El virrey Álvarez de Toledo llevó a cabo su idea de poblamiento del extensísimo Virreinato del Perú fundamentado en un claro objetivo que era el de lograr que las provincias tuvieran conexidad y anexión de forma tal que ellas se encontraran protegidas de levantamientos, con el convencimiento que una provincia se encontrara en condiciones de ir a auxiliar o socorrer a la otra, y viceversa.
El virrey Francisco de Toledo no quiso apartarse de su criterio conquistador y colonizador; puntualizó en 1571 a Jerónimo Luis de Cabrera que debía establecer un pueblo en el valle de Salta para asegurar el desarrollo y la estabilidad del Tucumán; repitió la orden a Gonzalo de Abreu en 1573 , comprendiendo que las ciudades que se fundaran en aquella región debían hallarse en condiciones de repeler los ataques de los indios belicosos y solamente podrían hacerlo con éxito si contaban con poblaciones firmes al sur y al este de Charcas y en los caminos entre las provincias del norte y Tucumán y Chile. Era necesaria una comunicación segura entre las autoridades de Lima y Charcas y la gobernación del Tucumán; de ahí la insistencia de Lima en poblar Jujuy, Salta, Valle Calchaquí y Londres.
Gonzalo de Abreu intentó cumplir el plan trazado por el virrey Francisco de Toledo; en 1577 apresó al yerno de Juan Calchaquí y fundó un pueblo, al que puso el nombre de San Clemente, sobre las ruinas de las antiguas Córdoba del Calchaquí y Barco II, pero no pudo mantenerse allí y lo abandonó enseguida; los indios no tardaron en hacerlo desaparecer. Llegó después al valle de Salta, y al suroeste de la actual Rosario de Lerma levantó un poblado que llevó por segunda vez el nombre de San Clemente de la Nueva Sevilla; dejó allí una pequeña guarnición y el final fue desastroso. El intento costó la vida de muchos soldados.
Volvió Abreu a Salta por tercera vez y restableció la ciudad en el mismo sitio, pero los soldados que sabían el destino de sus compañeros en la fundación anterior, se rebelaron y no vacilaron en hacer comprender al gobernador que no sería obedecido. Por consiguiente, fue preciso desistir de esos propósitos.
Abreu no ensayó nuevas fundaciones desde 1576 a 1580; en este último año apareció su sucesor, el gobernador Hernando de Lerma. Lo que hizo Abreu todavía fue una exploración en busca de la fantástica ciudad de los Césares, y en el curso de la misma halló el camino entre Córdoba y Mendoza, vía que permitiría establecer un enlace directo a las tropas que desembarcasen en el río de la Plata y en el Paraná y siguiesen en tránsito a Chile.
Virrey Francisco de Toledo