Antecedentes

El Estado de Buenos Aires ocupaba, en término de poder ejercido real, una superficie muy inferior a la actual provincia, pero sus reclamos territoriales incluían extensiones de tierras hacia el sur en parte controladas por mapuches y tehuelches, llegando su reclamo territorial hasta la cordillera de los Andes, el sur de la Provincia de Mendoza, la Patagonia argentina y las islas Malvinas.

Antecedentes

La revolución del 11 de septiembre de 1852 tomó el poder, excluyendo a los partidarios y representantes del general Urquiza; éste se negó a aplastarla, por considerar que gozaba de apoyo popular. Sólo después de que perdiera la posibilidad de derrotarlos, Urquiza supo que el Estado de Buenos Aires declaraba no reconocer ninguna autoridad nacional exterior a sí misma.

El Sitio de Buenos Aires

Una serie de desacuerdos entre los líderes de la revolución del 11 de septiembre llevó a la oposición a uno de los comandantes militares de la campaña, coronel Hilario Lagos, el cual se pronunció en la Guardia de Luján, actual Mercedes el 1 de diciembre contra el gobierno provincial, apoyado por otros jefes de milicias de campaña, como el propio general Flores y los coroneles Ramón Bustos, Cayetano Laprida y Jerónimo Costa. Pronto fueron seguidos por las tropas de casi todo el interior de la provincia, que nunca habían abjurado del todo de su pasado de apoyo incondicional a Rosas. Las principales reivindicaciones de los revolucionarios eran dos la primera era la renuncia de Alsina y su reemplazo por el general Flores, la reincorporación a la Confederación y la participación de la provincia en el Congreso Constituyente. A los pocos días, las tropas del interior atacaron la ciudad de Buenos Aires, y estuvieron cerca de controlarla. Pero la rápida reacción de sus defensores permitió evitar la toma de la capital. No obstante, las tropas urbanas no podían vencer a las tropas atacantes fuera de la ciudad, ya que la superioridad numérica y de caballería de las mismas era abrumadora.

Hilario Lagos

En noviembre de 1852, Valentín Alsina que había asumido el 30 de octubre la gobernación de Buenos Aires en reemplazo de Manuel Guillermo Pinto preparó una expedición al litoral encabezada por los generales Manuel Hornos y Juan Madariaga.​ Ante el fracaso de la ofensiva de Hornos y Madariaga, Hilario  Lagos se puso de acuerdo con otros antiguos jefes federales, y el 1 de diciembre de 1852 inició la revolución contra el gobierno porteño con casi todas las fuerzas de campaña. Atacó a los pocos días la capital, pero fue rechazado por la reacción de Bartolomé Mitre. Entonces puso sitio a la ciudad, controlando incluso varios barrios porteños.

La contrarrevolución de diciembre de ese año, dirigida por el coronel Hilario Lagos, convenció a Urquiza de intentar nuevamente la reunificación del país por la fuerza, máxime cuando el ejército porteño fue derrotado en la batalla de San Gregorio y Lagos impuso un sitio a la ciudad de Buenos Aires. No obstante la presencia de tropas de Urquiza entre los sitiadores y el bloqueo naval de la ciudad, la superioridad financiera y económica del gobierno porteño obligó a Lagos y Urquiza a levantar el sitio a mediados del año siguiente.

Las tropas de Lagos rodearon con un cerco militar la ciudad y, en menos de una semana, le impusieron un verdadero sitio. La ciudad sólo podía ser abastecida por el Río de la Plata. Las fuerzas de Lagos controlaban, incluso, varios barrios porteños.