Declaración de guerra al eje

Cuando estallo la segunda guerra mundial en 1939, al final de la 'Década infame', que fue uno de los períodos más anglófilos de nuestro pasado reciente, que en este caso, no pudo responder a su naturaleza. Ni Ortiz, ni Castillo le declararon la guerra al Eje y los primeros cuatro de los seis años que demandó el conflicto transcurrieron con Argentina como Estado neutral. 

Declaración de Guerra al Eje

La misma posición de neutralidad que, por distintos motivos políticos, adoptaron por ejemplo Suiza, Suecia, Turquía, España, Irlanda o Portugal. Buenos Aires rompió relaciones con las potencias del Eje, el 26 de enero de 1944 y le declaró la guerra a Alemania-Japón, el 27 de marzo de 1945.

Una de las preguntas sin respuesta oficial que se debe al duelo político entre Estados Unidos e Inglaterra, sobre nuestra incorporación al frente de batalla, ya que desde 1941, cuando Washington decidió entrar en guerra luego de Pearl Harbor, buscó sol¬dados "carne de cañón" en América Latina para equiparar la relación de fuerzas terrestres con el ejército nazi y, paralelamente, perder la menor cantidad de tropa propia. En ese sentido, la gran victoria diplomática fue haber logrado incorporar a Brasil, a través de casi 26 mil hombres y mujeres, que pelearon en Italia. La gran derrota política pasó por no haber podido obligar a la Argentina.

Londres no estaba de acuerdo con sumarnos a la pelea. Churchill entendía que la Pampa era indispensable como granero y proveedor de carne a los aliados. Alimentar a las tropas, por orden de Londres, fue sin dudas nuestro protagonismo invisible entre 1939 y 1945.

Sobre este tema Perón expresaba

El capitalismo pelea para no ceder terreno en el mundo y frente a los que se oponen al modelo, restan dos grandes focos de reacción: el capitalismo de Estado del imperialismo soviético y el capitalismo individualista del imperialismo yanqui. En el fondo, los dos están totalmente de acuerdo (Perón).

De hecho en abril de 1945, el canciller soviético Molotov trató de impedir el ingreso de Argentina a las Naciones Unidas, durante la conferencia realizada en California. Por derecha y por izquierda, acusaban al peronismo. Una costumbre que no abandonarían a lo largo de la historia, los unos y los otros.