En
1913 llega al país el expresidente norteamericano Theodore Roosevelt
, viene en misión de buena voluntad y cocecha admiración y simpatía
por su vitalidad y buen humor su política del gran garrote
parece olvidada. Aplaudio con gran entusiasmo a los manifestantes
nacionalistas de Estanislao Zeballos. Recordando la discusión
sobre las doctrinas Monroe y Drago , Roosevelt ensaya
una síntesis, América para los americanos, para ellos y para
la humanidad.