Siguiendo su nuevo ritmo, la legislatura de Buenos Aires sanciona la Ley del Primer Ferrocarril Argentino.
El General Urquiza es proclamado presidente de la Confederación Argentina, acompañándolo como Vice el doctor Salvador María del Carril.
Por su parte, la provincia de Buenos Aires se da a sí misma una Constitución.
Llegan los restos del General Carlos de Alvear y muere el General José María Paz. Se funda la ciudad bonaerense de Chivilcoy. |
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Jura de la constitución en Buenos Aires |
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El movedizo Sarmiento regresa con su familia de Chile y al pisar tierra mendocina es puesto en prisión sospechado de conspirador, mientras Tucumán lo elige diputado al Congreso de la Nación por dicha provincia.
Los tribunales de Mendoza lo absuelven y el autor de “Facundo”, despachado, decide volver una vez más a Chile. Entretanto, la figura de Mitre se ha perfilado con nitidez.
Es uno de los más exaltados adversarios de Urquiza y típico representante del porteñismo en puja con el Interior.
En una de las sesiones de la Legislatura, al referirse a la Constitución de Santa Fe, ha dicho, “Hay un pacto, un derecho, una ley anterior y superior a toda Constitución, así como a cualquier otra que nos demos más adelante. Hay una nación preexistente. Y esa nación es nuestra patria, la patria de los argentinos. El pacto social de esa nación el derecho, la ley preexistente que debe servirnos de norma, se halla aquí, en este mismo recinto. Allí está: es el acta Inmortal de nuestra Independencia, firmada en Tucumán el 9 de Julio de 1816 por las Provincias Unidas en Congreso. Mis opiniones son federalistas como Washington como Moreno, como Franklin; federal de principios; no federal como Rosas, como Urquiza, no como Artigas ni como Quiroga; no federal de cuchillo y degüello y de saqueo, como los héroes de la Mazorca. Digo que soy federalista, porque considero que el sistema federal es el más perfecto y el más adecuado a las necesidades y a las tradiciones de nuestra patria”. |
Las dos posturas obligan a dos gobiernos en la práctica. Y uno tiene su sede en Buenos Aires y el otro en Paraná. Durante este año la polémica pasa al terreno de las hostilidades. Amparados por el General Jerónimo Costa – Jefe del ejército confederado del Norte – los militares Guido, Lagos, Reyes y otros se dedican a convulsionar la campana bonaerense.
El Gobernador Pastor Obligado declara el estado de sitio en todo ese territorio y manda con un ejército al General Manuel Hornos, al que guía, como Jefe de estado mayor, el propio Bartolomé Mitre.
El encuentro se produce en El Tala. Victorioso en el combate el gobierno de Buenos Aires insiste a fin de que concluyan los aprestos militares y Urquiza destierra a los revoltosos asilados en Rosario. Pese a la puja, un cielito de este año parece sintetizar la opinión de todos. Dice así:
“Desde que el 3 de Febrero / Al tirano derrotamos / y la patria libertamos / en los campos de Caseros / Unitarios y federales / nos abrazamos hermanos / elevando en nuestras manos / el pabellón nacional / E hicimos el juramento / de constituir la nación / bajo el santo .pensamiento / dé la federal unión”. |
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Justo José de
Urquiza presidente de la Confederación Argentina |
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Salvador María
del Carril Vicepresidente de la Confederación Argentina |
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La
legislatura de Buenos Aires decide la construcción del primer
ferrocarril |
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Mientras tanto grandes cambios se producen en Paraná. El Presidente Urquiza, en sólo seis meses de mandato, ha logrado borrar todas las malas imágenes cosechadas por el caudillo Urquiza. No es ya el Atila de Pago Largo y Vences, sino un conductor de pueblos dispuesto a llevar al suyo a la prosperidad.
Con prestar atención a sólo tres decretos de este tiempo pondrá advertirse su sentido de progreso. Por el primero se establece la Administración General de Correos Nacionales en toda la República; por el segundo se invita a venir a los puertos de la Confederación “a artesanos y trabajadores de todo género” radicados en Montevideo “para auxiliar la industria que comienza a desarrollarse en estas costas”, y por el tercero se manda a “contratar un ingeniero en Estados Unidos que sea práctico en caminos de hierro”.
Asimismo, Urquiza inicia una vasta tarea colonizadora. Y sin detenerse a discriminar si los colonos son católicos o judíos, ortodoxos o protestantes, designa administrador de las colonias a un revolucionario perseguido por la reacción europea, llamado Charles Quentin, ex administrador de la Asistencia Pública de París. También “se hace” en Buenos Aires: se organiza la biblioteca del Congreso y se crea el Hospital de Alienadas. Es contratado Martín de Mousay para redactar un tratado - descriptivo y estadístico - sobre el país. En el mercado del Once surge una Sala Comercial y se realizan los primeros ensayos para la instalación de aguas corrientes. Continúa la importación de ganado fino a fin de renovar las tazas criollas y se reorganiza el Seminario, base del ' Colegio Nacional Central. |