Podemos considerar a las sierras como "islas fitogeográficas"
donde, gracias al agua que retienen de las escasas precipitaciones, prospera
el 40% de las 850 especies de plantas vasculares que constituyen el acervo
florístico de la provincia de La Pampa . Esta "isla" sostiene principalmente ambientes representativos
del ambiente del Monte, si bien también están presentes especies
características del Espinal, que se instalan sobre las márgenes
de los arroyos temporarios, que fluyen al pie de las serranías.
Los bosquecillos están formados en su mayoría por el Caldén,
pariente del algarrobo norteño, cuyo fruto es una llamativa vaina
amarilla en forma de rulo; y el Sombra de Toro , de características hojas romboidales, duras y con una espinita
en cada punta, que posee bellos frutos rojizos. Comparte el ambiente de
estos árboles indígenas el Alpataco, (también de la
familia del algarrobo, pero más pequeño) cuyas espinas llegan
a medir hasta 10 centímetros de largo. Puede decirse que en la formación
boscosa mencionada se agota el patrimonio arbóreo del parque, ya
que sus restantes ambientes son tapizados por una vegetación dominada
por arbustos y hierbas de reducido porte, entre los cuales reinan las Jarillas
y el Chañar acompañados por el Piquillín, la Brea y la Barba de Chivo.
No faltan en este ambiente los cactus , como el denominado "Traicionera"
, sumamente espinoso y de color plateado-blanquecino. Una margarita amarilla,
la "Margarita de la Sierra" y una pequeña leguminosa, que crece entre las grietas de las rocas,
constituyen los dos endemismos botánicos del Parque, es decir, que
no se las encuentra en ninguna otra parte del mundo.
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