La fauna mayor está representada por el Guanaco,
muy perseguido en la región, y el Puma o León, que dado los
daños que ocasiona en el ganado es cazado por los campesinos. Una
de las especies más singulares de esta zona es el Pichiciego, denominado
también Antiquirquincho y Quirquincho Blanco. Este armadillo, bien
distinguible de otros componentes de su familia por su reducido tamaño
y su tenue caparazón o "carcaza", está bien adaptado
a la vida en arenales. De hábitos subterráneos, su biología
es muy poco conocida. Entre las aves se destacan la Perdiz Copetona, un
inambú nativo fácilmente distinguible por su copete erecto;
la Monterita de Collar, pequeño paseriforme típico de estos
desérticos, recorriendo inquieto el follaje de árboles y
arbustos; el Pepitero Chico, colorido pájaro conocido localmente
por Vira-vira aludiendo al repetido canto que efectúa frecuentemente.
Surcando el cielo en busca de potenciales presas son bastante frecuentes
los Chimangos o Ibiñas, y entre los carroñeros merecen mencionarse
a los dos jotes, el de cabeza roja y el de cabeza negra, los cuales se
ven hasta en los momentos más calurosos del día planeando
por el desierto. Las lagartijas o Chelcos son comunes. Se las suele ver
a mitad de mañana calentando sus cuerpos, encontrándolas
plenamente activas antes del mediodía. Aunque resulte sorprendente,
durante las lluvias estivales hace su aparición una ranita autóctona
de compacto cuerpo. Se trata de un anfibio muy bien adaptado a sobrevivir
refugiado durante los períodos sin precipitaciones. Sólo
reaparece para reproducirse en los charcos temporarios que se forman con
las primeras tormentas. Los renacuajos se desarrollan allí velozmente
para salir a la vida terrestre antes de que se sequen los efímeros
cuerpos de agua donde habitan ese estadio de su vida.
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