932 Después de muy pocos
días, tal vez por no dar espera y que alguno no se
juera, hicieron citar la gente, pa riunir un contingente y mandar
a la frontera.
933 Se puso arisco el gauchaje: la gente está
acobardada; salió la partida armada y trujo como perdices unos
cuantos infelices que entraron en la voltiada.
934 Decía el ñato con soberbia: ¡esta es una gente indina! Yo
los rodié a la sordina: no pudieron escapar; y llevaba orden de
arriar todito lo que camina."
935 Cuando vino el Comendante dijeron: "¡dios nos
asista!" Llegó les clavó la vista (yo estaba haciendome el
zonzo); le echó a cada uno un responso y ya lo plantó en la lista.
936 "¡Cuadráte!", Le dijo a un negro. "Te estás haciendo el
chiquito, cuando sos el más maldito que se encuentra en todo el
pago. Un servicio es el que te hago, y por eso te remito."
A OTRO
937 "Vos no cuidás tu familia ni le das los
menesteres; visitás otras mujeres, y es preciso, calavera, que
aprendás en la frontera a cumplir con tus deberes."
A OTRO
938 "Vos también sos trabajoso; cuando es preciso votar hay
que mandarte llamar y siempre andás medio alzao; sos un
desubordinao, y yo te voy a filiar." |
A OTRO
939 "¿cuánto tiempo hace que vos andás en este
partido? ¿Cuantas veces has venido a la citación del Juez? No te
he visto ni una vez: has de ser algún perdido."
A OTRO
940 "Este es otro barullero que pasa en la pulpería predicando
noche y día y anarquizando a la gente: irás en el contingente por
tamaña picardía."
A OTRO
941 "Dende la anterior remesa vos andás medio
perdido; la autoridá no ha podido jamás hacerte votar: cuando te
mandan llamar te pasás a otro partido."
A OTRO
942 "Vos siempre andas de florcita: no tenés renta ni
oficio; no has hecho ningún servicio; no has votado ni una
vez. ¡Marchá!... Para que dejés de andar haciendo perjuicio."
A OTRO
943 "Dame vos tu papeleta: yo te la voy a tener. Esta queda en
mi poder; despúes la recogerás, y ansí, si te resertás, todos te
puedan prender."
A OTRO
944 "Vos, porque sos ecetuao, ya te querés sulevar; no
vinistes a votar cuando hubieron eleciones; no te valdrán
ececiones: ¡yo te voy a enderezar! "
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945 Y a éste por este motivo y a otro por otra
razón, toditos, en conclusión, sin que escapara ninguno, jueron
pasando uno a uno a juntarse en un rincón.
946 Y allí las pobres hermanas, las madres y las
esposas redamaban cariñosas sus lágrimas de dolor; pero gemidos
de amor no remedian estas cosas.
947 Nada importa que una madre se desespere o se queje, que un
hombre a su mujer deje en el mayor desamparo; hay que callarse, o es
claro que lo quiebran por el eje.
948 Dentran despúes a empeñarse con este o aquel vecino; y,
como en el masculino, el que menos corre, vuela, deben andar con
cautela las pobres, me lo imagino.
949 Muchas al Juez acudieron, por salvar de la jugada; el les
hizo una cuerpiada, y, por mostrar su inocencia, les dijo: "Tengan
pacencia pues yo no puedo hacer nada."
950 Ante aquella autoridá permanecían suplicantes, y, después
de hablar bastante, "Yo me lavo"; dijo el Juez, "Como Pilatos los
pies: esto lo hace el Comendante."
951 De ver tanto desamparo el corazón se partía; había madre
que salía con dos; tres hijos o más, por delante y por detrás, y
las maletas vacías.
952 "¿Dónde irán?", Pensaba yo, "¿a perecer de miseria? Las
pobres, si de esta feria hablan mal, tienen razón; pues hay bastante
materia para tan justa
aflición." |