Resistencia Sindical

El peronismo residual intentó maniobrar aprovechando las diferencias entre ambas corrientes militares la nacionalista y la liberal imperantes en el gobierno esto para obtener algunas ventajas y ganar tiempo para reorganizarse alrededor del movimiento sindical. Por esa razón ese momento fue conocido como la entente cordiale.

El 5 de octubre de 1955 la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) renunció asumiendo la dirección provisoria Andrés Framini y Luis Natalini de Luz y Fuerza.

La CGT aumentó su presión sobre el gobierno para que se abstuviera de intervenir en la situación interna de los sindicatos, buscando imponer direcciones no peronistas y antiperonistas.

El 26 de octubre, en una reunión con el Ministro de Trabajo Luis Cerruti Costa, La CGT le exigió dejar de apoyar a los grupos opositores, bajo amenaza de declarar una huelga general.

Cerruti Costa entonces rechaza la exigencia sindical y, dos días después establece nuevas reglas para la "normalización sindical" que, en los hechos, dejaban sin efecto el acta firmada con la CGT.
Las nuevas reglas establecían la caducidad de los mandatos de los dirigentes de la CGT y los sindicatos, y el llamado a elecciones controladas por las Fuerzas Armadas.50​ Ante ello los sectores liberales del régimen militar se movieron para obtener mayor poder.

La CGT se reúne con Lonardi. A la izquierda de la foto, Luis Cerrutti Costa (Ministro de Trabajo); al centro, el presidente de facto general Eduardo Lonardi; a la derecha, Luis Natalini y Andrés Framini, líderes de la central sindical CGT. 1955.…

La CGT se reúne con Lonardi. A la izquierda de la foto, Luis Cerrutti Costa (Ministro de Trabajo); al centro, el presidente de facto general Eduardo Lonardi; a la derecha, Luis Natalini y Andrés Framini, líderes de la central sindical CGT. 1955.…

Al día siguiente de asumir la dirección de la CGT, Framini y Natalini firmaron un pacto formal con el ministro Cerruti Costa, por el cual el gobierno reconocía a las autoridades de la CGT y se comprometía a designar interventores imparciales en los sindicatos, donde se deberían realizar elecciones democráticas en 120 días.
Por su parte, la CGT aceptó la eliminación del preámbulo del estatuto donde se adoptaba la doctrina peronista y la eliminación del 17 de octubre como feriado.
​Durante su gestión un los grupos de choque denominados Comandos Civiles habían ocupado por la fuerza una cantidad considerable de locales sindicales. Entre ellos se encontraban los locales de la Asociación Bancaria, la Federación Gráfica, La Confederación de Empleados de Comercio, la Fraternidad, el SUPE, la Unión Ferroviaria, entre otros, provistos con armas de la Marina.