffo cantaron I' Pagliacci.

En 1920 hubo conciertos dirigidos por Richard Strauss y por Arthur Níkísch en 1921. Entre 1925 y 1931, la Comisión presidida por el Arq. Martín Noel creó los cuerpos estables, orquesta, coro y cuerpo de baile con la dirección de Adof Bolm. Entre 1930 y 1950 se municipalizó el Teatro, con una temporada completísima de cuadros líricos, en alemán, francés e italiano. La gran atracción fue la primera actuación de Lily Pons, una de las cantantes más notables del siglo. Michael Fokin vino para montar personalmente una serie de ballets. Se presentaron conciertos dirigidos por Igor Stravinsky, un ciclo integral de obra pianística de Chopin por Alexander Brailowsky, el estreno de Cyrano de Bergerac de Alfano, recitales de Pablo Casáis y conciertos dirigidos por Eric Kleiber.

Manuel de Falla dio una serie de conciertos en 1939. En 1940 vuelve Arturo Toscanini como director de la Orquesta de la National Broadcasting Corporation de Nueva York. En 1948 se presentan María Callas, los Niños Cantores de Viena, Marisa Regules, Friedrich Gulda y Herbert Von Karajan. Más tarde lo hacen Maurice Béjart, Ballet Real de los Países Bajos, Margot Fontayne, Maia Plissetskaya y Rudolf Nureyev