Historia

Desde los comienzos de la colonización española la ciudad de Buenos Aires ha sido centro de importantes acontecimientos históricos. Fue la puerta de acceso por donde entraron las ideas de emancipación; la defensa contra las invasiones; el asiento de los primeros ensayos de gobierno propio. Fue finalmente el destino elegido por las sucesivas corrientes inmigratorias, el escenario de las luchas políticas que perfilaron el país actual, y el centro de decisión política y económica.

Primera fundación de Buenos Aires

Pedro de Mendoza fue nombrado el 22 de agosto de 1534 Primer Adelantado, Gobernador y Capitán General, por decreto del rey Carlos I de España con el encargo de fundar al menos cuatro ciudades. Su expedición estaba integrada por miles des hombres trasladados por catorce navíos, además de caballos y vacas que al escapar y reproducirse formaron las primeras manadas, alcanzando para la llegada de Juan de Garay, miles de animales.
La tripulación de la expedición estaba constituida por un total había 2500 españoles y 150 extranjeros entre portugueses, alemanes, flamencos y holandeses los cuales se embarcaron en un navío arrendado por Sebastián Neithard y Jacobo Welser, este último miembro de una familia de banqueros de Augsburgo. Entre los viajeros había una veintena de nobles con título, dos o tres caballeros de una orden militar y algunos capitanes de los tercios de Italia, hijos de familias nobles, y algunas mujeres: María Davila, amante de Mendoza, Catalina Pérez, que se embarcó en Tenerife, Islas Canarias, Elvira Pineda, Mari Sánchez y Catalina Vadillo. Además de catorce monjes- jerónimos y religiosos de la orden de la Merced, un médico, Hernando de Zamora y el hermano de Teresa de Ávila, Rodrigo de Cepeda que perdiera la vida poco después en el Paraguay.​ Esta cifra de pasajeros no está confirmada por todos los historiadores, unos hablan de 1500 pasajeros y que una cierta cantidad de nobles acompañaron a Mendoza: 20 hidalgos, 4 alemanes, 4 ingleses, 5 franceses, 4 italianos y 33 portugueses.
La expedición partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 24 de agosto de 1535 con dieciséis navíos y alrededor de mil doscientos soldados. La escuadra se detuvo brevemente en las islas Canarias y en las de Cabo Verde con el fin de reaprovisionarse, tras lo cual arribaron a Río de Janeiro a fines de noviembre de 1535. Tras dos semanas de descanso, la expedición partió con rumbo al sur y fondeó en el estuario del Río de la Plata a principios de 1536. En el curso de su derrota río arriba, Mendoza fundó el 2 de febrero de 1536 sobre la margen meridional un primer asentamiento, el Puerto de Nuestra Señora María del Buen Aire (el actual Buenos Aires).
El fuerte estaba construido en forma precaria, rodeado por un muro de tierra de 150 varas por lado y casi dos metros de alto, y una fosa con una empalizada. En el fuerte había varios ranchos construidos de barro y paja, utilizados como viviendas, y cinco iglesias. La zona estaba habitada originariamente por aborígenes pampas conocidos como querandíes.
Durante quince días la expedición fue provista de alimentos por los querandíes pero al decimoquinto día dejaron de llevarle provisiones. Cuando Mendoza envió un contingente para reclamar los alimentos fueron atacados por los indígenas en pie de guerra. Mendoza respondió violentamente con trescientos mercenarios lansquenetes y treinta jinetes que cayeron sobre los querandíes; estos arrojaron sobre los españoles una lluvia de flechas y lanzaron piedras atadas con cuerdas hechas con tripas que hicieron caer a los caballos (esta arma arrojadiza se incorporó a la cultura gauchesca con el nombre de "boleadoras"). La mitad de los hombres es diezmada y a esta zona se la empezó a conocer como La Matanza. Más precisamente ocurrió en el lugar donde ahora se encuentra el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

Los ataques indígenas sumado a las enfermedades y las peleas internas mas la imposibilidad de obtener una cantidad considerable de víveres, redujeron significativamente la población. En abril de 1537, Pedro de Mendoza envió a Juan de Ayolas hacia el norte, bordeando las costas del Río Paraná, con la misión de obtener víveres para el fuerte pero al morir Ayolas, la tarea quedó a cargo de Domingo Martínez de Irala, quién se dirigió al fuerte de Asunción.​

Los indígenas buscaron la forma de echar a los extranjeros y cuatro tribus rodearon el campamento e incendiaron los techos de las casas y se salvó únicamente la de Pedro de Mendoza debido a que poseía tejas en su techo; también en los ataques se quemaron cuatro barcos que fondeaban en las cercanías. La población se defendió a los cañonazos, los que hicieron retroceder a los indios, pero el fuerte debió ser abandonado y la gente se refugió en las naves.
Isabel de Guevara escribió una carta explicando la situación, describiendo como se ocupaba de los hombres cansados, curándoles las heridas, lavando la ropa, cocinando como se podía, turnándose las mujeres como centinelas, armando las ballestas y exhortando a los soldados a recorrer el campo. Pedro de Mendoza gravemente enfermo dejó la expedición en manos de Irala y volvió a España en abril de 1537 llevando todos sus bienes consigo, muriendo en viaje a la altura de Brasil.
El cronista Ruy Díaz de Guzmán relató la vida de las primeras generaciones de los conquistadores del Río de la Plata. "Todo sirve de alimento: sapos, culebras, carroña y la misma carne humana. Dos personas a escondidas recortan jirones de carne de un colgado a quien ejecutaron por robar un caballo y se los comen." 
A finales de 1538 llegó a la zona del Río de la Plata el veedor real Alonso de Cabrera, quien portaba la Real Cédula que designaba al sucesor de Pedro de Mendoza, Juan de Ayolas, quién había muerto durante la expedición. Al dirigirse a Asunción Cabrera designó, en lugar del fallecido Ayolas, a Domingo Martínez de Irala, quien ordenó el abandono y destrucción del fuerte de Buenos Aires: "Por cuanto yo, Domingo Martínez de Irala, teniente de gobernador por el muy magnífico señor Juan de Ayolas, gobernador y capitán general de estas provincias del Río de la Plata, por suma he determinado de llevar la gente que estaba en el puerto de Buenos Aires para la juntar con la que está arriba, en el Paraguay...”.​ Los habitantes del fuerte finalmente fueron trasladados a Asunción en 1541.

Segunda fundación de Buenos Aires

La corona española precisaba una salida protegida hacia el océano Atlántico, por lo que necesitaban repoblar Buenos Aires. El motivo de esta fundación queda explicado por las palabras de Juan de Matienzo, oidor de la Audiencia de Charcas, quien en 1566 mencionó la necesidad de abrir una puerta a la tierra, es decir, darle una salida al Atlántico a todo el territorio que existía desde Potosí hacia el sur.

La tarea fue encomendada a Juan de Garay, que partió desde Asunción comandando una expedición de cien hombres, sesenta y tres de ellos futuros pobladores que fueron favorecidos con la entrega de tierras dentro y fuera de la ciudad y hoy inmortalizados en el nombre de alguna de sus calles (Franco, Escobar, Vallejos, Pareja, Griveo - Ver: Primeros vecinos).

Del antiguo fuerte de la primera fundación no quedaban rastros, por lo que el 11 de junio de 1580 estableció la Ciudad de La Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre, con el reparto de tierras entre él, su esposa y sus 63 acompañantes mencionados más arriba, a los que también asignó familias guaraníes, en un sitio presumiblemente cercano al de Mendoza.​ En esta ocasión los nativos querandíes, comandados por Tububá, fueron diezmados hasta exterminar su cultura.​
La zona contaba con importantes defensas naturales, las aguas poco profundas hacia el estuario del Río de la Plata no permitían la llegada directa de naves enemigas, mientras que las barrancas que bordean el territorio entre el Riachuelo y el Arroyo Maldonado permitían controlar a quienes se acercaban por el río, pero a pesar de esto, la ciudad permanecía constantemente en alerta durante los primeros años de su formación, ya que los piratas ingleses y flamencos solían navegar la zona.
A principios del siglo XVII la ciudad estaba constituida por el fuerte, tres conventos y varias casas de barro y paja, y existía un régimen disciplinario estricto por el cual los habitantes estaban obligados a tener armas y nadie podía ausentarse sin permiso del gobernador.​
El nuevo poblado estaba constituido por 250 manzanas rectangulares con la típica distribución en damero tal cual aún se puede apreciar en el casco y núcleo histórico de esta ciudad, cubriendo la superficie delimitada por las actuales calles Balcarce - 25 de Mayo hasta la Av. Independencia, y por las calles Salta - Libertad hasta la Avenida Córdoba.​
También se consideran como límites el Zanjón de Granados al sur, que desembocaba por la actual calle Chile; la orilla del Río de la Plata al este; las actuales calles Salta y Libertad al oeste; y el Zanjón de Matorras hacia el norte, que desaguaba en el río por donde corre la calle Viamonte y el pasaje Tres Sargentos. Cada manzana medía 140 varas de lado, y si bien muchas eran urbanas, el resto estaba destinado a la instalación de "chácaras" o chacras.

