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En las elecciones del
7 de julio de 1963 participaron varias decenas de partidos, pero
hubo 20% de votos en blanco como consecuencia de la forzada abstención
del peronismo. Se habló, entonces, de una carta de Perón fechada el 1 de julio en la que ordenaba a sus
seguidores tomar esa actitud.
La UCRP (Unión Cívica
Radical del Pueblo) obtuvo el mayor número de votos, pero éstos
eran sólo el 25% del total; la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente)
resultó tercera con 16% y el 40% restante se distribuyó entre 47
partidos menores (conservadores, socialistas, partidos provinciales
de origen radical y grupos marginales de derecha e izquierda).
La fórmula Arturo H. Illia - Carlos H. Perette asumió el 12 de octubre
de ese año. El nuevo gobierno resultaba muy poco representativo,
sólo contaba con un tercio de los escaños en el Congreso, y debía
enfrentar las presiones que las distintas tendencias internas del
radicalismo del Pueblo ejercían para lograr puestos claves en el
gabinete.
En su primer mensaje ante al Congreso el doctor Illia señaló algunos
aspectos fundamentales de su programa de gobierno: respetar la independencia
del Poder Judicial, respetar las autonomías provinciales, eliminar
la desocupación obrera, aprovechar plenamente todos los factores
productivos, defender el valor de nuestra moneda, anular los contratos
petroleros con empresas extranjeras, mejorar el nivel tecnológico
del campo, modificar el régimen de la tierra para facilitar el acceso
a la propiedad de los auténticos productores por medio de un sistema
de créditos adecuado, obtener mayores saldos exportables para completar
nuestro desarrollo industrial, buscar nuevos mercados sin exclusiones
ideológicas, fortalecer la acción gremial pero alejarla de su instrumentación
política partidaria, ampliar las posibilidades en educación y cultura
para la mayor cantidad de gente, reafirmar la política americanista
del radicalismo, procurar la integración del territorio nacional,
reclamando por el derecho sobre las Islas Malvinas y la Antártida
Argentina y formular un llamamiento a las Fuerzas Armadas para su
reinserción en el proceso democrático. |
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Obra
de Gobierno |
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Una de las primeras
medidas del gobierno fue la anulación de los contratos petroleros
con las empresas extranjeras, firmados durante el gobierno de A. Frondizi. Esta decisión, que formaba parte de la plataforma
electoral, provocó graves problemas de abastecimiento. Fue necesario
importar combustible y el país sufrió una considerable pérdida de
divisas en concepto de indemnizaciones por la forma indiscriminada
en que se llevó a cabo la anulación. Además aumentó la desconfianza
internacional por el no cumplimiento de los compromisos asumidos
por la Argentina.
Cuando los radicales
llegaron al gobierno el panorama económico era desalentador. Se
vivía una gran recesión; la tasa de desempleo era del 8.8% y el
conjunto de la capacidad productiva instalada estaba trabajando
al 55%. Todo esto provocó una fuerte caída de los ingresos fiscales
porque muchas empresas dejaron de pagar los impuestos y los aportes
jubilatorios.
El sector bancario
tenía una situación muy comprometida. Durante la época de Frondizi y después de Pinedo, Alsogaray, Méndez Delfino y Martínez
de Hoz, en nombre de la libertad económica no se aplicaron desde
el Banco Central las normas que existían para la vigilancia de los
créditos que otorgan los bancos. Así, los bancos privados y del
Estado, especialmente el Banco Nación, habían otorgado créditos
por encima de la capacidad prestable de las empresas. Al contraerse
la actividad en el año 1962, las empresas se encontraron imposibilitadas
de pagarles a los bancos los créditos que les habían dado para importar
maquinaria. En muchos casos esta se encontraba arrumbada en el puerto
de Bs. As. El gobierno decidió aplicar una estrategia de corto plazo,
basada en el estímulo de la demanda y elaboró un Plan Nacional de
Desarrollo para el quinquenio 1965 - 1969. Una buena cosecha permitió
elevar el nivel de las exportaciones con saldo positivo en la cuenta
corriente del Balance de Pagos. Se logró incrementar el PBI en el
orden del 8% entre 1964 - 1965 con el correspondiente efecto sobre
el empleo. Sin embargo no se pudo controlar el alza de los precios
internos que pasaron la barrera del 30% anual entre 1965 y 1966.
