Iberá, palabra de origen guaraní que significa "aguas brillantes", hace alusión a la manera en que el reflejo de la luna reverbera sobre la calmada superficie de las lagunas. Con este nombre se conoce a una de las grandes áreas naturales del país que atrae, por la belleza de su paisaje y la variedad de su flora y fauna, a turistas de todo el mundo.
La región se encuentra ubicada en una inmensa depresión que comienza cerca de Ituzaingó y se extiende en forma de arco hacia el suroeste a lo largo de una distancia de 170 kilómetros , teniendo un ancho de 16 a 40 kilómetros .
En su margen sudoeste, la cuenca está perfectamente delimitada por terrenos más elevados, pero en su margen opuesta, la noroeste, no tiene límites definidos, formando un complejo sistema de lagunas y esteros interrumpidos por islotes de tierra firme. Tomando en cuenta la cuenca principal la superficie total del área estaría entre los 9.000 y 15.000 km2. Existen diversas teorías sobre el origen de los Esteros del Iberá.
Una de ellas considera que la región conformó un antiguo cauce del Paraná, conservando hasta la actualidad la comunicación subterránea con el mismo. Otra teoría la considera un "ojo de mar" que habría inundado en tiempos remotos estos parajes.
También se piensa que ese enorme receptáculo fue producido por una fuerte erosión eólica, siendo ocupado posteriormente por el agua de las lluvias que afluyen por un sinnúmero de esteros y cauces secundarios, alimentando el depósito principal. El cambio continuo del nivel de las aguas de los esteros está indicando su dependencia de la precipitación pluvial.
Este aporte devuelve al sistema una cantidad de líquido equivalente a la que se evapora. El sistema de Iberá drena en forma permanente pero lenta, dada la escasa pendiente, por el Río Corrientes, que vierte sus aguas al Paraná, y transitoriamente por el Río Miriñay que desemboca en el Uruguay.
El paisaje presenta el aspecto de una llanura más o menos uniforme, cuya altura sobre el nivel del mar es de unos 60 metros y está apoyada sobre un manto rocoso. La parte norte está formada por campos llanos, a menudo bajos y anegados, es la región de cañadas, lagunas, permanentes o temporarios, prácticamente indiferenciable de la depresión principal.
En la zona también alternan planicies y lomas bajas de tierras más elevadas que se utilizan como campo de pastoreo, estando la llanura a veces interrumpida por cordones de médanos. Al sur se encuentran terrenos ondulados, con elevaciones locales que alcanzan los 30 metros .
Comprende pocas aguadas, esteros diseminados, y numerosos zanjones y arroyos que desembocan en su mayoría en los grandes esteros del Iberá.
Los suelos, principalmente en la zona norte, son de carácter sedimentario, aluviones antiguos en parte arenosos y arcillosos. Las arenas descansan sobre la capa impermeable de arcilla o limo, originando el estancamiento de las aguas y las formación de lagunas y bañados. La vegetación acuática alterna con faja e islas de tierra firme o semi-anegadiza y lagunas de gran extensión como Iberá (de hasta 2 metros de profundidad ), Luna, Fernández, Galarza, Paraná, Trin y Medina.
Uno de los ambientes más característicos de las lagunas son los llamados "embalsados", originados por el denso agrupamiento y la acumulación de vegetación acuática. Se trata de islas flotantes sobre la cuales se va depositando tierra, se compactan las raíces y pueden presentar vegetación arbustiva e inclusive arbórea (como los Sangres de Drago, Ceibos, etc.).
Estas islas flotantes, empujadas por el viento forman parte de las numerosas leyendas y supersticiones indígenas: la Isí o Madre del Estero, el Caá Porá y el Pombero, son los más célebres seres míticos de la región. La fauna está mayormente integrada también por especies de hábitos acuáticos. El Carpincho y el Coipo figuran entre las más comunes; especies amenazadas de extinción como el Lobito de Río, el Ciervo de los pantanos y el Yacaré hallan en esta inmensa región seguro refugio. Una infinidad de aves de variadas formas y coloridos pueblan los bosques, esteros, bañados y lagunas, haciendo las delicias de los observadores de la naturaleza |