Al momento de la fundación de la nueva ciudad, Garay instituyó el Cabildo de Buenos Aires, institución que inicialmente fue un cabildo colonial. También en el edificio del Cabildo de Buenos Aires funcionó la Real Audiencia de Buenos Aires y la Cárcel de Buenos Aires desde 1608.

Buenos Aires como capital de Gobernación

En los comienzos Buenos Aires era la capital de una gobernación que dependía del Virreinato del Perú, esta situación duro e unos dos siglos durante este período los porteños sufrirían todo tipo de necesidades ya que el poblado estaba alejado de todo centro comercial importante, y no existían ninguno de los elementos necesarios para sobrevivir dignamente y no podían fabricarlos en la ciudad. España privilegiaba los puertos sobre el Pacífico y por lo tanto marginaba a Buenos Aires, que sólo recibía dos navíos de registro por año, y hubo lustros en los que no llegó ninguno.​
Esto llevó a que los habitantes que apenas eran unos 500 en 1602 ​ buscaran burlar la ley y vivir del contrabando, que venía fundamentalmente desde Brasil.

Lentamente la importancia de la ciudad fue en aumentó debido a su situación geográfica la que servía como muelle natural de la región, superior a la de la ciudad de Lima, y se incrementaron cuando los conceptos internacionales de riqueza dejaron de regirse exclusivamente por el oro y las piedras preciosas y se valorizaron más otro tipo de productos, como el cuero muy demandado en la época. El contrabando en esa época era pagado con la única fuente de riqueza que existió hasta principios del siglo XVII, que era la venta del cuero que se obtenía de la matanza de rebaños (vaquerías) de bovinos sin dueños que vagaban por los campos, mientras que el resto, carne, sebo, etc, se tiraba, para mediados del siglo XVII la población de la ciudad llegaba a unos 3000 habitantes.​
En 1680 los portugueses, intentando expandir sus dominios en américa llegaron con una expedición a Colonia del Sacramento, en la costa opuesta del Río de La Plata, pretendiendo establecerse en ese territorio, hasta entonces de aquel país.
El gobernador de Buenos Aires, José de Garro, después de enviarle un ultimátum, rechazado por los portugueses, para que se retiraran, reunió a los habitantes y con su apoyo organizó un ataque, ayudado por los aborígenes guaraníes y tres mil hombres venidos de las ciudades más cercanas. El resultado fue una contundente victoria, que le permitió a Buenos Aires adquirir un mayor prestigio.
La industria del cuero fue progresando, y hacia mediados del siglo XVIII existía una industria local importante, y por otra parte, dado que en Buenos Aires sólo se podía progresar por lo que uno era o tenía, el valor social no lo daban los apellidos o la cercanía con la aristocracia, sino por el éxito que uno hubiera logrado por mérito propio. Esto la diferenciaba del modo de ser de otras ciudades vecinas.​

Organización de la ciudad en la época virreinal

La ciudad se organizó según el modelo utilizado en muchas de las ciudades establecidas en el nuevo continente: un trazado en damero alrededor de una plaza mayor. Garay trazó desde la Plaza Mayor, sede de los poderes administrativos, las calles que delimitarían la ciudad, reservándose la manzana que actualmente ocupa el Banco de la Nación Argentina. Se adjudicó a el Cabildo de Buenos Aires la manzana que hoy ocupa, aunque su extensión era mayor antes de la apertura de la Avenida de Mayo y de la Diagonal Sur; y a la Catedral, la media manzana que ocupa actualmente.

En el sector este de la Plaza se instaló desde principios del siglo XVII el Fuerte de la ciudad y su construcción finalizó en la década de 1720,​ y estaba amurallado con piedras y rodeado por un foso. Sólo se accedía a él por la Plaza Mayor, mediante un puente levadizo que se encontraba donde hoy está construido el arco central de la Casa Rosada.

A partir del siglo XVIII la ciudad comenzó a desarrollarse hacia el sur, ya que a través del puerto del Riachuelo se introducían mercaderías tanto de forma legal como de contrabando.
En 1769 se crearon las primeras parroquias: Catedral, San Nicolás, El Socorro, Montserrat, La Piedad y La Concepción. La construcción de iglesias ha sido muy importante en el desarrollo de la ciudad, ya que alrededor de ellas se comenzaron a formar los primeros barrios.
Hacia el norte del fuerte, bordeando el río, existía un lugar de esparcimiento público llamado Paseo de la Alameda. El lugar existió hasta que fue necesario rellenar el río para la ejecución de obras portuarias, convirtiéndose en el siglo XIX en el Paseo de Julio.

Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata

Debido al contrabando existente en la región, sumado al peligro que representaba Portugal e Inglaterra, en 1776 fue creado el Virreinato del Río de La Plata, y Buenos Aires fue establecida su capital, por ser el lugar por el que tenía más fácil acceso España desde el Atlántico.
Desde su segunda fundación hasta 1776 la ciudad había tenido un bajo desarrollo, pero esto cambió cuando aumentó su jerarquía administrativa y el tráfico comercial ya que la ciudad fue beneficiada por la Corona española con un tipo de comercio más abierto, flexible y liberal, dado por el Reglamento de Libre Comercio, de esta manera podía introducir mercaderías de cualquier región, y conectarse con otros puertos, sin pedir permiso a las autoridades reales. De esta manera cortó con su dependencia política y comercial de Lima.
La ciudad se convirtió en principal proveedor de productos importados en el Interior del país, y aumentaron las exportaciones de productos ganaderos de la región pampeana hacia España. Esto produjo una mejora en la situación económica, por lo que se realizaron diferentes inversiones: se instaló el primer alumbrado público, se empedraron algunas de sus calles​ y se sustituyeron algunos viejos templos construidos con barro y paja.
La ciudad vivió un exponencial progreso entre 1780 y 1800, recibiendo además una fuerte inmigración, fundamentalmente de españoles, y en menor medida de franceses e italianos;​ y se pobló fundamentalmente de comerciantes y unos cuantos estancieros.
Tenía, en comparación con las demás ciudades vecinas, pocos prejuicios aristocráticos, o de castas y esta prosperidad también favoreció la llegada de las ideas liberales desde Europa, lo que aumentó su desarrollo cultural y produjo la creación de movimientos emancipadores.

Invasiones sufridas en la época colonial

Desde su fundación hasta 1807 la ciudad sufrió varias invasiones, algunas de mayor relevancia que otras: en 1582, sufre el primer intento de invasión por el corsario inglés Edward Fontain el cual intentó un desembarco en la isla Martín García pero fue rechazado. En 1587, el inglés Tom Candish, intentó apoderarse de la ciudad, pero en vista del peligro, las familias se internaron y Candish decidió retirarse.
En 1658 se produce el tercer intento de invasión. Esta vez de parte del francés Timoteo de Osmat, por orden de Luis XIV, rey de Francia, pero el Maestro de campo, don Pedro de Baigorri Ruiz, a la sazón gobernador de Buenos Aires, logra defender con éxito el puerto. El cuarto intento de invasión estuvo a cargo del aventurero Mr. de Pintis, pero el vencindario que se unió para defenderse lo rechazó. En 1699 se produce la quinta invasión, esta vez a cargo de una banda de piratas daneses. Esta invasión también fue rápidamente rechazada. Durante el gobierno de Bruno Mauricio de Zabala, se produce la sexta invasión. El capitán francés Esteban Moreau, después de amenazar Montevideo, desembarca en Castillos donde las tropas bonaerenses lo rechazan. Moreau muere en el intento.

