Fundación de Buenos Aires

Antes de partir de San Gabriel, Mendoza envió a varios hombres que habían estado con Gaboto y éstos informaron sobre el lugar más apropiado de la costa por lo sano y el buen puerto natural que tenía.

El puerto de la nueva ciudad era el brazo norte del Riachuelo, entonces de mayor calado, pues luego se rellenó por el aporte fluvial. Es decir, la ciudad se fundó a la altura de lo que hoy es la calle Humberto 1º. No quedaron actas de la fundación, y probablemente desaparecieron con la destrucción ulterior del poblado.


Fundación de Buenos Aires.

El 22 de enero de 1536 se halló Pedro de Mendoza con su armada en San Gabriel; Gonzalo de Acosta partió al Brasil en busca de víveres el 3 de marzo. Entre esas dos fechas tuvo lugar la fundación de Buenos Aires. Enrique de Gandía, que investigó ese período, opina que la fecha debió ser el 3 de febrero y el nombre que se dio a la nueva población fue un homenaje a Nuestra Señora del Buen Ayre, la virgen sarda del santuario de Cagliari, patrona de los navegantes. 

El lugar de la fundación pudo ser la parte alta que existía a pocos centenares de metros del actual parque Lezama; en los tiempos coloniales se llamó a ese lugar Altos de San Pedro y estaba a la orilla derecha del zanjón de Granados, sin embargo, basándose en frases de Schmidl, opinan algunos historiadores que fue cuatro leguas más adentro, en algún punto a esa distancia y cerca del Riachuelo.

Primera fundacion de Buenos Aires

Fortificacion de Buenos Aires en un grabado de Ulrico Schmidl del siglo XV

Las Privaciones

La permanencia en Buenos Aires de un número tan importante de personas fue todo un rosario de privaciones y de calamidades; faltaban los víveres necesarios; había en los alrededores caza y pesca, pero en general se vivía de lo que proporcionaban los indios. 

No existía en la región un imperio organizado, como en México, en Colombia, en Perú, sino solamente tribus nómades, sin residencia fija y en un nivel de cultura inferior, aunque suficientemente evolucionadas como para reaccionar contra los malos tratos y los abusos de que eran objeto por parte de los recién llegados. 

Los indios comenzaron a alejarse y se rebelaron en son de lucha y cuando Juan Pavón y otros conquistadores fueron a pedirles abastecimientos, mataron a ocho o diez españoles y se escondieron. 

Partió entonces Gonzalo de Acosta y una veintena de hombres a buscar subsistencias en las islas del Delta, pero no tardaron en regresar maltrechos y con las manos vacías. El 3 de marzo partió Gonzalo de Acosta con Gonzalo de Mendoza hacia las costas del Brasil en procura de subsistencias, y entretanto, se preparó otra expedición de unos 200 hombres a las islas del Delta, de donde regresó en el mes de mayo la mitad, pues los otros habían sido muertos; los sobrevivientes volvían heridos y desalentados.