La biodiversidad

La gran diversidad de seres vivos se puede medir por el número de especies. En la biosfera se han descrito cerca de 2 millones, pero se estima que el número de especies actualmente existentes puede ser de hasta 12,5 millones.

La biodiversidad

La biodiversidad es la variabilidad de organismos vivos de cualquier clase, incluidos en cualquier tipo de ecosistemas. Comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y entre los ecosistemas. Pero no se refiere a la cantidad de individuos de cada una de esas especies. Que en un ecosistema haya más especies que en otro, es decir, que haya mayor biodiversidad, se debe en gran medida a las condiciones ambientales, la disponibilidad de luz, la temperatura, la humedad, la salinidad, etc. Así, sabemos que los espacios más ricos en especies de seres vivos son las selvas tropicales, mientras que los más pobres son los desiertos, los cálidos como el Sáhara y los fríos como la Antártida. En general, podemos decir que cuanto más duras son las condiciones ambientales en un ecosistema menor es la biodiversidad.


Diversidad Ecológica

Diversidad ecológica, en ecología el término diversidad ha designado tradicionalmente un parámetro de los ecosistemas (aunque se considera una propiedad emergente de la comunidad) que describe su variedad interna. El concepto resulta de una aplicación específica de la noción física de información, y se mide entre e índices relacionados con los habitualmente empleados para medir la complejidad. El uso tradicional se encuentra ahora inmerso en una batalla por conservar su significado frente al, mucho más político que científico, concepto de biodiversidad.
La diversidad de un ecosistema depende de dos factores, el número de especies presente y el equilibrios demográfico entre ellas. Entre dos ecosistemas hipotéticos formados por especies demográficamente idénticas (el mismo número de individuos de cada una, algo que nunca aparece en la realidad) consideraríamos más diverso al que presentara un número de especies mayor. Por otra parte, entre dos ecosistemas que tienen el mismo número de especies, consideraremos más diverso al que presenta menos diferencias en el número de individuos de unas y otras especies.
Desde hace ya bastante tiempo la mayoría de los ecólogos han coincidido en que la diversidad de especies debe ser distinguida en al menos tres niveles: La diversidad local o diversidad alfa (α), la diferenciación de la diversidad entre áreas o diversidad beta (β) y la diversidad regional o gamma (γ). La mayoría de estudios sobre diversidad se enfocan a la diversidad alfa, en forma de riqueza de especies.
La diversidad ecológica es la intrincada red de diferentes especies presentes en los ecosistemas locales y la interacción dinámica que existe entre ellos. Un ecosistema consiste en organismos de muchas especies diferentes que viven juntas en una región y sus conexiones a través de los flujos de energía, nutrientes y materia. Esas conexiones ocurren cuando los organismos de diferentes especies interactúan entre sí.
La fuente de energía máxima en casi todos los ecosistemas es el sol. La energía radiante del sol se convierte en energía química a través de las plantas. Esa energía fluye a través de los sistemas cuando los animales comen las plantas y luego son comidos, a su vez, por otros animales.
Los hongos obtienen energía de los organismos en descomposición, lo que libera nutrientes al suelo. Por lo tanto, un ecosistema es una colección de componentes vivos (microbios, plantas, animales y hongos) y componentes no vivos (clima y productos químicos) que están conectados por un flujo de energía.

Medir la diversidad ecológica es difícil porque cada uno de los ecosistemas de la Tierra se funde con los ecosistemas que lo rodean.

Un ejemplo de diversidad ecológica se encuentra en Costa Rica, a pesar de no tener una gran biodiversidad ecosistémica, se considera uno de los países con mayor biodiversidad, se calcula que la habitan 500.000 especies.​

Es necesario enfrentarse a los generadores directos e indirectos desencadenantes de la pérdida de biodiversidad para una mejor protección de la biodiversidad y de los servicios de los ecosistemas. Las posibles medidas pueden consistir en eliminar subvenciones perjudiciales, fomentar una agricultura intensiva sostenible, adaptarse al cambio climático, frenar el aumento del nivel de nutrientes en el agua y los suelos, evaluar el valor económico total de los servicios de los ecosistemas y hacer más transparentes los procesos de toma de decisiones.


Los endemismos

Los endemismos son aquellas especies que solo existen en un lugar concreto del mundo. Tienen un gran valor ecológico por ser especies únicas, es decir, combinación genéticas vivas únicas, formadas por un proceso evolutivo concreto en condiciones de aislamiento.

Endemismo es un término utilizado en biología para indicar que la distribución de un taxón está limitada a un ámbito geográfico reducido y que no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mundo. Por ello, cuando se indica que una especie es endémica de cierta región, significa que solo es posible encontrarla de forma natural en ese lugar.

El endemismo puede considerarse dentro de un abanico muy amplio de escalas geográficas. Así, un organismo puede ser endémico de una cima montañosa o un lago, de una cordillera o un sistema fluvial, de una isla, de un país o incluso de un continente. Normalmente el concepto se aplica a especies, pero también puede usarse para otros taxones como subespecies, variedades géneros o familias.

Un taxón se considera endémico cuando es exclusivo de una zona concreta. Generalmente, la palabra endemismo debe ir acompañada de otra información que especifique de dónde es exclusivo. Por ejemplo, del Pinzón azul del Teide se dice que es un endemismo tinerfeño, porque es exclusivo de la isla de Tenerife.

Algunos ejemplos de endemismos


El drago, un árbol endémico de Macaronesia. El pinzón azul de Gran Canaria, un ave endémica en peligro de extinción exclusiva de esta isla.
Un caso muy típico de endemismo es el del lince ibérico, propio de la península ibérica, o la secuoya gigante, que solo se encuentra en la Sierra Nevada californiana.
Las islas, dado su aislamiento, son lugares con una elevada tasa de endemismo. Así, Australia, que no ha tenido contacto con el resto de tierras emergidas desde hace más de 50 millones de años, posee una flora y una fauna exclusivas y muy distintas del resto del mundo. La mitad de las aves de la isla de Nueva Guinea y la mitad de los mamíferos que habitan Filipinas son endémicos.
En este sentido destaca Madagascar; todos sus anfibios son endémicos, el 90 % de sus reptiles (la mitad de las especies de camaleones del planeta), el 55 % de sus mamíferos (como los lémures y los fosas) y el 50 % de sus aves son endémicas, y aproximadamente el 80 % de sus plantas no habitan en ninguna otra región del mundo. El 95 % de las especies de peces de los Grandes Lagos africanos son endémicas.
Las islas volcánicas, que nunca han estado en contacto con el continente, son especialmente ricas en especies endémicas; las especies que las habitan son descendientes de las que llegaron en tiempos pasados y pudieron adaptarse. Son excelentes ejemplos el archipiélago de Hawái o las islas Galápagos (que inspiraron a Charles Darwin su famosa teoría de la evolución), y las islas Canarias, con 500 especies de plantas endémicas y en concreto la isla de Tenerife, que presenta la mayor relación de endemismos florísticos de la región macaronésica.
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Tres especies de violetas distintas y endémicas arriba Viola cazorlensis. en el centro Viola cheiranthifolia y abajo Viola crassiuscula

Tres especies de violetas distintas y endémicas arriba Viola cazorlensis. en el centro Viola cheiranthifolia y abajo Viola crassiuscula



La secuoya es una  de los árboles  más altos y longevos del planeta  puede llegar a medir 100 metros y vivir mas de 1000 años.

La secuoya es una  de los árboles  más altos y longevos del planeta  puede llegar a medir 100 metros y vivir mas de 1000 años.