El General Eduardo Lonardi, que había dirigido la llamada "Revolución Libertadora" desde Córdoba, llegó a Buenos Aires el 23 de setiembre del '55 para asumir la Presidencia de la Nación. Desde el balcón de la Casa Rosada expresó en su discurso que no habría ni "vencedores ni vencidos" y que el régimen instaurado duraría lo mínimo necesario para reorganizar el país. El Almirante Isaac Rojas lo acompañó desde la Vicepresidencia, conjuntamente con la Junta Consultiva, integrada por representantes de los partidos opositores al peronismo.
El golpe se autodenominó Revolución Libertadora. Durante su dictadura fue clausurado el Congreso Nacional, depuso a los miembros de la Corte Suprema y todas las autoridades provinciales, municipales y universitarias y puesto en comisión a todo el Poder Judicial. Se produjo la suspensión del Estado de derecho, de las actividades políticas, partidarias y gremiales y el cese de todos los mandatos electivos. En las provincias los gobiernos fueron intervenidos y de modo similar se procedió con los municipios. La CGT fue intervenida y también emite el Decreto 1339 del 30 de septiembre de 1955 a la semana de tomar el poder, en el cual se decreta la intervención de la Universidad de Buenos Aires y el resto de las universidades nacionales.
Deroga las leyes 13031 y 14297, y confiere al Interventor en la Universidad de Buenos Aires, y a los Delegados Interventores, las facultades del Rector, Decano y respectivos Consejos que quedan suprimidos. El 7 de octubre de 1955, se dicta el Decreto 47812, consecuencia del anterior, por el cual se pone “en comisión” a todo el Claustro de Profesores de la Universidad. Durante su régimen dictatorial se disolvió en parte el IAPI. Se suspendió el contrato firmado en 1954 con la Standard Oil para autoabastecer al país de petróleo, lo que provocó una declinación de la producción hidrocarburífera nacional y un aumento de las importaciones de petróleo que revirtieron la balanza comercial supervitaria, acumulando un creciente déficit comercial y atraso en el sector hidrocarburifero que entraría en crisis en la siguiente década a causa de ello. La política de Lonardi, respaldada por ultracatólicos y nacionalistas, despertó la oposición de quienes reclamaban medidas más duras y nada conciliadoras.
Asesinato de Manuel Chávez
La noche del 22 de septiembre de 1955, menos de una semana después del golpe, un comando militar integrado por marinos y un comando civiles antiperonista de la UCR irrumpió en la casa del secretario general de ATE y la CGT en la localidad bonaerense de Azul .Tras allanar el domicilio el comando civiles formado por miembros del comité de la UCR de Recoleta intento abusar de la esposa de Chaves, bajo la atenta mirada de los marinos quienes no intervinieron, excepto para golpear a Chaves cuando intento defender el honor de su esposa, hasta dejarlo inconsciente.
Cometida la violación los civiles radicales procedieron a intentar violar a la pequeña hija de Chaves, Merceditas, de 4 años de edad, pero ante los gritos de la niña que alertó a los vecinos desistieron. Tras el allanamiento mataron de una ráfaga de ametralladora al dirigente sindical delante de su mujer y sus cuatro hijos.
Represión y censura
El 1 de noviembre la Marina ocupó el Ministerio de Trabajo con el fin de desencadenar la represión de los sindicalistas peronistas. Luis Benito Cerruti Costa resiste la presión y logra, con apoyo de Lonardi, un nuevo pacto con la CGT, por el cual vuelven a ser reconocidas las autoridades de la central sindical y se decide designar de común acuerdo a los interventores sindicales que procederían a la normalización un conjunto con los grupos de choque denominados Comandos Civiles habían ocupado por la fuerza una cantidad considerable de locales sindicales. Entre ellos se encontraban los locales de la Asociación Bancaria, la Federación Gráfica, La Confederación de Empleados de Comercio, la Fraternidad, el SUPE, la Unión Ferroviaria, entre otros, provistos con armas de la Marina. Su gobierno de facto estuvo teñido por las persecuciones al peronismo, que sin ser tan acentuado como el que le siguió con Aramburu, ponía en evidencia su debilidad para controlar a los sectores más antiperonistas que se lanzaron a ocupar espacios en todos los niveles, ingresando a punta de pistola en locales partidarios, sindicatos y universidades.