Las invasiones inglesas

En 1806 comenzó lo que se conoce con el nombre de Invasiones Inglesas, en el marco de la Guerra anglo-española (1804-1809) -onceava guerra anglo-española-, y esta a su vez dentro de las Guerras Napoleónicas: desde los inicios de la Conquista de América, Inglaterra se había interesado en las riquezas de la región y España estaba en un principio aliada a Francia, y por lo tanto era su enemigo. El 27 de junio el mayor general inglés William Carr Beresford se apoderó de Buenos Aires, casi sin resistencia, pues no existía un ejército fuerte y organizado. Tomó el gobierno pero fue derrotado el 12 de agosto de 1806 por un ejército proveniente de Montevideo comandado por el francés Santiago de Liniers con el apoyo del comerciante español Martín de Alzaga.

En 1807 una segunda expedición inglesa al mando de John Whitelocke tomó la plaza fuerte de Montevideo y permaneció en este enclave por varios meses. El 5 de julio de 1807, Whitelocke intentó ocupar Buenos Aires, pero sus habitantes y las milicias urbanas, ahora organizadas —y una vez más con ayuda de Liniers— derrotaron a los ingleses.

Vista de Buenos Aires poco después de su fundación

Vista de Buenos Aires poco después de su fundación 
Ulrico Schmidl fue un mercenario, viajero y cronista de origen alemán, famoso por su informe sobre la expedición que fue publicado en 1567 en Alemania la publicación estaba compuesta de muchas ilustraciones 



Mapa de los territorios an américa del rey de España Felipe II en 1598
Mapa de los territorios an américa del rey de España Felipe II en 1598
El Imperio Español en tiempos de la segunda fundación de Buenos Aires en 1580 y de su cabildo, bajo el reinado de Felipe II, distinguiendo el ámbito de cada Consejo territorial en el sistema polisinodial del Imperio Español


Parcelamiento de Buenos Aires, realizado por Garay según las Leyes de Indias. (1580)
Parcelamiento de Buenos Aires, realizado por Garay según las Leyes de Indias. (1580)
Las Leyes de Indias son la legislación promulgada por los monarcas españoles para regular la vida social, política y económica de los territorios americanos y filipinos de ultramar de la Monarquía Hispánica.
Fundamentalmente, son la recopilación de las Leyes de Burgos y las Leyes Nuevas, las cuales trataban de otorgar derechos a los indígenas frente a algunos abusos que se estaban cometiendo.





Cabildo de Buenos Aires
Cabildo de Buenos Aires
El Cabildo de Buenos Aires fue una institución fundada 1580 que funcionó hasta 1821 en quedó reemplazada en sus funciones por la Junta de Representantes de Buenos Aires.


Buenos Aires en 1628
Buenos Aires en 1628
Primera vista conocida de Buenos Aires, cuando existía la gobernación del Río de la Plata, pintada hacia 1628 por un holandés.


Mapa del Virreinato del Río de la Plata alrededor de 1783
Mapa del Virreinato del Río de la Plata alrededor de 1783
El virreinato del Río de la Plata, conocido también como virreinato de las Provincias del Río de la Plata o virreinato de Buenos Aires fue una entidad político-territorial que estableció la Corona española en América como parte integrante del Imperio español.
Fue creado primero en forma provisional, el 1 de agosto de 1776, y luego, de manera definitiva, el 27 de octubre de 1777, por orden del rey Carlos III de España a propuesta de su secretario de Indias José de Gálvez y Gallardo, y tuvo su capital en la ciudad de Buenos Aires, de escasa importancia hasta ese momento.
La triunfante Revolución de Mayo en 1810, ocurrida en Buenos Aires —que había sido precedida por los fracasados movimientos de Chuquisaca y La Paz, ambos en 1809 en la provincia de Charcas— desató el inicio de la guerra de la Independencia Argentina que culminó con la segregación del virreinato respecto del poder español y su división.
El 18 de noviembre de 1811 abandonó el cargo el último virrey, Francisco Javier de Elío, dejando el mando al entonces gobernador de Montevideo, Gaspar de Vigodet, quien pasó a ser la máxima autoridad española como capitán general y gobernador de las provincias del Río de la Plata. Vigodet continuó en su cargo hasta que la rendición de Montevideo, el 23 de junio de 1814, supuso el final del dominio español en el Río de la Plata.


Martín de Álzaga y Santiago de Liniers héroes durante las invasiones inglesas
Martín de Álzaga y Santiago de Liniers héroes durante las invasiones inglesas
Martín de Álzaga
Cuando en 1806 se produjo la primera de las Invasiones Inglesas en Buenos Aires, puso su fortuna al servicio de la Reconquista. Organizó un grupo de conspiradores, el que se unió a otros que tuvieron el mismo objetivo, formados también por poderosos comerciantes, como Anselmo Sáenz Valiente y Juan Martín de Pueyrredón.
El general invasor William Carr Beresford había ordenado el secuestro de todas las armas en poder de particulares, pero Álzaga era especialista en su contrabando, por lo que pudo reunir centenares e instalar talleres para su reparación. Alquiló en secreto las casas que daban a la Plaza Mayor, y desde allí cavó túneles para minar el Fuerte, además de instalar en ellas cantones desde los cuales hacer frente a los invasores.
Su capacidad de organización era notable; tenía una tenaz voluntad y un don natural de mando. Alquiló la chacra de Perdriel, en el actual partido de San Martín, donde los voluntarios se entrenaban por turnos, y donde se reunieron fuerzas de caballería. La red de espionaje organizada por los ingleses sólo descubrió lo que se tramaba pocos días antes de iniciada la reacción. El ataque a Perdriel sólo aceleró los hechos.
Cuando Santiago de Liniers llegó desde Montevideo y comenzó la Reconquista de Buenos Aires, el 12 de agosto, apareció de repente el ejército secreto de Álzaga y los ingleses fueron rápidamente vencidos. La rendición de Beresford no tardó en llegar salvándose el Virreinato del Río de la Plata del dominio de la corona británica. 
Santiago de Liniers
Santiago de Liniers se puso en contacto con los grupos que organizaba Martín de Álzaga para intentar la expulsión de los ingleses, y luego viajo a Montevideo en donde reclutó en pocos días un ejército de 1600 hombres, encuadrados en las unidades militares con asiento regular en Montevideo. 
En Colonia del Sacramento lo esperaba una escuadrilla reunida por el capitán de fragata Juan Gutiérrez de la Concha que deja el suelo oriental el 3 de agosto.El 12 de agosto de 1806 inició la Reconquista de Buenos Aires. Atacó la ciudad, venció a los ingleses y obligó a su gobernador, William Carr Beresford a rendirse


Desde la Revolución de Mayo

La resistencia del pueblo y su participación activa en la defensa y la reconquista aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos e incrementó la influencia y el fervor de los grupos independentistas.19​33​ Buenos Aires ganó en poder militar (conformado principalmente por criollos) y prestigio moral. Paralelamente, quedó en evidencia la incapacidad de la metrópoli de defender a sus colonias en el contexto de los conflictos internacionales de la época.​
Todo esto, y la llegada de ideas liberales​ y fundamentalmente la ocupación de España por el ejército napoleónico, permitió la creación de movimientos emancipadores, que desataron en 1810 la Revolución de Mayo y la creación del primer gobierno patrio.

Revolución de Mayo

La Revolución de Mayo fue una serie de acontecimientos revolucionarios ocurridos en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, dependiente del rey de España, que se sucedieron durante el transcurso de la llamada Semana de Mayo, entre el 18 de mayo de 1810, fecha de la confirmación oficial de la caída de la Junta Suprema Central, y el 25 de mayo, fecha en que se destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y se lo reemplazó por la Primera Junta de gobierno. Este inició el proceso  inició el surgimiento del Estado Argentino no hubo una proclamación de la independencia formal, ya que la Primera Junta no reconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, pero aún gobernaba nominalmente en nombre del rey de España Fernando VII, quien había sido depuesto por las Abdicaciones de Bayona y su lugar ocupado por el francés José Bonaparte. Como consecuencia de esto se produjo el desplazamiento del poder de los españoles por parte de los criollos.​ La ciudad, de unos 40.000 habitantes, se transformó en un importante puerto consumidor de productos manufacturados que provenían principalmente de Gran Bretaña y se produjo el desmembramiento del Virreinato del Río de la Plata.​ Buenos Aires se constituyó en un primer momento en centro hegemónico, pero debió imponerse a las oligarquías provinciales, que tenían sus propios proyectos económicos.​
El gobierno que sucedió al virrey, la Primera Junta, consideró que tenía todos los poderes de aquel. Lo mismo entendieron todos los gobiernos que le sucedieron (Junta Grande, Primero y Segundo Triunvirato, y Directorios). La Primera Junta pretendió además designar a los gobernadores-intendentes, enviar ejércitos, etc. Y lo más importante: recaudar los derechos de aduana. Esto hizo que el resto del virreinato, sintiera que la revolución sólo había sustituido el poder central del virrey por el de Buenos Aires, sin obtener ninguna ventaja. Así se produjeron desmembramientos, como el de la Banda Oriental, Paraguay, el Alto Perú, etc. El sentimiento federal creció, encarnándose fundamentalmente en José Gervasio Artigas.
En 1815 se produjo la primera rebeldía del interior contra el gobierno central al ser designado Carlos María de Alvear como Director Supremo. Éste fue depuesto tres meses después, lo que obligó a insuflar un nuevo motivo de fervor por la Revolución. Así surgió la necesidad de declarar, en el Congreso de Tucumán de 1816, lo que ya era un hecho: la independencia del virreinato con respecto a España.
Aquel congreso se trasladó luego a Buenos Aires, y elaboró la Constitución de 1819, que no funcionó y fue desechada por los federales. Al año siguiente las fuerzas federales derrotan al Directorio y se crea la Provincia de Buenos Aires, siendo su primer gobernador Manuel de Sarratea quien firma con los vencedores, comandados por López y Ramírez, el Tratado del Pilar.