El gobierno trató de reaccionar con controles de precios que fueron
resistidos por los empresarios.
La deuda externa constituía
otro problema serio. El 56.2% de ella vencía en los próximos tres
años, es decir, en 1966 por lo cual se decidió renegociar la misma
con el Club de París.
El 15 de enero de 1964
el Parlamento consideró el proyecto de Ley de Medicamentos que señalaba
el carácter de bienes sociales al servicio de la salud pública de
los medicamentos. En su articulado se facultaba al Poder Ejecutivo
para la regulación de los precios ya que, por estar la venta de
medicamentos condicionada por las necesidades de la población, su
proceso económico escapaba a la ley de la oferta y la demanda, de
la libre competencia y de la libertad contractual.
A pesar de las presiones
internacionales la ley fue aprobada.
En marzo del mismo
año de dio a conocer el nuevo Estatuto de los Partidos Políticos
que posibilitaba la incorporación del peronismo a la vida cívica;
establecía un control preciso sobre el patrimonio de los partidos;
normas sobre proselitismo electoral y dejaba sin efecto las inhabilitaciones
de los dirigentes gremiales, tanto obreros como empresarios. |
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En
octubre de 1964 visitó nuestro país el presidente de
Francia y héroe de la segunda Guerra Mundial, el Gral.
Charles de Gaulle. La oposición peronista utilizó el
acontecimiento para manifestarse. El presidente francés
fue saludado a su paso por las calles de Buenos Aires
al grito de: `De Gaulle - Perón -Tercera Posición`. |
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De
Gaulle y Illia se saludan en el aeropuerto de Ezeiza |
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Cartel
de la CGT con motivo de la llegada del General De Gaulle.
El peronismo comparaba aspectos de De Gaulle con los
de Perón y debido a eso De Gaulle tuvo un buen
recibimiento |
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Las relaciones internacionales |
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El gobierno debió resolver
con Chile un problema limítrofe conocido como "cuestión Palena"
suscitada entre los hitos 16 y 17 de la frontera argentino-chilena.
Como el país trasandino se negó a la solución bilateral se recurrió
al arbitraje de la corona británica. Lo mismo sucedió con el paraje
llamado Laguna del Desierto.
Las relaciones con
EUA fueron buenas, a pesar de la anulación de los contratos petroleros.
El 10 de mayo de 1964 la Argentina firmó un convenio de cooperación
militar con los Estados Unidos. Este convenio se basaba en un nuevo
concepto de la seguridad continental, cuyo núcleo consistía en reemplazar
la doctrina del peligro extracontinental por otra que consideraba
que la amenaza estaba dentro de América Latina. De acuerdo con esto
las Fuerzas Armadas del continente cambiaban su rol de defensoras
contra el enemigo exterior por el de fuerzas encargadas de la seguridad
interna, destinadas a combatir la subversión y el comunismo.
En 1962 se había creado
el Colegio Interamericano de Defensa que trató de vincular en forma
regular a los oficiales de todas las fuerzas armadas del continente
y difundió nuevas prácticas de "contrainsurgencia" para
enfrentar la acción guerrillera, considerando necesario poner al
día la doctrina, el armamento, el entrenamiento y la organización
de los ejércitos.
Cuba constituía en
esa época el factor desestabilizante de la política norteamericana.
Se le acusaba de exportar la ideología marxista por medio de la
acción guerrillera.
La IX Reunión de Consulta
de Cancilleres de la O.E.A. estuvo destinada a tratar ese tema.
Los EUA hicieron sentir su presión para que los países del continente
aislaran diplomática y comercialmente a Cuba. Nuestro canciller,
el doctor Zavala Ortiz, aceptó repudiar el régimen comunista cubano
pero se pronunció en contra de una acción compulsiva inmediata.
En septiembre de 1964
comenzó una nueva ofensiva diplomática de la Argentina ante la ONU
por el reconocimiento de su soberanía sobre la Islas Malvinas. El
08 de ese mes, el piloto civil argentino de ascendencia irlandesa,
Miguel Fitzgerald, descendió en una pista de carreras cuadreras
en las cercanías de Puerto Stanley con un avión monomotor. Una vez
en tierra clavó una bandera argentina y emprendió el regreso. El
12 de septiembre una muchedumbre lo recibió en el Aeroparque de
Bs. As. y lo acompañó con una caravana de automóviles hasta el centro
de la ciudad. Esta acción simbólica no fue avalada por el gobierno
nacional que continuó sus reclamos por la vía diplomática.
