El triunfo del voto en blanco | ||||||||||||||||||||||
Las elecciones para Convencionales Constituyentes de 1957 demostraron que el peronismo seguía siendo, a pesar de la proscripción, la fuerza mayoritaria. | ||||||||||||||||||||||
Las
elecciones de 1957 representan uno de los hechos más curiosos
de la vida política argentina: el triunfo del voto en blanco.
La Revolución Libertadora había prohibido mencionar al general
Perón. Los militares habían derogado la Constitución del 49,
habían repuesto por decreto la de 1853, y ahora aspiraban a
reformarla. El peronismo estaba proscripto: el gobierno optó
por hacer de cuenta que no existía y convocó a elecciones sin
permitirle participar al partido mayoritario. Desde el exilio,
Perón reclamó a los peronistas que votaran en blanco. Y así
fue como venció el voto en blanco, voz de la mayoría
silenciada, de un pueblo que estaba inhibido de expresar sus
convicciones libremente. Si se suman los casi dos millones de
votos de la Unión Cívica Radical Intransigente, partido que
fue a elecciones con la postura de impugnar la legalidad de la
convocatoria, queda claro que la gran mayoría de los votantes
consideraban que la Revolución Libertadora no tenía ningún
derecho a convocar a una reforma de la Constitución Nacional.
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- Fecha de
la elección: 28 de julio de 1957 -
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"El
trabajo en sus diversas formas, gozará de la protección de las
leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y
equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacaciones
pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual
remuneración por igual tarea; participación en las ganancias
de las empresas, con control de la producción y colaboración
en la dirección; protección contra el despido arbitrario;
estabilidad del empleado público; organización sindical libre
y democrática, reconocida por la libre inscripción en un
registro oficial. Queda garantizado a los gremios: concertar
convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y
al arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes
gremiales gozarán de las garantías necesarias para el
cumplimiento de la gestión sindical y las relacionadas con la
extensión de su empleo. |
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Por razones sustancialmente diferentes a las que esgrimían los convencionales de la UCRI, once convencionales conservadores y uno del Partido Cívico Independiente (fundado por Alvaro Alsogaray), dejaron sin quórum a la Convención y la condenaron al fracaso. La mayor parte de las reformas que, hasta entonces, pensaba aprobar la Convención, habían sido propuestas por la UCRP. Los conservadores opinaron, en una declaración pública, que las reformas traían aparejado "el debilitamiento del derecho individual de propiedad (…), que define siempre una peligrosa orientación de colectivismo de izquierda que contraría nuestro derecho". |
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