Masacre de Ezeiza

La masacre de Ezeiza es el nombre por el que se conoce a un tiroteo en cercanías del Aeropuerto de Ezeiza, entre organizaciones armadas irregulares peronistas que tuvo lugar el 20 de junio de 1973, en ocasión del regreso definitivo a la Argentina de Juan Domingo Perón, luego de casi 18 años de exilio.

Contexto histórico

El 15 de junio de 1973, el presidente de Argentina en ejercicio, Héctor José Cámpora viajó en visita oficial a España para acompañar a Perón en su retorno definitivo al país. Perón no fue a recibirlo al aeropuerto ni concurrió a su alojamiento en el Palacio de la Moncloa por lo que el Presidente fue a verlo a su residencia de Puerta de Hierro. Al día siguiente, Perón se quejó de la falta de decisiones de su gobierno que favorecía a los provocadores y le anticipó que no concurriría a la cena de gala con la cual Francisco Franco agasajaba esa noche a Cámpora.

Para la recepción a Perón se organizó un acto cuyo lugar el expresidente dejó con calculada indiferencia a la elección de las autoridades partidarias. Una vez desechadas las propuestas de quienes proponían hacerlo en la Plaza de Mayo o en la Avenida 9 de julio. Cámpora optó –a proposición del general retirado Jorge Manuel Osinde– por el cruce de la autopista Ricchieri con la ruta 205, sobre el puente del Trébol, a 3 kilómetros del Aeropuerto de Ezeiza.

Los Montoneros (rama izquierdista del peronismo, que comenzaba a cuestionar el poder sindical) se sintieron alentados por la elección, pues para impresionar a Perón querían mostrarle el poderío de las masas a través de una gran movilización. Por su parte, los sindicalistas agrupados en la CGT, que algunos historiadores consideran "de derecha" o sea más alineados con la figura personal de Perón, también se propusieron llenar el acto con sus partidarios. Cinco personas asumieron la responsabilidad de organizar la movilización del movimiento peronista hacia Ezeiza: José Ignacio Rucci, Lorenzo Miguel, Juan Manuel Abal Medina (padre), Norma Kennedy y Jorge Manuel Osinde.

El 19 de junio, unos 2000 integrantes de la agrupación armada de derecha peronista Comando de Organización, al mando del general retirado Miguel Ángel Iñíguez, ocupó el Hogar Escuela Santa Teresa, a unos 500 metros del puente El Trébol. El Hogar Escuela forma un triángulo agudo con el puente El Trébol y el Hospital de Ezeiza, en el centro del barrio Esteban Echeverría, lo que la convertía en una posición estratégica para controlar la zona.3. Hombres armados del sector sindical ocuparon el palco y sus inmediaciones, en tanto los movimientos se coordinaban a través de la red de comunicaciones del Automóvil Club Argentino y sus radios móviles montadas en los vehículos de auxilio mecánico. El propósito de este despliegue era el de evitar que las agrupaciones de izquierda cumplieran su propósito de copar las posiciones cercanas al palco desde el que hablaría Perón.

El día 20, tras dieciocho años de exilio, Perón regresaba a Argentina, donde lo esperaba una de las mayores movilizaciones populares de la historia política. Pero la tragedia no tardaría en llegar. La pelea en la Autopista Ricchieri marcaba el final del período de transición de Cámpora, entre el gobierno de facto del general Alejandro Lanusse y el Perón del final. La izquierda disputó con la derecha peronista, armada con francotiradores, fuerzas de choque y fusiles de asalto, la cercanía a su máximo líder y su influencia en la reconquista del poder. En el palco estaban los miembros de la UOM, la Juventud sindical peronista y otros sectores de centro derecha. Hacia allí fueron las FAR, Montoneros, la JP y otras organizaciones de centro izquierda. Las FAP se habían desmembrado desde el 25 de mayo de ese año, solo una facción acudió a Ezeiza.

El Presidente Cámpora acompañaba a Perón en el vuelo de regreso, el Dr. Vicente Solano Lima, Vicepresidente de la Nación, se encontraba a cargo de la presidencia. El Coronel Osinde informa la situación a Solano Lima, y le solicita ordenar el cambio de destino del avión.

manifestacion popular

El 20 de junio grandes manifestaciones populares se movilizaron a Ezeiza a recibir a Perón 

Desde muy temprano, había grupitos de gente que prendían un fueguito y tomaban mate

Desde muy temprano, había grupitos de gente que prendían un fueguito y tomaban mate, era todo una alegría, nadie pensaba que iba a pasar unas horas después .En general era gente joven, de clase pobre, no había clase media acomodada, era el típico laburante.

Causas del hecho

Las causas de fondo del enfrentamiento se encuentran en la génesis del Movimiento Justicialista. Juan Perón, había alentado desde un primer momento al más amplio espectro ideológico de actores, tanto de derechacomo de izquierda. En sus orígenes, la polarización ideológica era controlable en línea con el contexto internacional. Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo acentuó su polaridad, y este proceso de radicalización también transformó a sus seguidores, quienes durante el exilio del líder tenían en la repatriación un objetivo en común, lo que se llamaría el «Operativo Retorno» embanderado en el luche y vuelve que adornaba las fachadas de la Argentina mediante innumerables pintadas.

Este proceso se concretó con el retorno de Perón y fue entonces donde se abrió el espacio a la discusión interna: ¿Cuál era el verdadero Perón?; ¿estaba el líder dispuesto a un verdadero debate para definir la orientación ideológica?; ¿era el momento de decidir entre los seguidores de Cámpora en la extrema izquierda, o López Rega en la tercera posición nacional justicialista?;'; ¿entre FAR - FAP - Montoneros? o ¿pretendía el líder continuar él solo aglutinando el poder y el control de tan disímiles seguidores?

