|
La flora del Parque corresponde, dada la particular ubicación
del área, a tres ambientes claramente diferenciables entre sí.
Yendo de este a oeste nos encontramos en primer término con la vegetación
característica de la Estepa Patagónica. Allí el terreno
está cubierto de una pobre vegetación herbácea dominada
por el Coirón y algunos arbustos bajos. En la Estepa, la escasa humedad y los fuertes vientos determinan la existencia
de una flora adaptada a estas condiciones climáticas. Es por esto que las matas son bajas y compactas, y sus hojas son de pequeña
superficie y están cubiertas con una espesa cutina que atenúa
el proceso de evaporación. Las especies que viven allí son,
entre otras, los Molles, Mata negra, Duraznillos, Coirones, Calafates y
Juncos, estando estos últimos relacionados con los ambientes en
que la humedad es permanente. En los sitios más expuestos a las
rigurosidades ambientales proliferan únicamente algunos líquenes
y pequeños arbustos de hojas reducidas y de no más de medio
metro de altura. La flora de la Estepa en general pasa inadvertida al ojo
del visitante común, siendo su período de esplendor la primavera
o bien entre los meses de agosto a noviembre. Si el invierno fue húmedo
(con abundante caídas de nieve o lluvia) llega a cubrirse el suelo
de flores de extraordinaria belleza. Si en cambio el invierno fue seco
el proceso es inverso: no hay germinación, rebrote ni crecimiento
o desarrollo alguno de los vegetales, llegando incluso algunos a morir.
Hacia la cordillera se ubica la zona de transición, en cuyas lomadas
semiáridas se instala una vegetación achaparrada, permanentemente
castigada por los vientos del oeste. Los bosquecillos de Lenga y Ñire de la zona del Lago Belgrano
son representativos de este ambiente transicional. Ya sobre los Lagos Azara
y Nansen se encuentran bosques densos, típicos de la cordillera húmeda,
que aquí están formados casi exclusivamente por la Lenga,
que alcanza los 20 metros de altura. En el bosque hay un amplio predominio
del Ñire, la Lenga y el Guindo o Coihue Magallánico. Desde el paralelo de 470 hasta Tierra del Fuego inclusive, esta última
especie reemplaza a su congénere más norteño, teniendo
su mismo aspecto y sus mismas exigencias ecológicas. En estas latitudes no encontraremos la Caña Colihue ni el Ciprés,
dado que no soportan la rigurosidad climática de la región . El estrato arbustivo está compuesto por el Notro, fácilmente
identificable por sus llamativas flores rojas; el Calafate, una mata de
frutos violetas y flores amarillas; el Sauco del Diablo, que se asocia
a los lugares más húmedos del bosque. Las herbáceas
están representadas por Orquídeas y Topa-Topa, Musgos, Helechos
y Líquenes. También aparece aquí una planta carnívora,
que se alimenta de insectos: la Arvejilla, que reviste de azul las inmediaciones
de los glaciares.
|