Las causas se originaron en las discrepancias sobre los mecanismos a implementar para asegurar una salida política al país. El anuncio se había hecho perentorio debido a la situación que generó el secuestro y asesinato del general Pedro E. Aramburu, ocurrido el 29 de mayo de 1970. Los comandantes plantearon en un comunicado que Onganía era partidario de prolongar el proceso militar, la junta en cambio postulaba la necesidad de una salida democrática.
Diez días después, el 18 de junio de 1970, nombraron como primer magistrado al general de brigada Roberto M. Levingston, quién se desempeñaba como agregado militar en la embajada argentina en Estados Unidos y como delegado del Ejército ante la Junta Interamericana de Defensa.
El anuncio de que Levingston ocuparía la Presidencia se dio tras cinco días de incertidumbre. El general de brigada supo desde el primer momento que Lanusse pretendía usarlo como instrumento para sus propios designios. Se lo admitió al diario La Nación, en 2005, cuando ya tenía 85 años, en una de las escasas entrevistas que concedió. Lanusse lo llamó por teléfono el 13 de junio de 1970 para ofrecerle que se hiciera cargo de la Presidencia: “´El que tiene el poder, que lo use’, le dije, refiriéndome a él, que había relevado al general Onganía. Pero me contestó que eso no podía ser. Lanusse tenía que disimular ante los otros miembros de la Junta”.
Pero el presidente llevó a cabo sus propias políticas, las mismas consistieron en «argentinizar» el proceso de crecimiento económico y estimular la industria por medio de una consigna, el «compre nacional», aplicada por las empresas estatales y préstamos a bajo costo. Con aumentos salariales, Levingston intentó atraer a las bases sociales y darle algún grado de adhesión popular a su gobierno. Pero sus medidas generaron una espiral inflacionaria, una fuga de capitales extranjeros debido a las políticas nacionalistas y un aumento del descontento social.
Una vez en el gobierno Levingston declaró que la normalización del proceso político demandaría alrededor de cinco años. Propuso una reforma constitucional que acortara el período de gobierno a cuatro años y la realización simultánea de las elecciones en la nación, las provincias y los municipios.
Se efectuó un nuevo censo nacional en 1970 que arrojó un total de 23.364.431 habitantes. Las cifras totales denotaban que continuaba en descenso la tasa de natalidad, con incremento anual inferior a 12 por mil, había desaparecido el aporte inmigratorio europeo que fue suplantado por el de países limítrofes. Otro fenómeno novedoso lo constituyó la emigración de argentinos con profesiones calificadas a Europa o Estados Unidos en busca de mejores remuneraciones salariales.Este hecho que conocido con el nombre de: "fuga de cerebros".
Sus ministros más destacados fueron Francisco Manrique en Bienestar Social y Aldo Ferrer en Economía, cargos que continuaron ocupando en la gestión de Lanusse.
Durante su gestión la guerrilla continuó su accionar opositor e incrementó su actividad con secuestros, asesinatos, reparto de alimentos en zonas de villas miseria, copamientos a instituciones militares y asaltos, extendiendo su radio de acción a zonas densamente pobladas como la Capital Federal, Rosario, Mendoza, Santa Fé, Tucumán y el Gran Buenos Aires. El copamiento a La Calera en Córdoba por Montoneros y la aparición del cadáver de Aramburu constituyeron dos hechos trascendentes de esa etapa.
En diciembre de 1970 se realizó el juicio oral a los secuestradores de Pedro E. Aramburu, se sentenció a Carlos A. Maguid, Ignacio Velez y al sacerdote Alberto Carbone. Norma Arrostito y Ana María Portnoy fueron absueltas. En el plano político, la oposición se organizó en noviembre de 1970 con el propósito de presionar al gobierno militar para que acelerase la normalización democrática. La alianza se llamó "La Hora del Pueblo" y contó con la participación de la UCR, los justicialistas, los socialistas argentinos, los conservadores populares, los demócrata progresistas, el MID y la UCR bloquista.