En abril de 1965, tropas
de infantería de marina de los EUA desembarcaron en Santo Domingo
con el objetivo de "restablecer el orden democrático".
Nuestro país justificó la intervención y condenó las interferencias
castrocomunistas en los asuntos internos de los países americanos. |
La
oposición |
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El
presidente Illia en un acto oficial |
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Illia
presidiendo una reunión de Gabinete |
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Illia
en una mensaje por televisión |
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Una
formidable campaña de acción psicológica,
de la que participarón excelentes caricaturistas
y periodistas, se organizó para deteriorar la
imagen del presidente Illia. La paloma aludía
a su ingenuidad y la tortuga, a su lentitud e ineficiencia. |
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Al poco tiempo de asumir, el gobierno llamó a colaborar
a los partidos políticos opositores, pero el pedido se recibió con
desconfianza, debido a que esta convocatoria se producía cuando
ya todos los cargos importantes estaban cubiertos por el oficialismo.
El peronismo, por su parte, inició una paulatina ofensiva para recuperar
posiciones.
A fines de 1964 corrió la noticia de que Perón había abandonado Madrid por vía aérea rumbo a Lisboa,
donde se embarcaría hacia Lima y de allí a Bs. As. en un "avión
negro". El presidente y sus ministros se reunieron y dispusieron
que los organismos de seguridad tomaran los recaudos necesarios
para impedir desordenes. La noticia resultó falsa. Pocos meses después
un avión de Iberia llegaba a Río de Janeiro con Perón con la intención
de proseguir a Bs. As.. Fue declarado persona no grata por lo que
debió abordar un avión de regreso a Madrid. Con estos episodios
quedó claro que las F.F.A.A. estaban dominadas por los antiperonistas
que no tolerarían el regreso del líder del Justicialismo.
Los rumores de posibles golpes de estado acosaron
al gobierno radical durante toda su gestión. Las simpatías del vicepresidente
Perette por los militares colorados no hacía más que complicar la
situación, ya que el ascenso de J.C. Onganía a teniente general daba un resonante triunfo a
los azules y desalentaba las intenciones de reincorporación de los
colorados retirados.
Illia también chocó con organizaciones como la Sociedad Rural y la Unión
Industrial que se habían unido en un asociación antiestatal llamada
ACIEL (Acción Coordinada de las Institutos Empresarias Libres).
Ambos atacaron persistentemente el déficit del Estado, la inclinación
del gobierno por los controles de precios y de cambio, su proteccionismo
a las empresas públicas como YPF y la decisión de mantener congelados
los arrendamientos agrícolas impuestos bajo el gobierno de Ramírez en 1943.
La prensa nacional y extranjera colaboró en la
campaña de desprestigio que se inició contra el presidente y los
miembros de su gabinete acusados de lentitud e inactividad. Diarios
como El Mundo y Crónica publicaban caricaturas en las que se veía
a Illia representado como una tortuga. La CGT llevó a cabo el
"operativo tortuga" que consistió en sembrar el centro
de Bs. As. con esos animalitos que llevaban pintadas en su caparazón
las palabras "Illia o gobierno".
La principal oposición
provino precisamente de los sindicatos y de la CGT que a comienzos
de 1964 adoptó el denominado Plan de Lucha. |
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José
Alonso lider del sindicato del vestido y Vandor lider
de la UOM le entorpecieron el gobierno a Illia con paros
y movilizaciones, reclamando el golpe de estado, el
cual se produciría en 1966. |
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Vandor,
hizo algunos arreglos con los militares para ayudar
con el derrocamiento de Illia. Una vez en el poder lo
militares lo traicionaron y temino asesinado en 1969 |
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A
lo largo de un mes y medio, cuatro millones de trabajadores
ocupan 11.000 establecimientos industriales y retienen
a sus directivos. |
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El
general Julio Alsogaray, hemano del economista Alvaro Alsogaray
fue uno de los propulsores del golpe de estado.El
golpe fue bien recibido en los sectores y financieros liberales |
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La
CGT y el plan de lucha |
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La Ley de Asociaciones Profesionales aprobada durante
el gobierno de Illia intentó quebrar la unidad sindical y lo que consiguió
fue estimular la reacción de los sectores afectados.