Gobernación de Martín Rodríguez
Luego de un período de inestabilidad, Martín Rodríguez es designado gobernador y sus ministros, entre los que se destaca Bernardino Rivadavia, inician un período de orden y reformas:​ se crea el Registro nacional, se funda la Administración de Vacuna y el Archivo General de Buenos Aires y se inaugura la Bolsa Mercantil. En el aspecto cultural se destaca la inauguración de la Universidad de Buenos Aires​ y se crea la Sociedad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
El 1 de julio de 1822, el ministro de la provincia de Buenos Aires Bernardino Rivadavia publicó una serie de decretos reformistas, que fueron completados seis meses más tarde por la ley de la Cámara de Representantes que dictó, el 21 de diciembre, la "Ley de Reforma General".
Estas resoluciones afectaban principalmente a las órdenes religiosas, cuyos miembros eran considerados más adeptos a la Santa Sede que los sacerdotes del clero secular.
Los despojos arbitrarios y unilaterales de la administración rivadaviana junto con el rol de la Iglesia Católica en la génesis de la nacionalidad argentina son causa de la reparación histórica que fundamenta el actual sostenimiento del culto católico en la Argentina, reglamentado por la Ley 21.540 sobre la "Asignación a determinados dignatarios pertenecientes al Culto Católico Apostólico Romano".
El 19 de marzo de 1823 estalló la "Revolución de los Apostólicos" en defensa de los bienes de la Iglesia católica en Argentina encabezada por Gregorio García de Tagle, una reacción bien organizada contra las "reformas" del ministro Rivadavia, en la que participaron ilustres ciudadanos como Domingo Achega, Mariano Benito Rolón, Ambrosio de Lezica (padre). Tuvo apoyo de muchos descontentos, además de frailes y curas.
El organizador militar fue Rufino Bauzá que logró reunir 150 hombres y atacó de madrugada el Fuerte, que casi logró ocupar; logró poner en libertad a los presos encerrados en el mismo. El mando pasó al coronel José María Urien, uno de los prisioneros librados, pero éste fracasó en tomar el gobierno. Las fuerzas gubernamentales dispersaron rápidamente a la manifestación, y la mayoría de los líderes fueron capturados, ejecutados o castigados con dureza.

El congreso de 1824

Hacia fines de 1824 se reunió un congreso para redactar una constitución nacional pero a los pocos meses estalló la Guerra del Brasil, lo que obligó a formar un ejército urgentemente, y se pensó que también se tenía que formar un Poder Ejecutivo Nacional para unificar el mando militar. De modo que, sin empezar siquiera a discutir una constitución que le diera marco legal al cargo, el 6 de febrero de 1826 se sancionó la ley de presidencia, creando un Poder Ejecutivo Nacional Permanente, con el título de «Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata».​ Se nombró a Rivadavia como el primer presidente en febrero de 1826, lo que no fue bien recibido en las provincias.

Presidencia de ​Rivadavia

Rivadavia presentó a ese congreso un proyecto de capitalización de Buenos Aires, la ciudad y gran parte de la campaña circundante se proclamaba capital del Estado. El federalismo porteño se opuso, en defensa de las instituciones de las provincias garantizadas por la ley fundamental, en especial el puerto y la aduana, principal fuente de recursos de la provincia. No obstante, la ley fue sancionada en 1826.​
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Las Heras cesó en su cargo por decreto del Poder Ejecutivo.​ La Junta de Representantes fue disuelta, y se nacionalizaron el ejército de la provincia, las tierras públicas, la aduana y todas las propiedades provinciales.​ Los hacendados, alarmados por las consecuencias que podía tener la capitalización, dejaron de apoyar a Rivadavia, y este quedó políticamente aislado. Tres meses luego la Constitución de 1826 se aprobó pero las provincias la rechazaron.
Mientras tanto, en 1825, desembarcó en la costa oriental la expedición libertadora de Juan Antonio Lavalleja y sus Treinta y Tres Orientales y luego de poner sitio a Montevideo reunieron un congreso que declaró que la Banda Oriental se reincorporaba a la Argentina. El Congreso Nacional aceptó la reincorporación pero Rivadavia decidió entonces deshacerse de la guerra con Brasil ya que un bloqueo naval impuesto por aquel afectaba el comercio, base de la recaudación de rentas del estado. Entonces, a pesar de la contundente victoria sobre Brasil, se firmó un tratado deshonroso que reconocía la soberanía del Imperio sobre la Banda Oriental y se comprometía a pagarle al enemigo una indemnización. Aunque ante las críticas Rivadavia rechazó el convenio igualmente sufrió el costo político del pacto, que se convertiría en una de las razones de su futura renuncia.
Rivadavia, además de ganarse la enemistad de las provincias del interior gracias a la Constitución de 1826 y a todas las medidas centralistas que tomó; se encontró con que la guerra con el Brasil había agotado los recursos.​ El régimen presidencial concluyó al renunciar Rivadavia y exiliarse en Inglaterra. El país regresó a su anterior situación, es decir, cada provincia se gobernaba por sus propias instituciones pero confiaban en Buenos Aires el manejo de las Relaciones Exteriores.
Durante lo que se conoció como la «época de Rivadavia» la ciencia y la cultura prosperaron de manera significativa en el país. Su impulso reformista dio a la vida intelectual una dinámica desconocida hasta entonces, creando un clima propicio que fructificó en diversos campos a través de la obra personal de muchos individuos. Su renuncia provocó el exilio de la mayor parte de los protagonistas comprometidos con el régimen caído, lo que empobrecería notoriamente el quehacer intelectual de tendencia europeizante, principalmente en Buenos Aires.

Buenos Aires durante el gobierno de Rosas (1829-1852)

La renuncia de Rivadavia provocó el exilio de la mayor parte de los protagonistas comprometidos con el régimen caído, lo que empobrecería notoriamente el quehacer intelectual de tendencia europeizante, principalmente en Buenos Aires.

La época de Rosas fue un período en la historia de la Argentina en la primera mitad del siglo XIX, en que el poder político estuvo controlado directa o indirectamente por el brigadier general Juan Manuel de Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires. La duración de la misma depende del punto de vista: si se refiere a la historia de la provincia de Buenos Aires, duró desde 1829 a 1852; si, en cambio, se refiere a la Confederación Argentina, duró desde 1835 a 1852. 

Durante el período mencionado, Rosas ejerció el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires en dos períodos, entre 1829 y 1832, y entre 1835 y su renuncia a raíz de la derrota en la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852.

Durante el período no existió ningún gobierno nacional, y Rosas no ejerció cargo alguno de carácter nacional, pero las demás provincias le delegaron el manejo de las relaciones exteriores de todas ellas, incluyendo la firma de tratados en tiempos de paz y las declaraciones de guerra. No obstante, el poder real de Rosas excedió en mucho esas atribuciones, ya que por medio del control económico, el dominio militar y la presión política, limitó mucho las acciones de los gobernadores de las demás provincias; de hecho, varios de ellos fueron derrocados por presión de Rosas o por imposición de sus ejércitos. Y varios otros fueron elegidos únicamente en función de las buenas relaciones que tenían con Rosas.