La CGT también desarrollo un papel opositor. En julio de 1970 reunió al Congreso de la Unidad de la CGT Azopardo que eligió como secretario general a José Ignacio Rucci, del gremio metalúrgico. Inmediatamente se entrevistaron con Levingston y le solicitaron un aumento general de salarios. Para evitar enfrentamientos mayores, el gobierno anunció un aumento salarial del 7% para los trabajadores privados, jubilados y pensionados. La central obrera consideró insuficiente el aumento y lanzó un plan de lucha que incluyó varias huelgas generales.
En respuesta a las huelgas el gobierno intervino algunos sindicatos. El proceso inflacionario continuó, el aumento del costo de vida había alcanzado el 19% por lo que se le otorgó un nuevo aumento y se convocó a paritarias para febrero de 1971.
Margarita Argúas fue designada por Decreto Nº 648 del 17 de agosto de 1970 por el presidente de facto Roberto Marcelo Levingston como ministro de la Corte Suprema de Justicia en reemplazo de José Federico Bidau que había renunciado y el nombramiento fue realizado el 5 de octubre de 1970 y juró el 7 de octubre. Fue la primera mujer en llegar al máximo tribunal en la Argentina. Algunas fuentes especializadas en Argentina informan que Argúas fue la primera mujer en integrar el máximo tribunal de justicia en el continente americano,
Las divergencias con la política de Juan Carlos Onganía y el debilitamiento de la Revolución argentina ante el clima insurreccional, generado por las incipientes organizaciones armadas clandestinas a partir del Cordobazo, lo llevaron a exigir la renuncia de éste y, tras su negativa, a derrocarlo. La Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, que Lanusse integraba como Jefe del Ejército, reemplazó en dicha instancia a Onganía por Roberto Marcelo Levingston, quien luego de un breve período como presidente, fue a su vez destituido y reemplazado por el propio Lanusse que accedió a la presidencia en marzo de 1971.
Roberto Marcelo Levingston no pertenecía al grupo de oficiales de caballería y su función como agregado militar en Washington lo mantenía alejado de las disputas por el poder.
En los años previos, durante el tironeo entre “azules” y “colorados”, el puntano se había enrolado entre los primeros, que propiciaban una limitada participación del peronismo en la vida política, con miras a la normalización institucional. Los segundos, más extremistas, identifican al partido de Perón con la extrema izquierda y pretendían su eterna proscripción.
Aldo Ferrer fue ministro de Economía y Hacienda de la provincia de Buenos Aires entre 1958 y 1960. Entre 1967 y 1970 se desempeñó como primer Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Durante las presidencias de facto de Roberto Marcelo Levingston y Alejandro Agustín Lanusse (1970–1971) ocupó el Ministerio de Economía y Trabajo.
Carlos Moyano Llerena fue el primer ministro de economía de Levingstón, intento retomar la línea de Krieger Vasena. Luego del fracaso fué reemplazado por Aldo Ferrer que adoptó un rumbo nacionalista. Eduardo Mc Loughlin, era brigadier de ideas liberales, fue el primer ministro del interior de Levingstón, el General José Cáceres Monié vinculado al proyecto de Lanusse, fue nombrado ministro de Defensa por Levingstón.
La Hora del Pueblo
La Hora del Pueblo fue el título de un documento multipartidario firmado el 11 de noviembre de 1970, que a su vez dio nombre al agrupamiento de partidos políticos argentinos que lo firmaron y se reunieron para presionar a la dictadura militar autodenominada Revolución Argentina a abrir una salida electoral que diera origen a un gobierno democrático. La Hora del Pueblo tuvo éxito y dejó de funcionar poco antes de las elecciones del 11 de marzo de 1973.
Luego de la caída del dictador Juan Carlos Onganía el 8 de junio de 1970, se inició un acercamiento político entre Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín.
Ambos eran en ese momento, las máximas expresiones de los sectores peronista y antiperonista, en que el país se había dividido desde 1945. Balbín, por entonces líder de la Unión Cívica Radical del Pueblo, tomó contacto con Jorge Daniel Paladino, delegado personal de Juan Domingo Perón, que había sido derrocado en 1955 y permanecía exiliado en España y proscrito en Argentina.
