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Parque Nacional Perito Moreno

   

Conservación
   

A pesar de su vasta extensión en Argentina, la Estepa Patagónica, es una de las regiones más comprometidas en cuanto a su estado actual de conservación. Actualmente sufre un importante y en algunos sectores irreversible proceso de desertificación producto del sobrepastoreo del ganado doméstico, en especial el ganado ovino. Este represente un serio problema, ya que ingresa en el Parque y llega a causar graves problemas erosivos. El ovino come los vegetales prácticamente de raíz y sus patas desmenuzan el suelo; en cambio, el Guanaco ramonea las plantas cortando solamente la parte superior y sus patas poseen almohadillas que no hieren la tierra. Estos procesos erosivos traen como consecuencias la disminución de poblaciones de otras especies herbívoras como la Mara. Otro serio problema al que se enfrenta la fauna de la zona es la caza, ya sea por su piel, o por considerarla perjudicial a la actividad ganadera  . Los pobladores de la región utilizan poderosísimos venenos como la Estricnina y trampas cepo para capturar y eliminar Zorros y Pumas. Colocando cebos tóxicos o rociando cadáveres de animales, producen una interminable cadena de muertes en especial de carnívoros y carroñeros como: Peludos, gatos silvestres, Zorrinos, Hurones, aves rapaces, etc. La Liebre Europea constituye también un problema de conservación debido a que esta compite por alimento con especies nativas.

YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS/PALEONTOLÓGICOS: Al atractivo de la agreste belleza del Parque debe sumársele las manifestaciones culturales, en forma de arte rupestre, de los primitivos pueblos indígenas que habitaron la región  . Siguiendo el curso del Río Roble, unos metros después de su nacimiento en el Lago Burmeister, nos toparemos con el Cerro Casa de Piedra. En su base se encuentran siete cavernas y dos abrigos o aleros, que exhiben testimonios de la vida, costumbres y creencias de los antecesores de los Tehuelches. Se trata de cuevas profundas, en cuyas paredes se reproducen imágenes de manos humanas en negativo, junto a Guanacos, dibujos geométricos, agrupamientos de líneas y puntos y la figura solar. Estas pinturas, de trasfondo mágico-religioso, han sido catalogadas en representativas (animales), abstractas y simbólicas (diseños geométricos y de manos, respectivamente) y cada tipo de ilustración corresponde a épocas diferentes. Se supone que estas expresiones culturales pertenecen al período Paleolítico Superior (entre 15.000 y 10.000 años antes de Cristo) y al Mesolítico Inferior (entre 9.000 y 2.000 años antes de Cristo). Los grupos humanos que dejaron estas evidencias forman parte de la Cultura del Desierto, a la cual pertenecen las pinturas simbólicas de las manos, y la de los Cazadores Superiores, como lo testimonian las pinturas geométricas y de Guanacos. Las improntas de manos en negativo se obtenían pintando previamente la superficie rocosa con un determinado color. Luego, colocando una mano sobre el fondo preparado, se la rociaba con otro color, soplando la pintura a través de un canutillo o directamente colocándola en la boca. Los colores utilizados dependían de la abundancia de materia prima cercana al lugar del asentamiento. El más común y usado era el rojo, que se obtenía de un tipo de roca llamado Hematita; el blanco, logrado en base a la piedra caliza; el negro, extraído del Manganeso o del carbón vegetal y el amarillo a pardo oscuro, producido por la Lomonita u ocre amarillo. En el extremo oriental del Lago Burmeister y en la margen sur del Río Robles  , vecino a las cuevas mencionadas, se ubican yacimientos fósiles de grandes vertebrados y árboles petrificados de más de 10 metros de largo y hasta 1,10 de diámetro.

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