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La Reserva de Punta Loma es el sitio más cercano
a la ciudad de Puerto Madryn, donde se puede presenciar una de las atracciones
de nuestro litoral marino patagónico: las colonias de cría
del Lobo Marino de un pelo
. Esta especie recibe ese nombre para diferenciarlo de su pariente más
cercano, el Lobo Fino o Lobo Marino de dos pelos, que fuera cazado indiscriminadamente
en el siglo pasado, por su fino pelaje formado por dos capas de pelo. El
Lobo Marino, como todo animal adaptado a la vida acuática, se desplaza
con dificultad en tierra y a diferencia del Elefante Marino, utiliza tanto
las aletas anteriores como las posteriores. En el agua los Lobos se propulsan
con sus aletas anteriores; los Elefantes Marinos usan sus aletas posteriores.
Los Lobos poseen pabellones auriculares externos (orejas) en forma de "V",
mientras que los Elefantes Marinos carecen de ellos. Los machos de esta
especie son muchos más grandes que las hembras, llegando a pesar
tanto como tres de ellas juntas. Poseen un cuello prominente, cubierto
de pelos más largos, lo que se llama comúnmente "melena"
y son de un color marrón oscuro. Las hembras poseen una forma más
esbelta, su pelaje es de color marrón claro y carecen de la "melena".
Las crías son negras durante el primer mes de vida y luego se tornan
marrones Ya que la época de reproducción de los Lobos se
concentra en verano y la de los Elefantes en primavera, unos no interfieren
con la vida de los otros. La mayoría de las hembras que llegan al
área de reproducción se encuentran preñadas de la
temporada anterior. Las hembras paren una sola cría, luego de un
año de gestación, que produce un sonido característico,
parecido al balido de una oveja. Es posible que las hembras no se reproduzcan
todos los años, tienen su primera cría entre los 3 y 4 años
de edad. La madre permanece con su cría por una semana hasta que
se aparea nuevamente, luego de lo cual se interna en el mar para alimentarse.
Dos o tres días más tarde regresa y localiza a su cría
por su grito y olor. Los machos se pelean entre sí para mantener
a un grupo de hembras bajo su dominio y aparearse con ellas. Al igual que
los Elefantes Marinos, los Lobos son polígamos, esto quiere decir
que algunos machos se aparean con muchas hembras, mientras que la mayoría
de ellos lo hacen con unas pocas o directamente no logran reproducirse
esa temporada. El éxito de un macho durante la reproducción
depende de su habilidad para competir con otros machos y acaparar el mayor
número posible de hembras. Todas las agresiones entre machos adultos
están precedidas por un fuerte bufido y determinados movimientos
intimidatorios. Cuando estas simples amenazas no resuelven el conflicto,
los machos luchan, propinándose mordiscos, empujones y golpes, hiriéndose
principalmente el cuello y la cara. La mayoría de los Lobos de Península
Valdés no emprenden largas migraciones. Fuera de la época
de reproducción los Lobos se dispersan, movilizándose entre
los distintos apostaderos de la costa patagónica. Ya que durante
la temporada de cría los lobos no se alimentan ni toman agua, estos
recursos los obtienen de sus reservas de grasa que acumularon el resto
del año. Dado que son predadores costeros, en el mar se alimentan
de calamares, pulpos y peces. Recorriendo incesantemente la colonia de
Lobos, existen aves carroñeras como las Palomas Antárticas,
Gaviotas y Petreles, que permanecen a la espera de los restos de placenta
de las pariciones y aprovechan los cuerpos de las crías muertas.
Su eficaz tarea permite mantener la limpieza del apostadero y así
evitar la dispersión de enfermedades. Durante la bajamar, quedan
expuestas las restingas, que se pueblan de aves marinas y costeras, como
los Ostreros, Gaviotas Cocineras y de Capucho Café, Gaviotines,
entre muchas otras. Sobre los paredones verticales de los acantilados que
enmarcan la Reserva llamará la atención la presencia de grandes
chorreadas blancas. Se trata de los nidos del Cormorán Roquero
, que tiene aquí uno de los pocos puntos de cría en la región.
En las inmediaciones de la Reserva suelen ser vistos numerosos Guanacos
y Choiques, mientras que los matorrales son habitados por una multitud
de animales, como Martinetas, Maras, Zorros, Zorrinos, Piches, etc.
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