Balbín le transmitió a Paladino su propuesta de reunir a los partidos políticos a fin de acordar una serie de líneas democráticas comunes y emprender colectivamente negociaciones con la dictadura para la "salida política" del régimen hacia un gobierno elegido por la población. Perón a su vez, apoyó la propuesta de Balbín y le escribió una carta personal, fechada el 25 de septiembre de 1970, en la que el fundador del peronismo le dice al presidente de la UCRP:
El 11 de noviembre de 1970, representantes del la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), y los partidos Peronista, Socialista Argentino, Conservador Popular y Bloquista, se agruparon y emitieron en un documento denominado La hora del pueblo, en el que se exigía elecciones inmediatas, sin exclusiones, y respetando a las minorías.
Ricardo Balbín por la UCRP y Jorge Daniel Paladino, delegado personal de Juan Domingo Perón, por el peronismo, fueron los dirigentes más influyentes de la Hora del Pueblo. La Hora del Pueblo produjo un cambio en la historia argentina, porque fue la primera vez que el radicalismo y el peronismo actuaron políticamente juntos.
La presión de La Hora del Pueblo resultaría exitosa y se constituyó en uno de los factores que contribuyeron a la remoción del presidente de facto militar General Roberto Marcelo Levingston, para ser reemplazado por el General Alejandro Agustín Lanusse, quien procedió a abrir una compleja salida electoral que resultó en las elecciones presidenciales del 11 de marzo de 1973.
La Hora del Pueblo avaló la designación del dirigente radical Arturo Mor Roig como Ministro del Interior del gobierno militar, a fin de garantizar un proceso electoral relativamente limpio. El gobierno militar no permitió que Juan Domingo Perón se presentara a elecciones y pretendió implementar un audaz proceso bipartidista denominado Gran Acuerdo Nacional (GAN), diseñado por el mismo Mor Roig.
El GAN finalmente fracasó y señaló los límites de La Hora del Pueblo, pero el acercamiento entre peronistas y radicales continuaría en el tiempo. En 7 de diciembre de 1972 una amplia gama de partidos acordaron las Coincidencias Programáticas del Plenario de Organizaciones Sociales y Partidos Políticos, que a su vez sería el sostén político del Pacto Social, y sería uno de los elementos más importantes en la conformación de una democracia estable a partir de 1983.
El Vivorazo
Roberto Marcelo Levingston designa como interventor en Córdoba en 1971 a alguien de confianza ante las diferencias con el general Alejandro Lanusse, para ello nombro a José Camilo Uriburu era sobrino de José Félix Uriburu, y un hombre de extrema derecha.
En marzo de 1971 ante la llegada del nuevo interventor de la provincia de Córdoba al dirigente conservador Camilo Uriburu y ante sus expresiones que en . Córdoba anida una venenosa serpiente , la CGT (Confederación General del Trabajo) declaró una huelga activa contra la intervención.
El 3 de marzo de 1971, el dirigente de Luz y Fuerza Agustín Tosco (con el gremio intervenido y desde la clandestinidad) propuso la formación de un comité de huelga provincial, para preparar la ocupación de todas las plantas fabriles el 12 de marzo con el reclamo del fin de la dictadura. La CGT respondió convocando a un nuevo paro general para el 12 de marzo de 1971 que se transformó en una insurrección general que tomó el control de unas 500 manzanas de la ciudad de Córdoba.
Hubo manifestaciones, barricadas, fogatas, incendios, saqueos y enfrentamientos entre trabajadores y estudiantes con fuerzas represivas de la Policía Provincial y de la Policía Federal. En la coordinación de la represión estuvo el jefe de Estado Mayor del Ejército, general de división Alcides López Aufranc , también participó de la represión un grupo de elite de la Policía Federal traído de Buenos Aires, la Brigada Antiguerrillera al mando del comisario Alberto Villar.
