Rafael Obligado |
Descendiente de una familia adinerada de la
sociedad porteña, este poeta lírico de inspiración nativa y argentinista,
nació en Buenos Aires el 27 de enero de 1851. Su infancia y su adolescencia transcurrieron,
casi íntegras, en una estancia de sus padres - don Luis Obligado y Saavedra y
doña María Jacinta Ortiz Urién - a orillas del río Paraná, en la
llamada Vuelta de Obligado. Cursó estudios secundarios y luego ingresó en la
Facultad de Derecho, pero abandonó la carrera universitaria para dedicarse a su
verdadera vocación, que estaba en las letras. Alternó largas permanencias en el campo con reuniones de amigos escritores en su residencia de Buenos Aires, ubicada en la calle Tacuarí Nº 51 y que en su época se conoció como el salón de Obligado. Todos los sábados organizaba tertulias culturales que durante varios años fueron el centro de la vida intelectual porteña. A diferencia de otros hombres de su dinero y alcurnia, nunca viajó a Europa y prefirió la vida sedentaria, consagrado a la vida social y a su gran biblioteca, donde —sin guiarlo una pretensión erudita ni científica— enriqueció sus conocimientos idiomáticos con la lectura de numerosos libros. Este payador artista —como lo calificó Ricardo Rojas— escribió versos desde la niñez, pero su principal actividad literaria la cumplió en la década comprendida entre los años 1870 y 1880. Sus obras se destacan por su inspiración argentina expresada en formas armoniosas en que predominan la pintura vivaz y la nobleza del sentimiento. Cantó a la naturaleza, al hogar paterno y a diversas expresiones de la tradición nacional. Dentro de su labor literaria cabe citar las poesías tituladas: El nido de boyeros, Los horneros, e/ hogar vacío, La flor del ceibo y Las quintas de mi tiempo. Inspirado en episodios históricos y en leyendas folklóricas argentinas escribió -—entre otras— El negro Falucho y El cacui. Obligado logró su mayor éxito popular con su
obra cumbre titulada Santos Vega, que escribió basado en el legendario
gaucho cuya existencia y origen se ha discutido. Dividió el poema en cuatro
cantos titulados: El alma del payador, La prenda del payador, La muerte del
payador y El himno del payador. |
Algunos Textos |
Santos Vega |