Los reclamos sindicales consistieron en: actualización
de los salarios, fijación de precios máximos en los productos de
la canasta familiar, control de costos y participación de los trabajadores
en los organismos que se crearían con ese propósito, plena ocupación,
reincorporación de los cesantes por razones gremiales, actualización
de jubilaciones y pensiones, defensa del sector agropecuario, jerarquización
de la enseñanza pública y plan de construcción de viviendas.
El 16 de enero de 1964 la CGT, alegando que sus
reclamos no eran atendidos por el Poder Ejecutivo, dio a conocer
su Plan de Lucha. Este comprendía una primera etapa de preparación,
organización y agitación a desarrollarse entre el 15/1 y el 28/2.
Desde el 1 de marzo hasta el 31 del mismo mes se llevarían a cabo
las medidas de acción directa: ocupación parcial, zonal y por grupos
de los centros de producción (agropecuarios, industriales y comerciales)
y finalmente ocupación simultánea y total, en todo el país, por
el término de 24 horas.
La UCRP intentó defender los logros del gobierno.
La Federación Argentina de Entidades Democráticas Anticomunistas
(FAEDA), definió el Plan de Lucha como verdaderos delitos contra
la seguridad de la Nación y acusó al Partido Comunista de actuar
en forma indirecta a través del sector peronista. La UCRI, que respondía
a Alende, acusó al gobierno de insensibilidad pero rechazó la forma
de protesta elegida por la Central Obrera.
Mientras el Poder Ejecutivo enviaba al Congreso
un proyecto de ley de abastecimiento, con el propósito de controlar
el aumento del costo de vida, los empresarios y gremialistas coincidían
en su crítica, al considerar que las medidas adoptadas no eran suficientes
para solucionar la desocupación y la parálisis económica del país.
Entre tanto la sociedad argentina se polarizaba:
la Democracia Cristiana apoyó el Plan de Lucha; la Unión Conservadora
lo condenó; la Democracia Progresista intentó conciliar posiciones
proponiendo una tregua; los 32 Gremios Democráticos se opusieron
al plan cegetista; ACIEL pedía la adopción de medidas para garantizar
la libertad de trabajo y el derecho de propiedad; la UIA se declaró
en estado de asamblea permanente. El gral. Aramburu censuraba el accionar de la CGT y de algunos dirigentes
políticos al tiempo que acusaba al gobierno de no tener una actitud
clara. El diálogo entre la CGT y el gobierno quedó interrumpido
y, después de éxitos parciales, el 1° de mayo la central obrera
anunció la puesta en marcha de la segunda parte del Plan.
A la protesta se sumaron
otros gremios, como el de los docentes que realizaron un paro total
entre el 6 y 7 de mayo de 1964.Durante ese mes, superadas momentáneamente
las diferencias internas en la CGT, fueron ocupados por su personal
varios establecimientos.
Ni siquiera la promulgación
de la Ley del Salario Mínimo, Vital y Móvil, las gestiones realizadas
por el arzobispo de Bs. As. cardenal A. Caggiano y la fijación de
precios máximos para algunos artículos de primera necesidad hicieron
retroceder a los sindicalistas. Entre el 21 de mayo y el 24 de junio
los obreros ocuparon más de 11.000 establecimientos industriales. En algunos círculos gubernamentales
prevaleció la idea de que la CGT había combinado su Plan con la
organización de un golpe militar. Illia,
sin embargo, se negó sistemáticamente a proclamar el estado de sitio.