El 12 de marzo de 1971 los obreros de las dos fábricas automotrices de Fiat ubicadas en el barrio de Ferreira en Córdoba, ConCord y MaterFer, entraron en lucha y tomaron las autopartistas por los despidos de varios operarios. Este hecho, conocido como el “Ferreirazo”, contó con la participación activa de todos los sectores sindicales, desde los grupos peronistas tradicionales hasta las nuevas conducciones clasistas de SITRAC-SITRAM, los dos sindicatos que agrupaban a los trabajadores de ambas fábricas de Fiat.
En la noche de 12 de marzo, Camilo Uriburu felicitó a los efectivos de la Policía Federal por su eficiencia en la tarea de «desalojar a la víbora del barrio Clínicas», clásica área de residencia estudiantil y uno de los epicentros de las luchas del período.
“Uriburu consideraba que la cabeza de esa víbora maldita estaba entre los estudiantes en el barrio Clínicas, pero advertía también que su ‘peligrosa cola’ se paseaba por la zona industrial de Ferreira, donde era creciente el activismo de Sitrac-Sitram”.
Al día siguiente el 13 de marzo de 1971, la gravedad de los hechos produjo la renuncia del interventor Camilo Uriburu. El tradicional diario local, La Voz del Interior, publicó una caricatura que mostraba una víbora comiéndose al interventor Camilo Uriburu. Dos semanas después fue desplazado el dictador Roberto Marcelo Levingston.
El despido de trabajadores de la FIAT desencadenó una movilización contra la dictadura Levingston renunció y asumió Lanusse.
El 12 de marzo de 1971 también encabezó la represión contra la huelga de los obreros mecánicos y metalúrgicos durante el llamado Viborazo (nombre que quedó como respuesta popular a un dicho del interventor civil Camilo Uriburu, cómplice de la dictadura, quien había ordenado «cortar la cabeza a la víbora»). El general Alcides López Aufranc ocupó las sedes de los gremios, y envió a Gendarmería a ocupar las fábricas. Así Fiat pudo despedir a los delegados y a otros 300 trabajadores.
Agusatin Tosco fue el principal organizador del vivorazo que obligo a renunciar al intervernor enviado por Levingston
Ricardo Balbín hablando junto al delegado de Perón Jorge Daniel Paladino, en una reunión de la Hora del Pueblo.
Reunion de la Hora del Pueblo donde estan Ricardo Balbín, Horacio Thedy, Daniel Paladino, entre otros.
La caída de Onganía el 8 de junio de 1970, hizo colapsar el proyecto de establecer una dictadura permanente, bajo la forma de un Estado burocrático-autoritario, en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional que Estados Unidos aplicaba para mantener el control de América Latina en la Guerra Fría contra el bloque soviético, otorgando a las fuerzas armadas la función de controlar internamente a las poblaciones y garantizar la orientación político-económica del Estado.
Anulado el Estado de derecho y cancelados los partidos políticos, los conflictos sociales solo pudieron expresarse de manera insurreccional. La palabra "subversión" se convirtió en un lugar común para justificar la represión contra quienes resistían a la dictadura. En esas condiciones y con la actividad política abolida, los conceptos de "revolución" -que también usaban las dictaduras- y "liberación", prendieron con fuerza en la juventud, incluso en las clases medias.Se generalizaron las puebladas insurreccionales (en los tres años que van de 1969 a 1972 se produjeron 20 puebladas, de las cuáles el Cordobazo fue la más conocida) y se instaló una actividad guerrillera urbana y rural, simultáneamente con un extraordinario incremento de la movilización política de la juventud, en los sindicatos y universidades.
Asesinato de José Alonso
Al producirse el golpe militar del 28 de junio de 1966, Alonso expreso: nos congratulamos de haber asistido a la caída del último gobierno liberal burgués, porque jamás podrá volver implantarse nada así. Los principales dirigentes sindicales de la época: Vandor, Prado, Juan José Taccone, de Luz y Fuerza y Alonso concurrieron al acto de asunción del nuevo presidente Juan Carlos Onganía, a partir de septiembre de 1966, cuando Perón condenó públicamente al régimen de Onganía.