En 1829, Juan Manuel de Rosas llegó al poder después de derrotar al Partido Unitario.​ Luego de derrotar al ejército unitario en 1831, dejó el gobierno 1832 para volver en 1835, asegurándose la suma del poder público, encabezando una coalición formada por la mayor parte de la elite federal y tradicionalista de la ciudad.​ Los rivadavianos y unitarios se vieron obligados a emigrar. El censo de 1836 realizado en la ciudad a pedido de Rosas indicaba que había 62.000 habitantes. En 1852 ya había 85.000 en 350 manzanas edificadas.
La participación vecinal en la política cambió completamente sus formas durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. La libertad de prensa desapareció y la oposición fue perseguida. Pero las clases medias y populares canalizaron su acción política —de apoyo al gobierno— en formas políticas más primitivas y de acción directa, en forma de manifestaciones y acciones violentas contra los opositores. El gobierno de la ciudad fue ejercido personalmente por Rosas, asesorado —más que controlado— por la Sala de Representantes provincial.
Rosas dictó una Ley de Aduanas que gravaba con altos aranceles la mercadería importada. Esta ley favorecía a las provincias, al proteger sus industrias; pero especialmente a Buenos Aires, ya que le aumentó significativamente sus ingresos aduaneros. ​En esta época la ciudad resistió airosamente dos bloqueos navales: el Bloqueo francés entre 1838 y 1840, y el Bloqueo anglofrancés entre 1845 y 1848.
Rosas durante todo su periodo había ido juntando muchos enemigos, tenia problemas con Brasil y Paraguay , también los había tenido con Francia y Gran Bretaña , al mismo tiempo Urquiza fue incrementando su poder militar y económico hasta que vino la rotura del régimen rosista con el pronunciamiento de 1851 que terminaría con la batalla de Caseros y el fin del Rosismo  

Desde Caseros  hasta la batalla de Pavón (1852-1860)

Luego de la derrota de Rosas a manos del ejercito de Urquiza en la batalla de Caseros, Rosas se exilió en Inglaterra, y así en Buenos Aires el centro de poder político quedó en manos de liberales y unitarios, es ese momento la ciudad se abrió hacia la inmigración y miles de europeos, especialmente de Italia y España le cambiaron la fisonomía a la ciudad y a su idiosincrasia.
Los palacios y casas fueron construidos u ornamentados al estilo italiano, reemplazando al "estilo colonial".

La representación vecinal volvió con el gobierno de Justo José de Urquiza, quien estableció un sistema de 21 municipales y un Presidente, en relación con las 11 parroquias que existían en la ciudad. A partir de este momento y por más de un siglo, el sistema parroquial sería la base de la representación vecinal.

Vicente López y Planes fue designado gobernador provisorio de la provincia de Buenos Aires y por el Acuerdo de San Nicolás la aduana de la ciudad fue nacionalizada, y sus ingresos manejados por Urquiza, al designárselo Director de la Nación.
Pero la Legislatura de Buenos Aires, gracias al alegato de Bartolomé Mitre, rechazó el acuerdo, lo que provocó la renuncia del gobernador López.
Urquiza pretendió asumir la conducción de Buenos Aires, pero los porteños, tras la revolución de septiembre de 1852, retomaron el control de la ciudad.

El 6 de mayo de 1853 el Congreso Constituyente Nacional dictó una ley que determinaba que la ciudad iba a ser dividida en relación con las once parroquias, y que cada una tendría dos representantes llamados municipales.
El funcionamiento de la Municipalidad estaba a cargo de las Comisiones de Seguridad, Higiene, Educación, Obras Públicas y Hacienda, integradas por tres personas cada una. Los miembros de las comisiones eran elegidos entre los 22 municipales, quienes debían ser padres de familia, "de probidad notoria, respetabilidad y práctica en los negocios".

Estado de Buenos Aires

Entre 1854 y 1861 la provincia de Buenos Aires, si bien no se declaró libre, se separó del resto de las trece provincias que conformaron la Confederación Argentina con capital en ciudad de Paraná en la Provincia de Entre Ríos; y formó un estado independiente, el Estado de Buenos Aires. Esto generó la necesidad de organizar la provincia en todos sus aspectos, incluido el municipal.

El 11 de octubre de 1854 el Poder Legislativo de la provincia de Buenos Aires sancionó una ley, similar a las sancionadas por Urquiza y los Constituyentes, basada en las parroquias. Los municipales debían ser mayores de 25 años o emancipados, y debían tener un capital de diez mil pesos de la época o una renta equivalente.

El primer órgano de gobierno de la ciudad, la Corporación Municipal, fue reglamentado por esa misma ley. Estaría compuesto por 21 municipales, un vicepresidente y el cargo de presidente ocupado por el Ministro de Gobierno. La primera elección de representantes parroquiales ocurrió en 1856, y el 3 de abril de ese año se llevó a cabo la primera sesión. La Corporación funcionó como tal hasta 1865, cuando fue reformada.
Pero los problemas institucionales no dificultaron el desarrollo de la ciudad, la llegada de inmigrantes requería una ampliación de la infraestructura. La actividad portuaria se concentró durante mucho tiempo en la zona del Riachuelo, donde se encontraba el puerto principal.30​ La poca profundidad de la costa del Río de la Plata era ideal por motivos defensivos, pero imposibilitaba la llegada de flotas comerciales, al menos con la tecnología de la época.​ Pero finalmente el 11 de septiembre de 1855 se construyó un nuevo muelle para el transporte de pasajeros,​ frente a la Capitanía del Puerto entre las actuales Perón y Sarmiento.

El muelle de madera se introducía más de 200 m en el Río de la Plata y tenía una vía central para trasladar el equipaje por medio de vagonetas.

El desarrollo de la infraestructura continuó con la inauguración del ferrocarril. El 29 de agosto de 1857 partió el primer tren argentino desde la Estación del Parque, ubicada en las cercanías de la actual Plaza Lavalle, hasta la estación La Floresta en las cercanías del pueblo de Flores, que en aquel entonces estaba en la provincia.

En 1859 fue inaugurada detrás de la actual Casa Rosada la Aduana Nueva o Aduana Taylor, con un muelle de 300 m con un riel central que facilitaba el transporte de carga. El edificio tenía una forma semicircular, y en su torre contaba con un faro, lo que convirtió al mismo en uno de los símbolos de la ciudad. La estructura fue demolida en 1884, cuando la construcción del Puerto Madero lo inutilizó

La batalla de Cepeda, de 1859, obligó a Buenos Aires a aceptar la Constitución Nacional, pero esta no fue una solución definitiva, ya que la inestabilidad propia del gobierno del sucesor de Urquiza, Santiago Derqui, y el avance de los amigos de Buenos Aires en varias provincias del interior llevaron a un nuevo enfrentamiento, en la batalla de Pavón.

La batalla de Pavón, librada en el sur de la provincia de Santa Fe el día 17 de septiembre de 1861, fue un combate clave de las guerras civiles que dividieron a la Argentina durante el siglo XIX, esta batalla significó el fin de la Confederación Argentina, y la incorporación de la provincia de Buenos Aires en calidad de miembro dominante del país. La victoria de los porteños en ésta causó la disolución del gobierno de la Confederación, y la asunción temporaria del poder nacional por parte del gobernador porteño Bartolomé Mitre. Durante este gobierno provisorio, las fuerzas de Mitre invadieron más de la mitad de las provincias del interior, y reemplazaron a sus gobiernos federales por otros unitarios.

Buenos Aires, capital provisoria de Argentina (1861-1880)

Con el reingreso de la provincia de Buenos Aires a la Confederación Argentina, nuevamente fue necesaria una reestructuración, fue entonces que el 30 de septiembre de 1860 designó como capital provisoria a la ciudad de Buenos Aires. En cuanto a la organización municipal, se reducían los municipales a trece propietarios y cinco suplentes, y se mantenían ciertas restricciones económicas para acceder al cargo.

El 8 de octubre de 1862 se determinó a través de la Ley 19 que la sede de las autoridades nacionales por los próximos cinco años sería la ciudad de Buenos Aires;​ función que delegaba, desde su separación de la Confederación Argentina, a la ciudad de Paraná en Entre Ríos. El 2 de noviembre de 1865 se estableció un nuevo régimen municipal para la ciudad, que duraría hasta 1876, los municipales serían doce y el Presidente sería elegido por la Municipalidad, en relación con una terna presentada por el colegio electoral. Además dividía a la ciudad en 12 secciones, integradas por un Juzgado de Paz, correspondiéndole un municipal y dos suplentes a cada una. Para ser municipal bastaba ser mayor de 25 años y ser vecino de la parroquia por la que se presentaba.