La cuestión central era a qué grupo «bendeciría» el general. Los sucesos de Ezeiza podrían resumirse en una frase del discurso pronunciado por Perón la noche del 21: «Somos lo que dicen las Veinte Verdades Justicialistas y nada más que eso».

La masacre fue premeditada para desplazar a Héctor Cámpora del poder. Las diferencias entre la derecha y la izquierda peronistas ya eran insalvables, sobre todo cuando el 2 de junio de 1973, días antes de la masacre, José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT, declaró que estaban «contra los imperialismos de izquierda», cuando un delegado cubano al congreso de la CGT pidió un brindis por el Che Guevara. La derecha sindical intentó mejorar posiciones en cargos públicos frente al otro sector, colocando a gente cercana a Rucci. La izquierda peronista se sentía traicionada.


La columna se empieza a mover cuando llega la cabeza de Perón de papel maché.

La columna se empieza a mover cuando llega la cabeza de Perón de papel maché.

El palco armado en Ezeiza para la llegada de Perón

El palco armado en Ezeiza para la llegada de Perón pero debido a las peleas internas entre la derecha e izquierda peronista el avion aterrizo en Morón

El día del acto

Según el historiador y periodista Marcelo Larraquy, en la mañana del 20 de junio varias ambulancias salieron del Ministerio de Bienestar Social, cargadas con armas. El Automóvil Club Argentino (ACA) prestó su red de comunicaciones móviles, el Centro de Operaciones, organizado por el presidente, tomó el control de las rutas de acceso, la Juventud Sindical de la UOM y la UOCRA ocupó instalaciones vecinas al aeropuerto, los francotiradores prepararon su sitio entre las ramas de los árboles y los hombres de Osinde y la CNU ocuparon el palco y escondieron sus fusiles en los estuches de los instrumentos de los músicos de la banda sinfónica. 

Entre los grupos que iban al acto, la columna de Montoneros que venía del sur nucleaba personas procedentes de Bahía Blanca, Mar del Plata, La Plata, Berisso, Ensenada y partidos del sur del conurbano. Su conducción se trasladaba en un jeep, cuyos ocupantes portaban armas cortas –en su gran mayoría de calibre .22 y .32, y algunos de .38, y casi todos revólveres, pues las pistolas semiautomáticas eran escasas– y un solo fusil, única arma larga que ese bando llevó a Ezeiza.

Cuando las columnas de FAR y Montoneros trataron de forzar las vallas de contención y ubicarse en la proximidad del palco, fueron atacados con armas de fuego desde el palco para impedírselo. Algunos consideran que fue una masacre en lugar de un enfrentamiento, porque los militantes armados de la CGT superaban en número y potencia de fuego a los de izquierda, atacados.

Una estimación conservadora de algunos medios de prensa fija el saldo de la jornada en 13 muertos y 365 heridos. Sin embargo, las cifras, puestas siempre en duda, nunca pudieron cotejarse por la ausencia de una investigación oficial. El periodista y ex montonero Horacio Verbitsky afirma que tres de los muertos pertenecían a Montoneros o a sus agrupaciones juveniles, uno integraba la custodia del palco organizada por Osinde e ignora quienes eran los nueve restantes.

Uno de los asistentes era José Luis Nell –quien años antes había matado a dos empleados en el asalto al Policlínico Bancario– que se vio en un enfrentamiento con personas de la custodia, ocasión en la cual fue muerto el capitán Roberto Chávarri, y que escapó del lugar, pero recibió tantos golpes que quedó cuadripléjico.

El cineasta Leonardo Favio, designado por los organizadores para ser el conductor del acto ocupó un lugar central en el palco, varias veces usó el micrófono para lanzar consignas y acusaciones que le indicaban los jefes de la banda del palco. En algún momento se dirigió al Hotel de Ezeiza, donde los parapoliciales tenían retenidas personas a quienes estaban torturando y, llorando, los amenazó con hablar y contar todo si no paraban con la masacre. Desde los altoparlantes, Favio pedía cordura, mientras portaba una pistola, y se efectuaba una suelta de palomas «como un símbolo de paz» mientras caían francotiradores.

 Verbitsky transcribe los pedidos de Favio desde el palco pidiendo que las personas que estaban sobre los árboles descendieran y se pregunta si sabía que una parte de ellos era personal de la custodia. El actor alternaba mensajes de paz y pedidos de cantar el Himno nacional con manifestaciones acerca de que los enemigos ya habían sido visualizados, sin referir quiénes eran y qué se proponían, y debió buscar refugio de los disparos tendiéndose en el piso del palco.  Edgardo Suárez, el locutor del acto, alternaba con Favio los llamados a la tranquilidad.

tiroteo en Ezeiza

El puente 12 de la autopista de Ezeiza fue el escenario de las disputas faccionarias. La organización había estado a cargo de gente allegada al gobierno y sobre todo a López Rega y su entorno más intransigente.  Ya desde el día 19, civiles armados ocuparon posiciones cercanas al palco, con el firme propósito de impedir que se acercaran las columnas de la JP, Juventud Trabajadora Peronista (JTP), Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros. Estos grupos de choque estaban integrados por la vieja guardia sindical más radicalizada y el Comando de Organización (C de O).

En el aeropuerto habían metido un montón de gente que habían detenido adentro del Hotel Internacional de Ezeiza. Hay un tipo con una ametralladora que está mirando para atrás. Esa era gente también de Osinde, que llevaba a los detenidos de los pelos adentro del hotel y ahí los torturaban.