Arsenio Pastor Erico, apodado el diablo saltarín, nació en Asunción del Paraguay el 30 de marzo de 1915 y se convirtió en el máximo goleador en la historia del fútbol argentino, con 293 tantos en 330 partidos. Con su asombrosa agilidad para el salto, Erico debutó en Independiente el 5 de mayo de 1934 frente a Boca y, si bien no tuvo un desempeño destacable, comenzaba a mostrar aquellas condiciones que le valían el apodo del "diablo saltarín". Ese año jugó cuatro partidos más pero luego permaneció en prolongado descanso a causa de una infección. |
Comenzó 1935 con dos fracturas de brazo casi consecutivas, pero Erico reapareció con una actuación espectacular a fines de ese año consolidando su fama en el primer campeonato nocturno de los "grandes", en el que Independiente ganó invicto, con más goles a favor y menos en contra. Brilló en todos los partidos que jugó para Independiente, club que lo albergó desde 1934 hasta 1946, y con él se coronó campeón dos veces: en la temporada de 1938 y 1939. En su paso por Independiente, Erico se convirtió en el goleador absoluto en los torneos de 1937 (47 goles en 34 encuentros), 1938 (43 en 30) y 1939 (40 en 31). Posteriormente, en 1947, jugó para Huracán 7 partidos el último de los cuales, disputado el 27 de julio, lo enfrentó a Independiente. Entre sus marcas figuran la cantidad de goles anotados en 1937, que se mantuvo como récord de un campeonato hasta 1975 (año en que Héctor Scotta señaló 48, aunque lo hizo en 49 partidos) y los seis goles que convirtió en el encuentro ante Quilmes en 1937, y en el que Independiente ganó 7 a 1. El paraguayo Arsenio Erico, el malabarista de la pelota, falleció el 23 de julio de 1977 y, con una trayectoria que avalaba la conversión de goles cabeceados por encima de las manos extendidas en alto de los arqueros, también fue llamado "el hombre del trampolín invisible". |