V 7. EL HONOR Y EL SACRIFICIO, MÓVIL Y NORMA DE NUESTRA CONDUCTA SOCIAL |
La moral regla los actos del hombre privado: el honor, los del hombre público. La moral pertenece al fuero de la conciencia individual, y es la norma de la conducta del hombre con relación a sí mismo, y a sus semejantes. El honor entra en el fuero de la conciencia del hombre social, y es la norma de sus acciones con relación a la sociedad. Existe cierto desacuerdo entre algunos preceptos evangélicos y la organización actual de las sociedades. Hay ciertas acciones que la moral aprueba en el hombre privado y reprueba en el hombre público. Es por lo mismo necesario adoptar la palabra honor, la cual vulgarmente se aplica al hombre público que se conduce con honradez y probidad, puesto que ella designa la moralidad en los actos. El honor y la moral son dos términos idénticos que conducen a idéntico
resultado. El sacrificio es aquella disposición generosa del ánimo, que lleva al hombre a consagrar su vida y facultades, ahogando a menudo las sugestiones de su interés personal y de su egoísmo, a la defensa de una causa que considera justa; al logro de un bien común a su patria y a sus semejantes; a cumplir con sus deberes de hombre y de ciudadano siempre y a pesar de todo; y a derramar su sangre si es necesario para desempeñar tan alta y noble misión. Todo hombre, pues, tiene una misión. Toda misión es obligatoria. Sólo es digno de alabanza el que conociendo su misión, está siempre dispuesto a sacrificarse por la patria, y por la causa santa de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Sólo es acreedor a gloria, el que trabaja por el progreso y bienestar de la humanidad. Sólo se granjea respeto y consideraciones, el que cifra su valer en su capacidad y virtudes. "Sabéis que aquellos que se creen mandar a las gentes, se enseñorean de ellas, y los príncipes de ellas tienen potestad sobre ellas". "Mas no es así entre vosotros, antes el que quisiere ser el mayor será
vuestro criado". El sacrificio es el decreto de muerte de las pasiones egoístas. —Ellas han traído la guerra, los desastres y la tiranía al suelo de la patria. Sólo sacrificándolos lograremos redimirla, emular las virtudes de los que le dieron ser, y conquistar nobles lauros. |