829 Anduve a mi
voluntá, como moro sin Señor; ese jué el tiempo mejor que yo he
pasado tal vez; de miedo de otro tutor, ni aporté por lo del Juez.
830 "Yo cuidaré", me había dicho, "De lo de tu propiedá: todo
se conservará, el vacuno y los rebaños, hasta que cumplas 30
años, en que seás mayor de edá."
831 Y aguardando que llegase el tiempo que la ley fija, pobre
como lagartija y sin respetar a naides, anduve cruzando el
aire como bola sin manija.
832 Me hice hombre de esa manera bajo el más duro
rigor; sufriendo tanto dolor muchas cosas aprendí; y, por fin,
vítima fuí del mas desdichado amor.
833 De tantas alternativas esta es la parte peluda infeliz y
sin ayuda, fué estremado mi delirio, y causaban mi martirio los
desdenes de una viuda.
834 Llora el hombre ingratitudes sin tener un
jundamento; acusa sin miramiento a la que el mal le ocasiona, y
tal vez en su persona no hay ningún merecimiento.
835 Cuando yo mas padecía la crueldá de mi destino, rogando al
poder divino que del dolor me separe, me hablaron de un
adivino que curaba esos pesares.
836 Tuve recelos y miedos, pero al fin me disolví: hice coraje
y me fuí donde el adivino estaba, y por ver si me curaba, cuanto
llevaba le di.
837 Me puse, al contar mis penas, mas colorao que un tomate, y
se me añudó el gaznate cuando dijo el hermitaño: "Hermano, le han
hecho daño y se lo han hecho en un mate. |
838 "Por verse libre de usté lo
habrán querido embrujar." Despues me empezó a pasar una pluma de
avestruz, y me dijo:"De la cruz recebí el don de curar.
839 "Debés maldecir", me dijo, "A todos tus conocidos; ansina
el que te ha ofendido pronto estará decubierto, y deben ser
maldecidos tanto vivos como muertos."
840 Y me recetó un hincao en un trapo de la viuda, frente a
una planta de ruda, hiciera mis horaciones, diciendo: "No tengás
duda; eso cura las pasiones."
841 A la viuda, en cuanto pude, un trapo le manotié; busqué la
ruda y al pie, puesto en cruz, hice mi rezo; pero, amigos, ni por
eso de mis males me curé.
842 Me recetó otra ocasión que comiera abrojo chico; el
remedio no me esplico, mas, por desechar el mal, al ñudo en un
abrojal fí a ensangrentarme el hocico.
843 Y con tanta medecina me parecía que sanaba; por momentos
se aliviaba un poco mi padecer, mas si a la viuda
encontraba, volvia la pasión a arder.
844 Otra vez que consulté su saber estrordinario, recibió bien
su salario, y me recetó aquel pillo que me colgase tres
grillos ensartaos como rosario.
845 Por fin la última ocasión que por mi mal lo fí a ver, me
dijo: "No, mi saber no ha perdido su virtú; yo te daré la
salú: no triunfará esa mujer.
846 "Y tené fe en el remedio, pues la cencia no es chacota; de
esto no entendés ni jota. Sin que ninguno sospeche, cortále a un
negro tes motas y hacélas hervir en leche." |
847 Yo andaba ya desconfiando de la
curación maldita, y dije: "Este no me quita la pasión que me
domina; pues que viva la gallina, aunque sea con la pepita."
848 Ansí me dejaba andar, hasta que, en una ocasión, el Cura
me echó un sermón, para curarme sin duda, diciendo que aquella
viuda era hija de confisión.
849 Y me dijo estas palabras que nunca las he olvidao: "Has de
saber que el finao ordenó en su testamento que naides de
casamiento le hablara en lo sucesivo; y ella prestó el
juramento mientras él estaba vivo."
850 "Y es preciso que lo cumpla, porque ansí lo manda Dios; es
necesario que vos no la vuelvas a buscar, porque si llega a
faltar se condenarán los dos."
851 Con semejante alvertencia se completó mi redota; le vi los
pies a la sota, y me le alejé a la viuda, mas curao que con la
ruda, con los grillos y las motas.
852 Despues me contó un amigo que al Juez le había dicho el
Cura que yo era un cabeza dura y que era un mozo perdido; que me
echaran del partido, que no tenía compostura.
853 Tal vez por ese consejo y sin que mas causa hubiera, ni
que otro motivo diera, me agarraron redepente y en el primer
contingente me echaron a la frontera.
854 De andar persiguiendo viudas me he curao el deseo; en mil
penurias me veo, mas pienso volver tal vez a ver si sabe aquel
Juez lo que se ha hecho de mi
rodeo. |