El 30 de octubre de 1867 la legislatura provincial sancionó la ley 522 por la que se incrementaba la extensión del municipio de la ciudad de Buenos Aires en desmedro de los partidos vecinos de Flores y Belgrano. En particular el límite norte que anteriormente era el camino del Ministro Inglés (actualmente Avenida Scalabrini Ortiz) se cambió al arroyo Maldonado y durante los siguientes tres años el gobierno municipal tuvo que pagar una compensación a los dos partidos mencionados.

Si bien la fundación en 1854 de la Municipalidad permitió ordenar la ciudad, la falta de higiene era un gran problema y fue solo después de la epidemia de fiebre amarilla de 1871 que diezmó literalmente la población, que se mejoró el problema del agua corriente y se mejoraron las condiciones de vida de la población, que en algunos lugares vivía hacinada.

A raíz de dicha epidemia, el cementerio del Sur, situado donde actualmente se encuentra el Parque Ameghino en la Avenida Caseros al 2300, vio colmada su capacidad, por lo que el gobierno municipal adquirió entonces siete hectáreas en la Chacarita de los Colegiales (donde hoy se encuentra el Parque Los Andes), y creó un nuevo cementerio que se trasladaría en 1886 al actual de la Chacarita.
El 11 de noviembre de 1875 se inauguró el amplio espacio verde del Parque Tres de Febrero, construido en terrenos que habían pertenecido a Juan Manuel de Rosas y cuyo destino había sido fijado por ley nacional el año anterior. Su nombre conmemora la fecha de la Batalla de Caseros. Sus límites originales eran, al este la actual calle Ugarteche, y al oeste el Arroyo Maldonado. Más tarde sucesivas adquisiciones expanden el predio hasta los límites actuales.
El 28 de octubre de 1876 el Poder Legislativo provincial dictó la Ley Orgánica de las Municipalidades. Esta ley establecía un Consejo Central y un Consejo Parroquial por cada parroquia existente en el Municipio, que fueron un principio de descentralización administrativa. No todos los Consejos Parroquiales tenían la misma cantidad de miembros: las parroquias de Catedral al Norte, Catedral al Sud, San Miguel, San Nicolás, Socorro, Piedad, Montserrat, Concepción y Balvanera tendrían doce miembros, mientras que las de San Telmo, Pilar, San Juan Evangelista, Barracas al Norte y San Cristóbal tenían sólo ocho.
Los límites del municipio de la ciudad de Buenos Aires eran: el Río de la Plata, el Riachuelo y las actuales Sáenz, Boedo, Venezuela, Castro Barros, Medrano, Lavalle, Córdoba, Uriarte, Niceto Vega y el arroyo Maldonado, correspondiendo aproximadamente a las avenidas Juan B. Justo y Bullrich, hasta el Río de la Plata.​
La relación entre autoridades federales y bonaerenses siguió, sin embargo, siendo hostil; el Partido Nacionalista de Mitre abogó por la abstención electoral, y el gobernador de Buenos Aires, Carlos Casares, endureció la separación entre el poder de policía y administración a su cargo y el poder federal. Avellaneda intentó la reconciliación amnistiando a los insurrectos, pero el gesto no obtuvo grandes resultados. Cuando, en 1880, las perspectivas de Mitre para alcanzar la presidencia se vieron nuevamente enturbiadas por el apoyo prestado por Avellaneda a Roca, las armas parecieron nuevamente inminentes; el nuevo gobernador de la provincia, el mitrista ,Carlos Tejedor hizo alusión en un discurso a la condición de "huésped suyo" del gobierno federal. 
Cuando el gobierno de Avellaneda anunció la decisión de legislar la federalización de Buenos Aires, Tejedor ordenó movilizaciones militares y la formación de milicias para adiestrar a los ciudadanos en el manejo de las armas. El Congreso sancionó una ley que prohibía a las provincias la movilización sin permiso expreso federal, pero Buenos Aires la ignoró, y cuando el gobierno federal ordenó la requisa de un barco cargado de armas destinadas a la milicia provincial, el coronel José Inocencio Arias impidió, por orden de Tejedor, la maniobra de las fuerzas nacionales.

Ante la actitud beligerante, Avellaneda dispuso el retiro del gobierno federal de la ciudad de Buenos Aires y decretó la designación del pueblo de Belgrano, entonces fuera del ejido porteño, como sede transitoria de gobierno. El Senado, la Corte y parte de la Cámara de Diputados se trasladaron allí, antes de que el ejército nacional al mando de Roca sitiara Buenos Aires.

El enfrentamiento fue particularmente cruento; tras feroces combates en Olivera, Puente Alsina, Barracas y en los Corrales (actual Parque Patricios, cerca de San José de Flores), las tropas de Tejedor fueron derrotadas. Aunque Mitre había prestado apoyo a los insurrectos, ofició como mediador, y obtuvo la firma de un acuerdo disponiendo el desarme de la milicia provincial y la renuncia de Tejedor. 

El Congreso, desde la sede provisoria de Belgrano — en el edificio del actual Museo Histórico Sarmiento —, disolvió la legislatura porteña. El 24 de agosto de 1880, Avellaneda presentó un proyecto de ley por el cual se declaraba a Buenos Aires capital de la República y se la ponía bajo control directo federal; el 21 de septiembre la ley fue aprobada, y el 6 de diciembre fue promulgada por el nuevo presidente Julio Argentino Roca. Con su ratificación días más tarde por la legislatura porteña, se separó a Buenos Aires de la provincia homónima. La capital de esta última se trasladaría a la ciudad de La Plata, fundada ad hoc y se establecería el gentilicio bonaerense para los nacidos en la provincia manteniendo porteño para los nacidos en la ciudad.

Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810

Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810
El Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires (actual Argentina, por entonces parte del Virreinato del Río de la Plata), en el cual se decidió expulsar al virrey español Baltasar Hidalgo de Cisneros, pintura realizada por Pedro Subercaseaux en conmemoracío del centenario de la revolución en 1910 y que se encuentra en el Museo Histórico Nacional




Juramento de la Primera Junta
Juramento de la Primera Junta
Juramento de la Primera Junta Gubernativa Argentina el 25 de mayo de 1810 pintada por el pintor chileno Pedro Subercaseaux en conmememoración del centenario de la revolución.



Reunion de la Primera Junta de Gobierno
Reunion de la Primera Junta de Gobierno 
La Primera Junta de Gobierno, oficialmente Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII, fue la Junta de gobierno surgida el viernes 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, como consecuencia del triunfo de la Revolución de Mayo que destituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y que existió como tal hasta el 18 de diciembre del mismo año, ya que con la incorporación de diputados del interior se transformó en la Junta Grande.
Estaba integrada por Cornelio Saavedra como presidente, Juan José Castelli , Manuel Belgrano , Miguel de Azcuénaga , Manuel Alberti , Domingo Matheu , Juan Larrea como vocales y Juan José Paso , Mariano Moreno como secretarios



Bernardino Rivadavia
Bernardino Rivadavia
Rivadavia, durante su gobierno delegado de 1821 a 1824 y su mandato presidencial de 1826 y 1827, había prescindido totalmente del pueblo urbano y del campesinado. Se le puede definir como el padre de la oligarquía opresora de las clases inferiores desde los primeros días posteriores a la Revolución de Mayo, cuando era el hombre fuerte del Primer Triunvirato en 1811 y 1812, llamado el triunvirato perpetuo. Es el patriarca del liberalismo argentino.
El desastre financiero del gobierno de Rivadavia era desconcertante y su política suicida hacía tambalear al poder presidencial; pero la camarilla que lo rodeaba, prefirió perder los derechos inherentes a la guerra victoriosa del Brasil con los sonados triunfos navales del almirante Guillermo Brown, coronados con la batalla del Juncal del 9 de febrero de 1827, y los militares del general Alvear, sellados pocos días después en la batalla de Ituzaingó del 20 de febrero de 1827; antes que consentir que el poder se les escapara de las manos. Y así, el ministro Manuel José García, pactó la traición de una paz vergonzosa, por la cual “se entregaba al Brasil la provincia argentina del Uruguay, y a Gran Bretaña el control del Río de la Plata”; porque Rivadavia había dicho a su embajador plenipotenciario que “la paz había que firmarla a cualquier precio”.


