El 22 de agosto de 1951 , la CGT convoca a una concentración en apoyo de la
fórmula presidencial Perón-Perón . Nadie sabe si el líder apoya la
candatura de su esposa . En la avenida 9 de Julio , una muchedumbre escucha
los discursos de Eva y Perón , quienes no mencionan el asunto.
Sorpresivamente al final del acto el secretario general de la CGT José Espejo
reclama a Evita un respuesta. El pedido es retomado por la multitud , que
entabla con la Dama de la Esperanza un diálogo tenso.
En
forma cada vez mas perentoria le exige una respuesta que Evita procuta
dilatar, finalmente , Eva dice que hará lo que diga el pueblo y para ello
pide una semana de plazo para tomar la decisón. La gente abandona la plaza
convencida de su aceptación.
Una
semana después en un sobrio discurso radial, Eva Perón declina el
ofrecimiento . De inmediato, los dirigentes partidarios elogian lo que empieza
a denominarse el renunciamiento.
|