Por ejemplo, en el gráfico anterior vemos que el amarillo y el azul son complementarios pues su mezcla da blanco. También son complementarios la pareja cian-rojo y la pareja magenta-verde.
Los tres colores primarios, rojo, verde y azul, corresponden a radiaciones de longitud de onda diferente. Pero dado que el ojo no es un aparato de medición de la composición de la luz, esta información no la registra. Ya hemos visto que cuando percibimos una luz como amarilla es porque en su constitución predominan el rojo y el verde. Si bien se produce la sensación de color amarillo, sin embargo a nuestros ojos no ha llegado ninguna longitud de onda que corresponda a ese color. Lo que sucede es que el ojo interpreta la mezcla de los colores como si se tratara de un solo color.
Seguro que habrás observado que mezclando colores con rotuladores o lápices, la mezcla de azul y amarillo siempre da verde y que mezclando azul, amarillo y rojo obtenemos un color prácticamente negro. Esto no coincide con lo que acabamos de decir, pero tiene una explicación sencilla. |