Elecciones de 1963

Las elecciones presidenciales de Argentina de 1963 se celebraron el domingo 7 de julio, con reunión de los colegios electorales el 31 de julio, donde resultaron elegidos Arturo Illia como presidente de la Nación y Carlos Perette como vicepresidente, ambos del partido Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP).
Fueron organizadas por la dictadura cívico-militar encabezada por José María Guido que había derrocado al presidente Arturo Frondizi el año anterior. Las elecciones se realizaron con el expresidente Frondizi detenido e impedido de participar en las mismas y todos los ciudadanos peronistas proscriptos para presentar sus candidaturas, incluyendo también al expresidente Juan Domingo Perón que había tenido que exiliarse. Dos días antes de las elecciones el gobierno prohibió la presentación de la lista del Partido Demócrata Cristiano, debido a que estaba encabezada por el neurocirujano Raúl Matera, debido a que tenía simpatías por el peronismo.
Debido al sistema de voto indirecto por colegios electorales provinciales, restablecido por la reforma constitucional de 1957, los ciudadanos del Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur no gozaron del derecho a elegir al presidente de la Nación.

Elecciones presidenciales

Luego del golpe de estado contra Frondizi en 1962 y habiendo renunciado el vicepresidente Alejandro Gómez en 1958, el sucesor constitucional de Frondizi era José María Guido, presidente provisional del Senado de la Nación Argentina. Mientras se ejecutaba el golpe, por la noche, Julio Oyhanarte, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación tomó la detención de Frondizi como un caso de acefalía presidencial y se apresuró a prestar juramento a Guido, evitando el quiebre institucional total y la asunción de un militar como presidente de facto. Los militares golpistas terminaron aceptando la situación y convocaron a Guido en la Casa Rosada para comunicarle que sería reconocido como presidente, en tanto y en cuanto se comprometiera por escrito a ejecutar las medidas políticas indicadas por las Fuerzas Armadas. Entre estas medidas se encontraban la anulación del resultado electoral del 18 de marzo, la intervención de todas las provincias y la clausura del Congreso Nacional. Al no tener el presidente de la Nación facultades constitucionales para tales movimientos, el estado legal de la presidencia de Guido es controvertido hasta hoy, siendo discutible si fue un presidente constitucional o de facto.

Durante el mandato de Guido, se produjo un enfrentamiento interno en las Fuerzas Armadas, denominado azules y colorados. Los azules estaban de acuerdo con permitir un acceso limitado a algunos dirigentes peronistas, con el fin de lograr la normalización institucional y al mismo tiempo combatir a los grupos de extrema izquierda. Los colorados, por su parte, equiparaban al movimiento peronista con el comunismo y abogaban por erradicarlo completamente mediante la instauración de una dictadura militar permanente. Cada bando luchaba para lograr el control sobre el conjunto de las Fuerzas Armadas y, de ese modo, estar en condiciones de ejercer la tutela sobre el gobierno y establecer el rumbo que debía seguir la política nacional.  Enfrentamientos armados entre el 21 de septiembre de 1962 y 5 de abril de 1963 llevaron a la muerte de varios civiles y militares. 

La victoria de los azules, liderados por Juan Carlos Onganía, permitió la supervivencia de la presidencia de Guido y la convocatoria a nuevas elecciones con el peronismo aún proscripto y Frondizi detenido e inhabilitado políticamente para presentarse. Sin embargo, el panorama militar más estable fue eclipsado por preocupaciones económicas.

Después de un breve período de crecimiento robusto liderado por la producción industrial, el equipo económico del presidente Guido, dirigido por el economista liberal conservador Álvaro Alsogaray, impuso una nueva devaluación y medidas de austeridad tales como estrictos controles de crédito e incluso el pago de salarios estatales con bonos casi sin valor. El PIB cayó un 4% ente 1962 y 1963, y el desempleo aumentó a casi un 9%.

Elecciones legislativas

Las elecciones legislativas de Argentina de 1963 tuvieron lugar el 7 de julio, al mismo tiempo que las elecciones presidenciales, se realizaron con el objetivo de normalizar la situación legislativa del país después del golpe de estado del 29 de marzo de 1962. A pesar de que varias acciones durante el golpe, por parte del presidente derrocado Arturo Frondizi y su sucesor constitucional, el presidente provisional del Senado José María Guido, se realizaron con el objetivo de que Frondizi dejara el poder sin comprometer el orden constitucional, al asumir Guido quedó condicionado a los intereses de los militares.

