Virrey Joaquín del Pino

Virrey Joaquin del Pino

Era originario de Baena, provincia de Córdoba, España, donde nació en 1729. Cursó estudios de ingeniería y llegó al Río de la Plata en 1771 como comandante de ingenieros; fue designado después de la muerte de Viana gobernador de Montevideo; fundó varios pueblos en la Banda Oriental; en 1789 fue designado capitán general de la intendencia de Charcas; fue presidente de la Real Audiencia de Chile desde 1799 a 1801 y desde allí pasó a desempeñarse como virrey del Río de la Plata, cargo en el que se mantuvo hasta su muerte en abril de 1804.

Prosiguió las tareas del empedrado de las calles de Buenos Aires y dio término a la nueva plaza de toros del Retiro que se había comenzado en el período del virrey Avilés. También se inició por disposición suya la construcción de un teatro estable y sólido para reanudar los espectáculos que habían sido suspendidos desde el incendio de la Ranchería en tiempos del virrey Vértiz.

Puso empeño en ordenar el abastecimiento de la población, hizo fijar públicamente los precios de las carnes y de otros productos y estableció como único mercado la Plaza Mayor, para combatir mejor los monopolios y las altas especulaciones.

Vigiló la moralidad de los empleados públicos y descubrió complicidades e intervención de los mismos en el comercio de contrabando. Prohibió el comercio de negros y de cueros en buques extranjeros, lo que no le impidió autorizar a una fragata inglesa que dejase en Buenos Aires un cargamento de negros y llevase cueros, franquicia que concedió también a un barco norteamericano.

Envió azogue a Potosí para el fomento de la extracción de plata de sus minas y ayudó en los trabajos mineros de la intendencia de Salta, de la región de la Puna y otros. Remitió a España lana de vicuña y de alpaca y en su período adquirió incremento la construcción de barcos en Corrientes y Asunción.

En el orden interno, se esmeró por controlar la entrada de extranjeros, sobre todo ingleses, pues se había divulgado que trataban de alentar las ideas de independencia, en unión con algunos criollos que habían vivido en Londres y en otras ciudades europeas; suprimió la Junta de temporalidades que administraba los bienes de los jesuitas e hizo importantes remesas de dinero a España. En su tiempo se hicieron esfuerzos para la radicación de pobladores en Puerto Deseado.

Los cursos del Protomedicato comenzaron a funcionar y prometían dar al país un contingente de profesionales del arte de curar. Algunos naturalistas hicieron en su tiempo investigaciones en el virreinato y fueron enviadas a Madrid colecciones de fósiles para su estudio. Una hija del virrey del Pino, Juanita, se casó con Bernardino Rivadavia.