La Guardia Nacional

La Guardia Nacional fue creada por un Decreto del 3 de marzo de 1852 por el gobernador de Buenos Aires, Vicente López con el fin de sustituír a las milicias rosistas, cuerpo que fue desarticulado después de la caída de Rosas en la batalla de Caseros. 

Se la puso a cargo del coronel Manuel Rojas y fue destinada especialmente a la frontera. En 1865, luego de la ocupacion de Corrientes y declarada la guerra con el Paraguay, una gran indignación sacudió a la ciudadanía argentina, enardecida por el incalificable atropello cometido por el Presidente Solano López. 

De inmediato, desde todo el país, jóvenes entusiastas acudieron al llamado del Presidente Mitre y se incorporaron a la Guardia Nacional. Durante la contienda, sufrieron cinco espantosos años, dando prueba de increíble arrojo y entereza cuyo recuerdo tiende hoy día a olvidarse o incluso a desmerecerse. 

La Guardia Nacional estaba formada por jóvenes voluntarios de Buenos Aires y otras ciudades del interior. En la guerra de Paraguay sufrió cinco espantosos años de contienda, dando prueba de increíble arrojo y entereza.

Dice el historiador rosarino Miguel Angel de Marco:

«La Guardia Nacional fue a la guerra con el Paraguay llevada por un elevado sentido del deber, obedeciendo a la imperiosa convocatoria del gobierno argentino. Formaron en sus filas liberales, federales, porteños y provincianos, partidarios y opositores del presidente Mitre, que acudieron al llamado sin pensar en otra cosa que servir a la Patria. A ellos queremos evocar en sus hazañas, sin considerar los aspectos políticos de esa guerra. Podrá pensarse en las más diversas formas con respecto a su gestación y resultados, pero de ningún modo puede retacearse el homenaje a quienes, soldados del deber, todo lo sacrificaron en el altar de la Patria».

El ambiente entusiasta con que respondió la juventud porteña ante el atropello de Paraguay puede verse en El Bonaerense del domingo 30 de abril de 1865:

«Grande es el entusiasmo que surge en toda la República. Se clausura la Universidad y la mayor parte de los estudiantes marchan a campaña, ya en la Legión, cuya formación está ordenada, ya en los cuerpos de la Guardia Nacional... Don Leandro N. Alem, este joven redactor de El Bonaerense, deja la redacción de este periódico. Habiéndose presentado voluntario, marcha en calidad de secretario del general Hornos. Este valiente parte hoy a las siete de la mañana, acompañado por numerosa oficialidad...».





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