El 27 de agosto de 1970, a las 9:15 horas, cuando se dirigía desde su casa, situada en el barrio de Belgrano, hacia la sede del sindicato, en el coche del secretario adjunto del gremio Enrique Mico el cual fue interceptado por dos automóviles en la esquina de las calles con Benjamín Matienzo y Ciudad de la Paz. Un hombre descendió del vehículo situado detrás del auto de Alonso y le disparó 14 balazos matándolo en el acto, toda la operación duro 55 segundos. El asesinato fue realizado exactamente a una cuadra y media de su casa y a la misma distancia de la Comisaría de Cabildo y Santos Dumont.
El 10 de septiembre, un comunicado de un Comando Montonero Emilio Maza del Ejército Nacional Revolucionario, se adjudicó el hecho al igual que la muerte de Vandor.
Toma de La Calera
La Toma de La Calera fue un operativo realizado por la organización guerrillera argentina Montoneros el 1 de julio de 1970, a las 07:30 de la mañana, en la localidad cordobesa de La Calera. Tomaron la comisaría, se asaltó el Banco de la Provincia de Córdoba, se tomó la central telefónica y se inutilizaron sus equipos y se dejó en la esquina del banco una caja -un supuesto explosivo- que en realidad contenía un grabador con la Marcha peronista. Luego de la retirada, diversos errores de planificación y ejecución provocaron la detención de varios militantes, algunos de ellos fundadores de la organización.
Copamiento de ciudad de Garín
El Copamiento de la ciudad de Garín, que sus organizadores denominaron Operación Gabriela, fue realizado el 30 de julio de 1970, entre las 13 horas y las 14:30 aproximadamente, por un comando de la organización guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias que en esa forma hizo su primera operación militar pública, copando la ciudad de Garín, ubicada en la zona norte del Gran Buenos Aires. Participó un número no precisado de guerrilleros que se estima en alrededor de cuarenta, entre las cuales había un número apreciable de mujeres y durante el hecho mataron a un policía.
El 27 de agosto de 1970, a las 9:15 horas, cuando se dirigía desde su casa, situada en el barrio de Belgrano, hacia la sede del sindicato,en el coche del secretario adjunto del gremio Enrique Mico el cual fue interceptado por dos automóviles en la esquina de las calles con Benjamín Matienzo y Ciudad de la Paz. Un hombre descendió del vehículo situado detrás del auto de Alonso y le disparó 14 balazos matándolo en el acto.
Después de la Toma de la Calera, todos los autos se retiraron hacia Saldán y dos activistas, Losada y Fierro, se bajaron en Villa Rivera Indarte para esconderse en una casa. Allí se produjo un intercambio de disparos y los detuvieron. Al general Jorge Carcagno, que fue el que recuperó la ciudad, le avisó lo que ocurría un policía que llegó corriendo al cuartel y regresó con dos camiones repletos de soldados.
Tapa del diario Clarín sobre el copamiento de la ciudad de Garín por elementos del FAR
El general Levingston es destituido el 22 de marzo de 1971 , como presidente de facto, por las Fuerzas Armadas su gobierno duro solo 300 días
El 23 de marzo de 1971 renunció, en esos trescientos días, la gestión de Levingston mostró cómo podía llegarse a un cargo sin la percepción de los límites. La primera tentación del nuevo presidente fue la de decidirse por la "profundización" de una revolución inexistente mientras había aceptado gobernar bajo la tutela de la Junta Militar en resoluciones de significativa trascendencia y veía crecer la violencia cruzada.
La ola de asesinatos políticos arrasó no sólo con Aramburu, sino también con el importante dirigente sindical José Alonso, y siguió con el asalto de La Calera y Garín, atribuido a un grupo denominado Fuerzas Armadas Revolucionarias.
