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Uno de los
principales problemas que amenazan al Cerro es el mal manejo del turismo. La
cantidad de residuos generados por los visitantes es mayor cada temporada y se
acumulan indefinidamente a lo largo del sendero de ascenso a la cumbre y en la
improvisada zona de camping vecina a ella . Las agresiones que sufre el
paisaje, como las pintadas en las rocas , no hacen más que colaborar con
el deterioro del valor natural del Cerro. El ganado que pastorea en la zona de
Pastizales Serranos y Romerillales afecta notablemente a la vegetación natural,
con su pisoteo y ramoneo continuo. A pesar de la buena voluntad de los dueños
de las tierras, hace falta tomar urgentes medidas a fin de asegurar la
conservación de las condiciones naturales del sitio. Con un sistema de senderos
bien delimitados y una cartelería informativa e interpretativa, el visitante
sabrá por dónde desplazarse, conocerá las acciones permitidas y las
prohibidas, a la vez que se interiorizará sobre los valores naturales del
lugar, ayudando por ende a su conservación. Guardafaunas y Guías calificados
podrían brindar a los visitantes material educativo e informativo, a la vez de
establecer un estricto control de las normas. Además debería implementarse un
sistema eficaz de recolección y tratamiento de los residuos generados. La
cercanía de la localidad de Capilla del Monte, hace temer por el futuro del
área. Si aumentara la población local, y por ende la cantidad de viviendas en
la base y vecindades del cerro, motivarían un mayor deterioro en los ambientes
naturales, como ya puede percibirse en ciertos sectores.
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