VIII. El ser gaucho es un delito
222 otra vez en un boliche estaba haciendo la
tarde; cayó un gaucho que hacia alarde de guapo y peliador; a la
llegada metió el pingo hasta la ramada, y yo sin decirle nada me
quedé en el mostrador.
223 Era un terne de aquel pago que naides lo
reprendía, que sus enriedos tenía con el señor comendante; y como
era protegido, andaba muy entonao, y a cualquier desgraciao lo
llevaba por delante.
224 ¡Ah pobre! Si él mismo creiba que la vida le
sobraba; ninguno diría que andaba aguaitándolo la muerte. Pero
ansí pasa en el mundo, es ansí la triste vida: pa todos está
escondida la güena o la mala suerte.
225 Se tiró al suelo; al dentrar le dio un empellón a un
vasco, y me alargó un medio frasco diciendo: beba cuñao. Por su
hermana, contesté. Que por la mía no hay cuidao.
226 ¡Ah, gaucho!, Me respondió; ¿de que pago será
crioyo? ¿Lo andará buscando el hoyo? Deberá tener güen
cuero; pero ande bala este toro no bala ningún ternero.
227 Y ya salimos trenzaos porque el hombre no era
lerdo, mas como el tino no pierdo, y soy medio ligerón, le dejé
mostrando el sebo de un revés con el facón. |
228 Y como con la justicia no andaba bien por
allí, cuanto pataliar lo vi, y el pulpero pegó el grito, ya pa el
palenque salí como haciéndome chiquito.
229 Monté y me encomendé a Dios, rumbiando para otro
pago, que el gaucho que llaman vago no puede tener querencia, y
ansí de estrago en estrago vive llorando la ausencia.
230 éL andaba siempre juyendo, siempre pobre y
perseguido, no tiene cueva ni nido como si juera maldito; porque
el ser gaucho– ¡barajo!, El ser gaucho es un delito.
231 Es como el patrio de posta; lo larga éste, aquél lo
toma, nunca se acaba la broma; dende chico se parece al arbolito
que crece desamparao en la loma.
232 Le echan la agua del bautismo aquél que nació en la
selva; busca madre que te envuelva, le dice el fraire y lo
larga. Y dentra a cruzar el mundo como burro con la carga.
233 Y se cría viviendo al viento como oveja sin
trasquila; mientras su padre en las filas anda sirviendo al
gobierno, aunque tirite en invierno, naides lo ampara ni
asila.
234 Le llaman gaucho mamao si lo pillan divertido, y
que es mal entretenido si en un baile lo sorprienden; hace mal si se
defiende y si no, se ve– fundido. |
235 No tiene hijos ni mujer, ni amigos ni
protetores, pues todos son sus señores sin que ninguno lo
ampare: tiene la suerte del güey, y ¿donde irá el güey que no
are?
236 Su casa es el pajonal, su guarida es el desierto; y
si de hambre medio muerto le echa el lazo a algún mamón, lo
persiguen como a plaito, porque es un gaucho ladrón.
237 Y si de un golpe por ahi lo dan güelta panza
arriba, no hay un alma compasiva que le rece una oración; tal vez
como cimarrón en una cueva lo tiran.
238 Él nada gana en la paz y es el primero en la
guerra; no le perdonan si yerra, que no saben perdonar, porque el
gaucho en esta tierra sólo sirve pa votar.
239 Para el son los calabozos, para el las duras
prisiones, en su boca no hay razones aunque la razón le
sobre; que son campanas de palo las razones de los pobres.
240 Si uno aguanta, es gaucho bruto; si no aguanta es
gaucho malo. ¡Dele azote, dele palo, porque es lo que él
necesita! De todo el que nació gaucho ésta es la suerte
maldita.
241 Vamos suerte, vamos juntos dende que juntos
nacimos; y ya que juntos vivimos sin podernos dividir– yo abriré
con mi cuchillo el camino pa seguir. |