Durante el año 1965 continuaron las huelgas y reclamos gremiales:
ENTEL debió pedir protección policial por temor a los actos de sabotaje;
los puertos y servicios aéreos se vieron interrumpidos en varias
oportunidades, asimismo Correos y Telecomunicaciones, DGI, ferrocarriles,
etc... |
La
actividad extremista |
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Los periodista Neustad y Grondona desde su programa "Tiempo Nuevo" propiciaron personalmente cada golpe de Estado en Argentina desde la decada del 60. Mariano Grondona sería luego colaborador del gobierno de Ongania redactando uno de sus mas importantes árticulos |
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Durante la presidencia de Illia la opinión pública argentina se enteró de la existencia
de campamentos castristas en el norte del país. Estos grupos, posiblemente
financiados desde del exterior, estaban formados por jóvenes marxistas
que adherían a la línea ideológica china. Algunos integrantes habían
abandonado el Partido Comunista argentino o habían sido expulsados
de él y uno de los temores que cundía entre el gobierno y otros
partidos era que los sectores de izquierda del peronismo se unieran
a ellos y lograran desarrollar actividades guerrilleras de carácter
permanente.
En noviembre de 1963 se produjo una división dentro
del Movimiento Nacionalista Tacuara. El sector tradicionalista continuó
reconociendo la jefatura de Alberto Ezcurra, en tanto que el sector
izquierdista siguió a su líder Joe Baxter. Este último logró unir
a un número considerable de integrantes de Tacuara con grupos comunistas
y miembros del Movimiento de Liberación Nacional. Pero también Baxter
se proclamó peronista y su semanario Tacuara, reivindicaba al justicialismo.
En marzo y abril de
1964, la Gendarmería informó que había tenido enfrentamientos armados
con guerrilleros en la provincia de Salta. El gobierno, consciente
de la gravedad de estos hechos, comenzó a preparar un proyecto de
reformas al Código Penal para adecuarlo a estas nuevas situaciones. |
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El teniente general
Pascual Pistarini saluda al presidente Illia con motivo
de su asunción como nuevo comandante en jefe del ejército.
Poco tiempo después, este militar tendría un papel muy
importante en la gestación del golpe de estado contra
el presidente radical. |
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Illia
es sacado a empujones de la Casa Rosada |
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Illia
abandona la casa de gobierno después del golpe
de estado,
se ingresaba en al época de "La revolución
Argentina" |
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Las
entidades empresarias ACIEL, UIA, CGE y la Sociedad
Rural manifestaron su entusiasmo y sus representantes
asistieron al acto de asunción de Onganía. |
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La
Revolución Argentina (junio de 1966) |
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El 27 de junio por la mañana el comandante en jefe,
General Pistarini, se comunicó con el Gral. Alsogaray y con Onganía para anunciarles que había llegado el momento de llevar
a cabo el Golpe de Estado. Esa noche varios objetivos importantes
quedaron bajo control militar: el edificio de Correos, las Centrales
Telefónicas, radios y canales de TV.
Alrededor de las 21 hs. el presidente Illia,
reunido con los comandantes en jefe de la Marina y de la Aeronáutica,
ofreció su renuncia para evitar enfrentamientos. Hacia las 23 hs.
regresaron pero Illia había cambiado de opinión y no estaba dispuesto a renunciar.
Los representantes de las FFAA lo conminaron a abandonar la Casa
de Gobierno antes de las 5 de la mañana del día siguiente. A las
7.25 hs., ante la negativa de Illia de dejar la Casa Rosada, el Coronel Perlinger al frente
de la guardia de infantería de la Policía Federal armada con lanza-gases
desalojó el despacho presidencial.
Los comandantes en jefe asumieron los poderes político
y militar de la República, destituyeron a todas las autoridades
nacionales, provinciales y municipales, a los miembros de la Corte
Suprema de Justicia y al Procurador General de la Nación.
Además
disolvieron los partidos políticos y pusieron el vigencia el Estatuto
de la Revolución Argentina.
El golpe fue bien recibido en los sectores y financieros
liberales, el optimismo se reflejó en la Bolsa donde algunos papeles
subieron hasta 70 puntos. Las entidades empresarias ACIEL, UIA,
CGE y la Sociedad Rural manifestaron su entusiasmo y sus representantes
asistieron al acto de asunción de Onganía.
Los partidos políticos, con algunos matices y a
excepción del radicalismo y la izquierda tradicional, aceptaron
la nueva situación como algo lógico y razonable.
Los sectores políticos y sindicales del peronismo
adhirieron unánimemente al Golpe de Estado, como así también lo
expresó Perón desde el exilio.
El ex presidente Frondizi consideró una necesidad el derrocamiento de Illia y se identificó con la imagen "desarrollista"
de tecnicismo y eficacia que pretendían las fuerzas armadas. |
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