Además se procedió en encarcelar e interrogar a miles de dirigentes peronistas y sindicales, mientras sus hogares eran allanados. La hija del general Lonardi señala al coronel Carlos Eugenio Moori Koenig como el cabecilla de los comandos civiles que actuaron como fuerza parapolicial organizada, en todos los ataques sufridos por locales peronistas y sindicatos, La familia de Evita fue perseguida y los Duarte se exiliaron en Chile y regresaron recién en 1962.
Censura
Lonardi sería acusado por limitar la libertad de prensa, condenado la imposición de la uniformidad de la prensa, agravado por la presencia de «veedores» en algunos de ellos, negándose por su conducto todo principio de libertad aplicado a la prensa. También habilitó la prohibición explícita e implícita de determinadas informaciones es una consecuencia natural aunque vergonzosa de la intervención de las empresas.55, el dirigente radical Carlos Walter Perkins, colaborador civil de Lonardi declaró: «A todos los que atacan una revolución que ha venido a restablecer la libertad de palabra, yo les cortaría la lengua»
Reapertura de la Carcel de Ushuaia
A fines de septiembre se reabrió la Cárcel de Ushuaia de la Armada Argentina, que en 1947, durante el gobierno de Juan D. Perón, el penal fue clausurado por su entonces director Roberto Pettinato por razones humanitarias. Durante la dictadura de Lonardi serán detenidos los sindicalistas Andrés Framini, J. Natalini, José Espejo, Eduardo Vuletich, Hugo Di Pietro, José Alonso, así como Héctor J. Cámpora -quien años después sería elegido presidente de la Nación- junto a 2.200 dirigentes más que fueron recluidos en el penal de Ushuaia. Se producirá una persecución muy violenta a la clase trabajadora. Eso implica la intervención de todos los sindicatos, que lleva a que los sectores más antiperonistas y reaccionarios a través de lo que se llamaban los comandos civiles coparan a punta de pistola los sindicatos y trataran por todos los medios de poner gente adicta como interventores. Eso generará una gran resistencia que poco a poco se va conformando.
El 22 de septiembre de 1955 a los pocos días del golpe militar autodenominado Revolución Libertadora, que derrocó al segundo gobierno democrático de Juan Domingo Perón, un grupo de la Armada irrumpió en la casa de Chaves y fusiló delante de su familia a quien era secretario General de ATE Azul, delegado de la Regional de la CGT y consejal por el peronismo.
La CGT se reúne con Lonardi. A la izquierda de la foto, Luis Cerrutti Costa (Ministro de Trabajo); al centro, el presidente de facto general Eduardo Lonardi; a la derecha, Luis Natalini y Andrés Framini, líderes de la central sindical CGT. 1955.…
Luego de asumir la dictadura Lonardi, se manifestaron las diferencias entre las grupos en el régimen militar, el ala nacionalista católica, liderada por el propio Lonardi más conciliadora con el peronismo y el ala liberal, liderada por el vicepresidente Isaac Rojas, que sostenía un antiperonismo radical, pretendía erradicar totalmente al peronismo de la vida política y sindical argentina, derogar las medidas sociales y laborales establecidas durante el gobierno peronista, y establecer una política económica dirigida por los economistas más conservadores.
Un golpe interno en las Fuerzas Armadas, determinó el día 13 de noviembre su reemplazo por el General Pedro Eugenio Aramburu como Presidente Provisional de la Nación, asociado al Almirante Isaac Rojas, nuevamente como Vicepresidente.
Eduardo Lonardi gobernó 52 días, hasta ser derrocado por el sector liberal de los golpistas. Además padecía un cáncer cuyos síntomas ya eran notables al comienzo del golpe y que finalizaría con su vida en marzo del año siguiente. Representaba una fracción de las fuerzas armadas, de orientación nacionalista católica, que tenía como objetivo derrocar a Perón y excluirlo de la vida nacional, así como impedir que el peronismo volviera al poder. Lonardi liberó de la cárcel a benjamín Menéndez y también liberó y nombró como Jefe de Granaderos a Agustín Lanusse que luego lo traicionaría..