Por esto debió realizar diversas acciones inconstitucionales para ganarse su favor, como anular las elecciones legislativas de 1962, en las que había ganado el peronismo y que habían detonado el golpe, y finalmente clausurar el Congreso de la Nación, lo que dejó su presidencia en una controvertida posición cuya legalidad histórica es debatida hasta la actualidad.
La "clausura" del Congreso conllevó en la práctica su disolución, por lo que en los comicios de 1963 se debió renovar la legislatura completa, junto con la presidencia de la Nación y todos los gobiernos provinciales. Para las elecciones, además de una nueva proscripción del peronismo, Arturo Frondizi se encontraba detenido, por lo que tanto los peronistas como los frondicistas se expresaron mediante el voto en blanco, tal y como había hecho el peronismo durante la elección constituyente de 1957 y las legislativas de medio término de 1960.

En este contexto la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), opositora a Frondizi y al peronismo, tomó el control del país con Arturo Umberto Illia siendo elegido presidente y logrando la mayoría absoluta en el Senado y la mayoría simple en la Cámara de Diputados con 72 de las 192 bancas en disputa. El partido de Frondizi, la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), sufrió una fuerte debacle al recibir menos de la mitad de los votos que había recibido menos de dos años atrás y exactamente la mitad de escaños que tenía antes del golpe, con 39 bancas. El voto en blanco logró llegar al segundo lugar con un 18.82%, si bien fue ligeramente inferior al de las elecciones presidenciales. El gobierno de Illia, asumido el 12 de octubre, inició condicionado por la proscripción de sus dos principales contrincantes. 

Reglas electorales

La elección presidencial se realizó mediante el sistema de elección indirecta. A tal fin los votantes debieron elegir electores, quienes a su vez debían elegir al presidente de la Nación, reunidos en congresos electorales separados, reunidos en cada provincia y la Capital Federal. Los habitantes de Tierra del Fuego no fueron habilitados para participar de la elección presidencial, con el argumento de que no integraban ninguna provincia.

Los colegios electorales se reunieron el 31 de julio, separadamente en la Capital Federal y en las capitales de provincias, oportunidad en la que los electores eligieron como presidente de la Nación a Arturo Illia, que obtuvo 270 votos y como vicepresidente a Carlos Perette, que obtuvo 269 votos.
Simultáneamente se realizaron también elecciones de legisladores nacionales y de autoridades provinciales.

La participación ciudadana fue del 85,6% de los votantes habilitados. Los votos en blanco fueron 1 884 435 es decir el 19.4 %, máximo de la historia electoral presidencial argentina, y fueron considerados válidos por la justicia.  La gran cantidad de votos en blanco se debió a la proscripción del peronismo que llevó a muchos de sus simpatizantes a pronunciarse de ese modo.

Campaña

La candidatura de Illia se debió en gran medida a que en las elecciones de 1962 fue el único candidato de la UCR del Pueblo en ganar una gobernación al imponerse por estrecho margen en la provincia de Córdoba, donde se había logrado la mayor concentración de votos antiperonistas incluso durante su período de apogeo en 1950. El historiador Luis Alberto Romero atribuyó la elección de Illia como candidato de la UCRP a la escasa fe de triunfo de la dirigencia partidaria.

Su abanderado en 1958, Ricardo Balbín, declinó su postulación con la fe de que una figura menos antiperonista captaría más votos de este sector y de la desgastada UCR Intransigente. 

Desde su encarcelamiento, Frondizi discutió con Perón la posibilidad de fundar un "Frente Nacional del Pueblo" que agrupara a la totalidad del peronismo, radicales intransigentes y conservadores favorables al peronismo, a pesar de la oposición de quien sería el candidato de la UCRI, Oscar Alende. El candidato de dicho frente sería el conservador Vicente Solano Lima. Una de las revueltas entre azules y colorados, realizada el 2 de abril de 1963, llevó a que los militares rechazaran la idea de tolerar un frente Perón-Frondizi. Perón rechazó apoyar a cualquier candidato en una elección no libre y pidió a sus partidarios votar en blanco. El peronista Alejandro Leloir, sin embargo, se presentó independientemente con el Partido Tres Banderas, siendo la única candidatura peronista legalmente permitida en la elección de 1963. 

Los incidentes de abril condujeron a la candidatura de Pedro Eugenio Aramburu, ex presidente de facto que proscribió al peronismo en 1955, bajo la bandera de los partidos Unión del Pueblo Argentino (UDELPA), y el Partido Demócrata Progresista (PDP). Ambos presentaron compañeros de fórmula diferentes para Aramburu, Arturo J. Etchevehere y Horacio Thedy respectivamente. Uno de los lemas de campaña de la UDELPA, evidenciando su fuerte tono antiperonista, fue "Vote UDELPA y no vuelve". Otros conservadores antiperonistas apoyaron al ex intendente de Córdoba Emilio Olmos, de la Federación Nacional de Partidos de Centro (FNPC), provocando la división de las tres principales fuerzas políticas del país: el peronismo, el radicalismo, y el conservadurismo, de cara a las elecciones.
elecciones legislativas 1963