Juan Manuel de Rosas
Juan Manuel de Rosas
Juan Manuel de Rosas como gobernador de la provincia de Buenos Aires en la pintura realizada en 1830 por el pintor Cayetano Descalzi



Residencia de Rosas
Residencia de Rosas en Palermo
Residencia de Rosas en San Benito de Palermo, actual Parque 3 de Febrero. Terminada hacia 1848, fue abandonada con su exilio y demolida en 1899. Esta pintura es de 1850 realizada por  el artista Carlos Sívori ilustrando la casona del Gobernador Juan Manuel de Rosas en la zona de Palermo, en Buenos Aires. Vista desde la actual Avenida Sarmiento, por donde corría un estanque artificial.


Mazorquero óleo por Juan Manuel Blanes
Mazorquero óleo por Juan Manuel Blanes
La Mazorca fue una organización policial que ejerció su acción al servicio de Juan Manuel de Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires —entre 1829 a 1832 y 1835 a 1852—, que utilizó el terror como instrumento de gobierno. Estaba muy asociada a la Sociedad Popular Restauradora, pero era relativamente independiente de ésta.


La armada anglo-francesa fuerza su paso a través de la Vuelta de Obligado
La armada anglo-francesa fuerza su paso a través de la Vuelta de Obligado
El Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata —también conocido como la Guerra del Paraná— tuvo lugar entre el 2 de agosto de 1845 y el 31 de agosto de 1850. Durante el mismo, las escuadras británica y francesa cerraron al comercio todos los puertos de la Confederación Argentina y los de la República Oriental del Uruguay, con excepción del de Montevideo.
La diplomacia inglesa y francesa justificó el bloqueo por la participación del ejército argentino —dependiente del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas— en la Guerra Grande en Uruguay. Según las potencias interventoras, esa participación era un ataque directo a la independencia de ese país.
La acción militar anglo-francesa no obtuvo la ansiada rendición de Rosas, aunque logró sostener al gobierno de Montevideo durante seis años. Finalmente, la intervención fue levantada por medio del Tratado Arana-Southern y el Tratado Arana-Lepredour.


Batalla de Caseros

Batalla de Caseros
La batalla de Caseros fue un enfrentamiento armado ocurrido el 3 de febrero de 1852, en el cual el ejército de la Confederación Argentina, al mando de Juan Manuel de Rosas —gobernador de la provincia de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina—, fue derrotado por el Ejército Grande, compuesto por fuerzas del Brasil, el Uruguay, las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe y los unitarios exiliados, liderado por Justo José de Urquiza —gobernador de Entre Ríos, quien se había sublevado contra Rosas el 1 de mayo de 1851 en el Pronunciamiento de Urquiza—, y que tuvo como consecuencia la renuncia inmediata de Rosas al gobierno y su exilio en Gran Bretaña.



Jura de la Constitución del Estado de Buenos Aires en 1854.
Jura de la Constitución del Estado de Buenos Aires en 1854.
Tras la revolución del 11 de septiembre de 1852, fue nombrado gobernador el General Manuel Guillermo Pinto, el primer gobernador del Estado de Buenos Aires.
En 1854 se sancionó la Constitución del nuevo Estado. Sus atribuciones eran similares a la Constitución de la Confederación Argentina, aunque establecía un período gubernativo de cuatro años, a diferencia de los seis de la presidencia de la Confederación. Además, la constitución porteña reconocía una religión oficial, la católica, mientras que la Confederación había elegido un compromiso menor al asentar que "el Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano". Otras diferencias eran la elección del gobernador por la Sala de representantes y la existencia de la Asamblea legislativa (conformada por el Senado y la Sala de representantes) como instancia ratificadora de las leyes vetadas por una cámara o el gobernador. Tras su sanción fue declarado gobernador constitucional Pastor Obligado.


El primer tren argentino partió desde la Estación del Parque, en Buenos Aires.
El primer tren argentino partió desde la Estación del Parque, en Buenos Aires.
El Ferrocarril Oeste de Buenos Aires (FCO), inaugurado en la ciudad de Buenos Aires el 29 de agosto de 1857, fue el primero construido en territorio argentino y el iniciador de la extensa red ferroviaria que se expandió en los años siguientes. La locomotora bautizada La Porteña, construida en los talleres británicos de The Railway Foundry Leeds, fue la encargada de realizar el primer viaje.El trayecto medía inicialmente 10 km e iba desde la estación del Parque (situada donde actualmente se encuentra el teatro Colón, en Buenos Aires) a la estación La Floresta, que en aquel entonces se encontraba en el pueblo de San José de Flores, pero que actualmente es parte de la ciudad de Buenos Aires. Los rieles se tendieron por las actuales calles Lavalle, pasaje Santos Discépolo, avenida Corrientes, avenida Pueyrredón y luego seguía el actual trayecto del Ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento, hasta la mencionada Floresta. 


Aduana Nueva
Aduana Nueva
La Aduana Nueva o Aduana de Taylor fue el primer edificio público de gran volumen construido en Buenos Aires y también el primer relleno importante realizado sobre terreno ganado al Río de La Plata. Inspirada en el notorio empuje que cobraba el puerto de Buenos Aires y símbolo del poderío económico porteño, la aduana comenzó a construirse en 1855 y se la inauguró en 1857. Estaba situada con frente al mencionado río, detrás de la Casa de Gobierno, y fue proyectada por el ingeniero Edward Taylor.
Después de apenas 37 años de vida fue demolida en 1894 para dar lugar a las obras de Puerto Madero y su lugar es ocupado actualmente por el Parque Colón.


Fiebre amarilla en Buenos Aires
Fiebre amarilla en Buenos Aires
La epidemia de fiebre amarilla que hubo en Buenos Aires en 1871 fue un desastre que mató aproximadamente al 8% de los porteños en una ciudad donde normalmente el número de fallecimientos diarios no llegaba a 20, hubo días en los que murieron más de 500 personas,​ y se pudo contabilizar un total aproximado de 14.000 muertos por esa causa, la mayoría inmigrantes italianos, españoles, franceses y de otras partes de Europa.​
En ocasiones anteriores la enfermedad había llegado a Buenos Aires en los barcos que arribaban desde la costa del Brasil, donde era endémica, pero la epidemia de 1871 se cree que habría provenido de Asunción del Paraguay, portada por los soldados argentinos que regresaban de la Guerra de la Triple Alianza ya que previamente se había propagado en la ciudad de Corrientes.​ En su peor momento, la población porteña se redujo a menos de la tercera parte, debido al éxodo de quienes abandonaron la ciudad para intentar escapar del flagelo.


Partidos de la Provincia de Buenos Aires antes de la federalización de la ciudad de Buenos Aires. En rojo, la ciudad actual con sus barrios. Partidos de la Provincia de Buenos Aires antes de la federalización de la ciudad de Buenos Aires. En rojo, la ciudad actual con sus barrios.

Batalla de Barracas
Batalla de Barracas
La Batalla de Barracas (Avellaneda, provincia de Buenos Aires, 20 de junio de 1880), fue un combate entre las fuerzas nacionales, leales al presidente Nicolás Avellaneda y las rebeldes que respondían al gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, como parte de la última guerra civil argentina, la Revolución de 1880, que resolvería definitivamente el problema de la capital de la Nación. Su resultado militar fue una ligera ventaja de los rebeldes, que de todos modos los obligó a replegarse hacia el interior del municipio de Buenos Aires.


Poderes ejecutivo, legislativo y judicial en l ciudad de Belgrano
Poderes ejecutivo, legislativo y judicial en l ciudad de Belgrano
El actual museo Sarmiento en la ciudad de Belgrano alojó a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial del gobierno nacional cuando debió ausentarse de Buenos Aires, y en la mayor de sus salas sesionó el Congreso que declaró a Buenos Aires Capital Federal de la Nación siendo presidente de la Nación Nicolás Avellaneda. Cuando terminó la guerra civil aquí se firmó la Ley de Federalización, por este motivo fue declarada Monumento Histórico Nacional por el simbolismo que representa el lugar donde se discutieron temas fundamentales para la nación.
Al momento de dictarse esta ley funcionaban en el edificio oficinas administrativas de la municipalidad, que fueron desalojadas para instalar el nuevo instituto.