En medio del asedio guerrillero, de la desconfianza sindical y de la vigilancia militar, Levingston se proponía descabezar a los partidos, convocar a la generación intermedia, armar un nuevo modelo de país y retomar la ambigua idea de un proyecto nacional. En suma: el peronismo sin Perón, el radicalismo sin Balbín, y los partidos sin sus líderes. La respuesta de los mediadores políticos -Ricardo Balbín, Vicente Solano Lima, Jorge Paladino por el peronismo, Manuel Rawson Paz y otros- fue un documento llamado La Hora del Pueblo del 11 de noviembre, en el que demandaban el cumplimiento de un plan político con llamado a elecciones libres y sin proscripciones, y el cambio de la orientación económica. Lo suscribían la Unión Cívica Radical del Pueblo, el partido Justicialista, la democracia progresista, el partido socialista argentino, la UCR Bloquista de San Juan, y no estaban los demócratas cristianos, el radicalismo intransigente, el socialismo democrático, el comunismo y el Movimiento de Integración y Desarrollo de Frondizi.
La coalición objetiva que La Hora del Pueblo evocaba era, principalmente, la de peronistas y radicales, la hora de los partidos políticos y de los líderes marginados por Levingston. Al comenzar 1971, la designación como gobernador de Córdoba de un conservador reaccionario llamado José C. Uriburu, permitió comprobar cuán lejos estaba el presidente de entender lo que pasaba a su alrededor, y cuál era el balance de la "revolución argentina".
Había llegado con un golpe contra un presidente constitucional en nombre del orden, la autoridad, la racionalidad económica, la modernización del país. Cinco años después había acumulado frustraciones.
El 23 de marzo de 1971 la renuncia de Levinsgton puso fin a una doble aventura; la primera, una revolución que no fue; la segunda, la de un presidente que fue convocado para administrar una transición y quiso ser líder sin seguidores. Ambos fracasos dieron el argumento de la gestión del general Alejandro Agustín Lanusse. El 26 de marzo de 1971, Lanusse asumió la presidencia en un clima político totalmente desfavorable.
La violencia guerrillera crecía, el descontento popular también, Perón sumaba día a día más adictos, y la continuidad del gobierno militar se tornaba muy difícil de sostener. Lanusse evaluó correctamente que el principio de solución a los múltiples conflictos pasaba por terminar con la proscripción del peronismo y decretar una apertura política que permitiera una transición hacia la democracia.
Alejandro Agustín Lanusse fue de facto presidente de la Nación Argentina entre el 26 de marzo de 1971 y el 25 de mayo de 1973, durante la Revolución argentina reemplazando al general Levingston.
Arturo Mor Roig el ministro del interior de Lanusse ante el agotamiento de la llamada Revolución Argentina que encabezaba y en busca del acercamiento con la dirigencia política generaron el Gran Acuerdo Nacional proponía un acuerdo entre las principales fuerzas políticas a fin de restablecer las reglas del juego electoral y del régimen político democrático, hacía una amplia convocatoria a toda la ciudadanía para que participara activamente en este proceso.
Perón designó como su delegado personal a Jorge Daniel Paladino, que exhibió una postura favorable aceptar el pacto con los militares, en la mesa de partidos políticos denominada La Hora del Pueblo, creada para negociar con la dictadura. Sin embargo, en 1971 Perón cambió de estrategia y apoyándose en la tendencia revolucionaria del peronismo y en un acuerdo reservado con su histórico adversario, el radical del pueblo Ricardo Balbín, decidió impulsar una salida civil respaldada en un acuerdo entre la CGT y la CGE, sin ningún control militar. Para conducir ese cambio de estrategia, Perón designó en 1971 a tres personas: Héctor Cámpora, como su nuevo delegado personal; Juan Manuel Abal Medina, como secretario general del Movimiento Peronista y Rodolfo Galimberti -cercano a Montoneros-, como secretario de la Juventud Peronista. A ellos tres se sumó al apoyo brindado a José Ignacio Rucci al frente de la CGT, enfrentado a la mayoría del sindicalismo peronista de ese momento, que mantenía una postura favorable al GAN y de postergación de la vuelta de Perón al país.