MARTÍN FIERRO 1062 ¡Ah, negro!, si sos tan sabio no
tengás ningun recelo: pero has tragao el anzuelo y al compás del
estrumento has de decirme al momento cuál es el canto del cielo.
EL MORENO 1063 cuentan que de mi color Dios hizo al hombre
primero, más los blancos altaneros, los mesmos que lo
convidan, hasta de nombrarlo olvidan y sólo le llaman negro.
1064 Pinta el blanco negro al diablo, y el negro, blanco lo
pinta; blanca la cara o retinta no habla en contra ni en
favor: de los hombres el criador no hizo dos clases distintas.
1065 Y después de esta alvertencia que al presente viene al
pelo, veré, señores, si puedo, sigún mi escaso saber, con claridá
responder cuál es el canto del cielo.
1066 Los cielos lloran y cantan hasta en el mayor
silencio: lloran al cair el rocío cantan al silbar los
vientos lloran cuando cain las aguas. Cantan cuando brama el trueno.
MARTÍN FIERRO 1067 Dios hizo al blanco y al negro sin declarar
los mejores; les mandó iguales dolores bajo de una mesma
cruz; mas también hizo la luz pa distinguir los colores.
1068 Ansi, ninguno se agravie; no se trata de ofender, a todo
se ha de poner el nombre con que se llama, y a naides le quita
fama lo que recibio al nacer.
1069 Y ansí me gusta un cantor que no se turba ni yerra; y si
en tu saber se encierra el de los sabios projundos; decíme cual en
el mundo es el canto de la tierra.
EL MORENO 1070 es pobre mi pensamiento, es escasa mi
razón, mas pa dar contestación mi inorancia no se
arredra: también da chispas la piedra si la golpia el eslabón.
1071 Y le daré una respuesta sigún mis pocos alcances: forman
un canto en la tierra el dolor de tanta madre, el gemir de los que
mueren y el llorar de los que nacen.
MARTÍN FIERRO 1072 moreno, alvierto que trais bien dispuesta
la garganta; sos varón, y no me espanta verte hacer esos
primores; en los pájaros cantores solo el macho es el que canta.
1073 Y ya que al mundo vinistes con el sino de cantar, no te
vayás a turbar, no te agrandés ni te achiques; es preciso que me
expliques cuál es el canto del mar.
EL MORENO 1074 a los pájaros cantores ninguno imitar
pretiende; de un don que de otro depende naides se debe
alabar, pues la urraca apriende a hablar, pero sólo la hembra
apriende.
1075 Y ayúdame, ingenio mío, para ganar esta apuesta; mucho el
contestar me cuesta. Pero debo contestar; yoy a decir en
respuesta cuál es el canto del mar. |
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1076 Cuando la tormenta brama, el mar, que todo lo
encierra, canta de un modo que aterra, corno si el mundo
temblara: parece que se quejara de que lo estreche la
tierra.
MARTÍN FIERRO 1077 toda tu sabiduría has de mostrar
esta vez; ganarás sólo que estés en baca con algún Santo. La
noche tiene su canto, y me has de decir cuál es.
EL MORENO 1078 no galope, que hay aujeros, le dijo a un
guapo un prudente le contestó humildemente: la noche por cantos
tiene esos ruidos que uno siente sin saber por dónde vienen.
1079 Son los secretos misterios que las tinieblas
esconden; son los ecos que responden a la voz del que da un
grito; como un lamento infinito que viene no sé de dónde.
1080 A las sombras sólo el sol las penetra y las impone; en
distintas direcciones se oyen rumores inciertos: son almas de los
que han muerto, que nos piden oraciones.
MARTÍN FIERRO 1081 moreno, por tus respuestas yo te aplico el
cartabón, pues tenés desposición y sos estruido, de yapa: ni las
sombras se te escapan para dar esplicación.
1082 Pero cumple su deber el lial diciendo lo cierto, y, por
lo tanto, te alvierto que hemos de cantar los dos, dejando en la paz
de Dios las almas de los que han muerto.
1083 Y el consejo del prudente no hace falta en la
partida; siempre ha de ser comedida la palabra de un cantor. Y
aura quiero que me digas de dónde nace el amor.
EL MORENO 1084 a pregunta tan escura trataré de
responder, aunque es mucho pretender de un pobre negro de
estancia, mas conocer su inorancia es principio del saber.
1085 Ama el pájaro en los aires que cruza por donde quiera, y
si al fin de su carrera se asienta en alguna rama, con su alegre
canto llama a su amante compañera. |
1086 La fiera ama en su guarida, de
la que es rey y Señor; allí lanza con juror esos bramidos que
espantan, porque las fieras no cantan: las fieras braman de amor.
1087 Ama en el fondo del mar el pez de lindo color; ama el
hombre con ardor; ama todo cuanto vive: de Dios vida se recibe, y
donde hay vida, hay amor.
MARTÍN FIERRO 1088 me gusta, negro ladino, lo que acabás de
esplicar; ya te empiezo a respetar; aundue al principio me rei, y
te quiero preguntar lo que entendés por la ley.
EL MORENO 1089 hay muchas dotorerías que yo no puedo
alcanzar; dende que aprendí a inorar de ningún saber me
asombro, mas no ha de llevarme al hombro quien me convide a cantar.
1090 Yo no soy cantor ladino y mi habilidá es muy poca; más
cuando cantar me toca me defiendo en el combate, porque soy como los
mates: sirvo si me abren la boca.
1091 Dende que elige a su gusto, lo más espinoso elige; pero
esto poco me aflige y le contesto a mi modo: la ley se hace para
todos, mas sólo al pobre le rige.
1092 La ley es tela de araña –en mi inorancia lo esplico–. No
la tema el hombre rico; nunca la tema el que mande; pues la ruempe
el bicho grande y sólo enrieda a los chicos.
1093 Es la ley como la lluvia: nunca puede ser pareja; el que
la aguanta se queja, pero el asunto es sencillo: la ley es como el
cuchillo: no ofiende a quien lo maneja.
1094 Le suelen llamar espada y el nombre le viene bien; los
que la gobiernan ven a dónde han de dar el tajo: le cai al que se
halla abajo y corta sin ver a quién.
1095 Hay muchos que son dotores, y de su cencia no dudo; mas
yo soy un negro rudo y aunque de esto poco entiendo, estoy
diariamente viendo que aplican la del
embudo. |