Invasión paraguaya en Corrientes

No hizo caso Francisco Solano López del rechazo de su petición para cruzar por la provincia de Corrientes rumbo a Rio Grande y a la República Oriental. En la zona en litigio, al sur del Paraná, en el noroeste de Corrientes, acumuló efectivos militares considerables, lo mismo que en la otra orilla.

Mitre pide explicaciones a López

En la nota en que Mitre negaba el paso de las tropas paraguayas por Corrientes, pedía explicaciones urgentes sobre la concentración de tropas en la zona en litigio. Pero el dictador paraguayo, aun tomando en consideración que se crearía un nuevo enemigo, resolvió el 13 de abril de 1865 apoderarse con cinco barcos de guerra de dos pequeñas unidades argentinas, el 25 de Maya y el Gualeguay, ancladas en Corrientes; al día siguiente, fue invadida la provincia y ocupada la capital. Se estableció un gobierno adicto, según lo convenido previamente con Víctor Silvero, vecino de Corrientes.

La Junta gubernativa constituida en Corrientes fue integrada por Víctor Silvero, Teodoro Gaupa y Sinforiano Cáceres, se hizo cargo del gobierno de la provincia y lanzó una proclama en la que decía que la misión de los paraguayos "entre nosotros es defender la independencia de las Repúblicas del Plata, hostilizadas por el emperador del Brasil y comprometidas por la política insidiosa del gobierno de Mitre". El general Robles, al mando de las tropas que ocuparon la ciudad sin resistencia alguna, se dirigió a los correntinos después de instalada la Junta: 

"Sólo hemos venido para que reconquistéis la libertad de acción de que os priva la demagogia porteña" 

La Junta declaró traidor a la patria et 25 de abril gobierno de Mitre. El ministro de relaciones exteriores de Asunción, José Bergés, se instaló en Corrientes.

No quedó entonces a la Argentina otro recurso que responder a ese hecho con la guerra. El congreso convocado por Francisco Solano López había sancionado el 18 de marzo la declaración de guerra a la Argentina, pero no se dio a conocer oficialmente en Buenos Aires hasta el 4 de mayo. El ministro Elizalde decía el 3 de junio de 1865 en la Cámara de diputados:

"El presidente Mitre no quería comprometerse en la guerra e hizo todo lo posible por evitarla. El gobierno del Paraguay, ofuscado con el poder de que disponía, creyendo que no habría quién lo resistiera en el Río de la Plata, se lanzo en la empresa. Injurió primero al Brasil, más tarde a la República Argentina y, contra los deseos de todos, la guerra surgió".

Desde París, Juan Bautista Alberdi percibió los manejos del Brasil y los denunció en marzo en el folleto Las discusiones de las Repúblicas del Plata y las maquinaciones del Brasil, donde expuso la continuidad imperial en la vieja política de expansión hacia el sur, hacia el Río de la Plata.

La toma de la ciudad

De todos modos, López, dejando de lado los formalismos, se embarcó en la gran aventura que llevaría a la ruina a su país. Sin esperar a que su declaración de guerra llegara a manos del gobierno argentino, envió una expedición de veinte mil hombres con treinta cañones, al mando del general Wenceslao Robles, para apoderarse de Corrientes. 

El 13 de abril de 1865, a las siete de la mañana, cinco vapores paraguayos que habían bajado silenciosamente por el Paraná, aparecieron al sur del puerto de Corrientes, donde estaban anclados pequeños vapores argentinos, el 25 de Mayo y el Gualeguay. Las naves paraguayas pasaron de largo, pero de pronto invirtieron la ruta y atacaron a estos indefensos barcos argentinos que se hallaban en reparación, causando numerosos muertos a bordo. Ambas naves fueron remolcadas y llevadas a Paraguay. Al día siguiente, fue invadida la provincia y ocupada la capital. En esa misma fecha era asesinado en Washington el presidente Lincoln.

Robles ocupó la ciudad de Corrientes sin lucha y estableció un gobierno adicto a los invasores, con una junta que integraban Víctor Silvero, Teodoro Gaupa y Sinforiano Cáceres. Esta junta lanzó una proclama en que afirmaba «que la presencia de los paraguayos era para defender la independencia de las Repúblicas del Plata, hostilizadas por el emperador del Brasil y comprometidas por la política insidiosa del general Mitre». 

El general Robles se dirigió a los correntinos diciendo que «sólo hemos venido para que reconquistéis la libertad de acción de que os priva la demagogia porteña». El 25 de abril, la junta declaró traidores a la patria al general Mitre y a su gobierno. El ministro paraguayo José Bergés se instaló en Corrientes.