De la Federalización a la actualidad

En 1882 el Congreso Nacional creó las figuras del Intendente y el Concejo Deliberante de la ciudad. El intendente no era elegido por voto popular, sino que era designado por el Presidente de la Nación en conformidad con el Senado. El primero en ejercer el nuevo cargo fue Torcuato de Alvear, designado en 1883 por Julio A. Roca. En cambio el Concejo Deliberante sí era votado por los habitantes.
Además la ciudad se volvió cosmopolita, a diferencia del resto del país, y desarrolló una potencialidad financiera y cultural. La Nación hizo todo lo posible por agrandar y embellecer la ciudad que ahora le pertenecía. De 337.617 habitantes en 1880, la ciudad pasó a tener en 1895 649.000 de los que solamente 320.000 eran nativos.
Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX la ciudad sufrió una transformación importante; la prosperidad económica que atravesaba el país sumada a las preparaciones para el I Centenario que se celebraría en 1910 permitieron que la infraestructura urbana se desarrollara. Se mejoraron los servicios públicos y en 1913 contó con el primer subterráneo de Iberoamérica. En lo urbanístico se modificó en estilos, edificios altos y en la traza urbana. Se discutieron y formularon planes para hacer de la metrópolis el símbolo de una nueva y progresista nación.
El aumento del tráfico comercial requería la construcción de un nuevo puerto en la ciudad. Eduardo Madero había presentado varios proyectos para su construcción en 1861 y 1869, pero fue en 1882 cuando su proyecto es aceptado gracias a su tío Francisco Madero, vicepresidente de la Nación durante la primera presidencia de Julio Argentino Roca. El puerto fue inaugurado en 1884, pero la dársena norte y el dique 4 fueron inaugurados recién en 1897. Este puerto tuvo muchas deficiencias; por lo que en 1908 el Congreso de la Nación estableció la construcción del Puerto Nuevo, que fue inaugurado en forma provisoria en 1919, compuesto por dársenas abiertas y ubicado al norte de la Avenida Córdoba.

Pero no todo era prosperidad en la ciudad de Buenos Aires. Los festejos del Centenario se desarrollaron bajo estado de sitio, declarado a raíz de la huelga general sucedida el año anterior luego de la sangrienta represión en Plaza Lorea a una manifestación anarquista, que dejó 8 muertos y más de 100 heridos, y que luego se daría a conocer como la “Semana Roja”.​En enero de 1919 fueron asesinados 700 obreros y hubo cerca de 4000 heridos luego de un conflicto desatado a raíz de una huelga en los talleres metalúrgicos Pedro Vasena e Hijos, hecho que sería recordado como la “Semana Trágica”.​

Desde 1895 a 1914, a raíz de la llegada de las grandes corrientes inmigratorias, la ciudad creció con una de las tasas anuales más grandes del mundo y en 1914 era la duodécima ciudad más grande del mundo con 1.575.000 habitantes, y también creció cultural y comercialmente.​
Esta inmigración provocó cambios en la fisonomía de la ciudad. Era frecuente la construcción de conventillos, viviendas precarias que eran alquiladas a los recién llegados, quienes debían convivir en una situación de hacinamiento y falta de higiene.​También comenzaron a formarse las primeras villas de emergencia, que si bien se desarrollaron a partir de la década de 1930, existían desde fines del siglo XIX.​

Durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX existió un gran desarrollo del sistema tranviario. La primera línea de tranvía fue inaugurada el 14 de julio de 1863. Para la década de 1920 la red contaba con 875 km de líneas, 3000 vehículos y 12.000 empleados. El sistema continuó funcionando hasta el 19 de febrero de 1963, luego de lo cual la ciudad se queda sin tranvías hasta que se inaugura el PreMetro el 27 de agosto de 1987, salvo por un servicio histórico que funciona en el barrio de Caballito los feriados y fines de semana desde 1980 —el "Tramway Histórico de Buenos Aires"— proporcionado por la Asociación Amigos del Tranvía.​

En 1936 se construyó el Obelisco y el año siguiente se inauguró el primer tramo de la Avenida 9 de Julio, cuya extensión sería ampliada varias veces en las décadas siguientes.​
En 1941, tras 4 años de obras, se inauguró la Avenida General Paz. Desde ese entonces, le sirve de límite con la provincia de Buenos Aires, si bien dichos límites habían sido fijados por ley en 1887.​

Durante los gobiernos de la Revolución del 43 y los mandatos de Juan Domingo Perón, a raíz de un fuerte proceso de migración interna, la ciudad aumentó su población tanto dentro de sus límites administrativos como en los partidos de la provincia de Buenos Aires lindantes con la misma, lo cual llevó a la conformación de la megaciudad conocida como Gran Buenos Aires.​

En 1955 la ciudad sufrió el bombardeo de la Plaza de Mayo por un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Juan Domingo Perón con la intención de derrocarlo. En el hecho murieron 308 personas y hubo más de 700 heridos.
Hacia 1976 (plena dictadura militar), con vistas a un parque automotor en constante expansión, fue ideado el Plan de autopistas urbanas, firmemente ejecutado por el intendente Cacciatore, que contemplaba una red de autopistas con peaje.
​La construcción comenzó en 1978, y las autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno fueron finalmente inauguradas el 6 de diciembre de 1980, para elo una importante cantidad de terrenos fueron expropiados, en muchos casos de manera forzada, y con profundo malestar y rechazo de gran parte de los vecinos afectados. Muchos de ellos fueron trasladados a barrios construidos por proyectos estatales de vivienda. Otras obras fueron comenzadas y luego abandonadas, y dichos terrenos fueron ocupados ilegalmente.

El 17 de marzo de 1992 a las 14:45 horas, un coche bomba explotaba contra el edificio de la Embajada de Israel causando 29 muertes,118​ pero no sería el único, ya que el hecho se repetiría el 18 de julio de 1994 a las 9:53, esta vez contra la sede de la AMIA, causando 85 muertos y más de 300 heridos.​

Autonomía de la ciudad

Tras la Reforma de la Constitución Argentina de 1994 la ciudad pudo contar con su propia Constitución y con un gobierno autónomo de elección directa.​
En las primeras elecciones del Poder Ejecutivo, efectuadas en 1996, resultó ganadora la fórmula radical, convirtiendo a Fernando de la Rúa en el primer Jefe de Gobierno.​De la Rúa renunciaría a su cargo en 1999 para asumir la Presidencia de la Nación, siendo su mandato completado por el vicejefe Enrique Olivera.​

Durante los años siguientes la ciudad continuó con su desarrollo cultural y de su infraestructura. Comenzaron nuevas obras de ampliación de la línea de subterráneos; a la vez que fueron inaugurados y refaccionados diferentes museos, teatros y centros culturales.
En diciembre de 2001 la ciudad fue testigo de algunos de los cacerolazos y marchas que pedían la renuncia del Ministro de Economía, Domingo Cavallo, y del Presidente de la Nación, Fernando de la Rúa. La represión policial ordenada por el Gobierno Nacional causó varios muertos tanto en las cercanías de la Casa Rosada como en las del Palacio del Congreso. El conflicto finalizó con la renuncia del Presidente, y dio lugar a una de las peores crisis institucionales que sufrió la República Argentina.
En 2003 fue promulgada la Unión Civil, tanto para las parejas homosexuales como para las heterosexuales, convirtiéndose en la primera ciudad en América Latina en oficializar dichas uniones.
En el 2004 la ciudad sufrió una de sus mayores tragedias cuando en un recital de rock 30 de diciembre se produjo un incendio en el local bailable República Cromañón al momento de arrojar en su interior, por parte de los asistentes al mismo, bengalas causando un incendio de dejó 193 muertos y 1432 heridos. Este hecho produjo una investigación en un juicio político para determinar la responsabilidad política del Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra; tras el cual, la Legislatura decidió suspenderlo​ y luego destituirlo, siendo reemplazado definitivamente por el Vicejefe de Gobierno Jorge Telerman el 7 de marzo de 2006.​ En el juicio penal iniciado después, se comprobó que Aníbal Ibarra no era culpable y resultó sobreseído, fallo que luego quedó firme.​
En el año 2007 se producen las elecciones para Jefe de Gobierno y legisladores. El 10 de diciembre de 2007 Mauricio Macri asumió el cargo de Jefe de Gobierno, luego de vencer la fórmula compuesta por él y Gabriela Michetti, en la segunda vuelta de las elecciones realizadas en junio del mismo año, al binomio Daniel Filmus-Carlos Heller con el 60,96 % de los votos. Dicha fórmula había triunfado también en la vuelta previa al obtener el 45,62 %, con una diferencia de más del 20 % respecto de sus principales competidores. En la misma fecha también asume Aníbal Ibarra el cargo de legislador en la Legislatura Porteña, tras haber ganado en las elecciones legislativas.
En 2010 en la ciudad se realizaron los actos centrales del Bicentenario de Argentina, durante los cuales también se celebró la reinauguración del Teatro Colón, luego de los trabajos de restauración hechos a raíz de su deterioro.​