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La fauna, al igual que la flora
se ajustó a este clima desfavorable. Los mamíferos, en especial, deben
eliminar el agua de sus cuerpos con dos de sus funciones vitales: la orina y la
transpiración-respiración, que usan para enfriar su cuerpo por evaporación.
Es por esto que mucho de sus hábitos son nocturnos (para escapar a las horas de
más calor) o cavícolas, ya que dentro de la tierra la temperatura es menor. En
estas cuevas se refugian roedores como los Cuises, las Vizcachas, diversas
Lauchas y Ratones, y armadillos como el Pichi Llorón y el Pichi-ciego. Este último
es muy poco conocido y difícil de ver, ya que consigue bajo tierra la mayoría
de su alimento compuesto por hormigas, larvas, escarabajos, gusanos, caracoles y
raíces que obtiene en la superficie o debajo de ella. El Guanaco y la
Mara son los principales herbívoros del área, y los carnívoros incluyen al
Zorro Gris, Hurones y felinos como el Puma, que todavía merodea por estos
matorrales poco habitados por el hombre. Las aves son más notables y variadas.
Encabezando la lista se encuentra el majestuoso Cóndor que se lo suele ver
planeando y luego descendiendo rápidamente a la vista de algún animal muerto
que la sirva de alimento; Ñandúes Petisos o Choiques en grupo de cinco o seis
son comunes en las zonas llanas; Aguiluchos, Caranchos, Martinetas, Copetonas y
Chuñas junto a numerosas especies de pequeños pájaros como el Yal Carbonero y
el Gallito Arena, alguno de ellos excelentes cantores, completan el muestrario
alado. Los anfibios están representados por numerosas especies de sapos y ranas
que aprovechan las pocas aguadas que subsisten luego de las épocas de lluvia.
Entre los reptiles más comunes encontramos una gran variedad de lagartijas, el
Lagarto Colorado, inofensivas culebras y algunas serpientes venenosas como la
Yarará Chica y la Víbora de Coral.
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