José de San Martín
San Martín, su vida San Marítn, su paso por el ejército San Martín y su inserción en la política Comentarios acerca de San Martín Bibliografía

"Había yo recibido del general San Martín una comunicación llamándome, y le contesté que iría a servir en el ejército de su mando, sobre Chile: me puse en camino, y cuando llegué a Mendoza, habían ya marchado las fuerzas. El gobierno me facilitó baquianos, y con ellos alcancé el ejército en la Cordillera, y seguí sus marchas, nombrado primer edecán del general en jefe. Al bajar la cordillera, vistas por el general Soler las fuerzas enemigas, detuvo un tanto su división, y se vio precisado a enviar, como al sacrificio, al capitán D. Mariano Necochea, quien, con sola su compañía de granaderos a caballo, tuvo bravura y suerte de batirlas, con lo que fuimos dueños del Valle de Putaendo, y quedó preparado decisivamente el triunfo sucesivo en Chacabuco. "Muy pronto se ofreció ocasión de medir otra vez las armas con los españoles. El 12 de Febrero de 1817, tuvo lugar la acción de Chacabuco. Antes de emprender esa jornada, el general había puesto su mayor fuerza a las órdenes del Brigadier Soler, con las compañías de granaderos del 7 y 8, y un escuadrón de las de a caballo; los batallones números 7 y 8, con los tres restantes escuadrones de granaderos de a caballo, fueron puestos a las del Brigadier O'Higgins. "Dos ingenieros habían reconocido los caminos para calcular la llegada simultánea, aunque por distintos rumbos, de ambas divisiones al otro lado de la cuesta de aquel nombre. Marchamos, y puestos en la altura se observó que la infantería enemiga estaba en un viñal, y su caballería en ocultación a la falda de un monte. Después de esperar el aparecimiento del Brigadier Soler, y no verificándose éste, dispuso el general bajase una compañía de granaderos a caballo a explorar el campo, la que reforzada por otra, y contando como seguro que la otra división se dejaría ver de un momento a otro, ordenó bajase el resto de granaderos y los batallones 7 y 8. Salió entonces el enemigo de sus escondites, y se rompió el fuego. "Muy pronto se ofreció ocasión de medir otra vez las armas con los españoles. El 12 de Febrero de 1817, tuvo lugar la acción de Chacabuco. Antes de emprender esa jornada, el general había puesto su mayor fuerza a las órdenes del Brigadier Soler, con las compañías de granaderos del 7 y 8, y un escuadrón de las de a caballo; los batallones números 7 y 8, con los tres restantes escuadrones de granaderos de a caballo, fueron puestos a las del Brigadier O'Higgins. "Dos ingenieros habían reconocido los caminos para calcular la llegada simultánea, aunque por distintos rumbos, de ambas divisiones al otro lado de la cuesta de aquel nombre. Marchamos, y puestos en la altura se observó que la infantería enemiga estaba en un viñal, y su caballería en ocultación a la falda de un monte. Después de esperar el aparecimiento del Brigadier Soler, y no verificándose éste, dispuso el general bajase una compañía de granaderos a caballo a explorar el campo, la que reforzada por otra, y contando como seguro que la otra división se dejaría ver de un momento a otro, ordenó bajase el resto de granaderos y los batallones 7 y 8. Salió entonces el enemigo de sus escondites, y se rompió el fuego. "Al poco rato se dispersó el número 8 e intentó el mismo movimiento el 7, pero contenido por el bravo y valiente general O'Higgins y su comandante Conde, guardó su formación, en circunstancias que el enemigo amenazaba cargar a la bayoneta. Entonces me dirigí a los granaderos a caballo y les dije: -¿qué es esto, granaderos de San Martín? El coronel me preguntó por dónde debían pasar, y volviendo mi caballo contesté: "por aquí"; quise obrar con tanta velocidad, que mi caballo cayó en una zanja que estaba tras de mí; pero el peligro que corría el ejército de ser batido me precipitó el hablar y obrar del modo que dejo dicho, y dar órdenes que no había recibido. "Los granaderos, sin más voz que la mía y mi ademán, rompieron sobre el enemigo sable en mano, quien, atemorizado, se puso en fuga: volvió caras la caballería enemiga, y abandonó a la infantería, la que viéndose sin aquel apoyo, se dispersó también. Esta es la verdadera relación de la célebre batalla ganada en Chacabuco por el ejército de Buenos Aires, y en que se dio la independencia y libertad al reino de Chile."

 

 

Hilarión de la Quintana

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