El 17 de julio se puso en marcha desde Yaguarón el ejército portugués al mando del general Diego de Souza, capitán general de Río Grande, con 3.000 hombres y dos baterías montadas; el 23 de julio se hallaba en Melo y el vecindario de la campaña comenzó a alarmarse y a agitarse; el 27 de julio el general Souza ofició a Rondeau invitándole a allanar dificultades. Rondeau respondió que estaba dispuesto a defenderse, reforzó las partidas de observación lanzadas sobre las vanguardias invasoras con dos divisiones de caballería al mando de Pedro Pablo Pérez y Baltasar Vargas; ordenó a Benavídez que se incorporase con sus fuerzas al ejército sitiador, pero éste licenció sus tropas y se presentó solo.
La Junta se vio impotente para auxiliar debidamente a Rondeau y resolvió negociar con el Paraguay la cooperación para la lucha contra los portugueses, confiando al efecto una misión a Belgrano y a Echeverría. Por su parte, Rondeau trató de persuadir a Elío del peligro que entrañaba para todos la penetración de las tropas portuguesas en la Banda Oriental y envió a la plaza sitiada al intendente del ejército José Alberto Calcena y Echeverría.
Elio respondió que no admitía otro arreglo que no fuese en base a la sumisión al rey y volvió a ordenar a Michelena que bombardease a Buenos Aires. La Junta logró impedirlo otra vez haciendo intervenir al comandante de la estación naval inglesa surta en el puerto, y tres de sus miembros: el deán Funes, José Julián Pérez y Juan José Paso, fueron enviados a Montevideo con instrucciones para negociar la pacificación. Estos comisionados hubiesen cumplido su cometido con éxito de no haber llegado en el curso de las negociaciones a Montevideo la noticia del desastre de Huaqui.
El 21 y el 22 de julio el ejército cruzó el río Yaguarón. El comandante de Cerro Largo, Joaquín de Paz, había recibido órdenes de abandonar la Villa de Melo incendiándola, pero envió una comunicación a Diego de Sousa declarándose carlotista y pidiendo que se adelantase una fuerza hacia la villa para evitar su destrucción, por lo que Marques de Sousa recibió la orden de avanzar hacia Melo con 2 escuadrones de caballería ligera y 2 escuadrones de dragones. El 23 de julio Marques de Sousa se apoderó de la Villa de Melo. Al regresar a la columna principal, esta fuerza se extravió en la niebla nocturna, resultando en la muerte de 2 centinelas por hipotermia debido al rigor invernal.
Lord Strangford a principios de 1811, recibió en Río al nuevo embajador, Manuel de Sarratea, por pedido del cual medió entre la Junta Grande y el virrey Francisco Javier de Elío, gobernador realista de Montevideo, logrando una tregua. Pero las posiciones intransigentes de la Junta y de la corte de Río de Janeiro llevaron a una invasión portuguesa de la Banda Oriental. Strangford quedó muy mal parado ante su propio gobierno, ya que la paz era fundamental para los intereses comerciales ingleses.
A mediados de 1812, recibió nuevamente a Sarratea, que viajaba otra vez a Londres a lograr una pacificación, incluyendo el reconocimiento de Fernando VII como rey a cambio de la autonomía rioplatense.
Entre el 27 de julio y el 12 de agosto el Ejército Pacificador se hallaba de campamento en Melo, quedando en la villa una fuerza portuguesa al mando de Manuel Álvares Guimaraens.
A principios de agosto Rondeau envió dos divisiones de caballería al mando respectivo del coronel Pedro Pablo Pérez y del capitán Baltasar Bargas para observar los movimientos del ejército portugués y recoger ganado y caballadas que pudieran servir a los invasores. Las fuerzas fueron reclutadas entre las partidas que custodiaban los ríos Uruguay y de la Plata, desguarneciendo las costas.
El ejército portugués cruzó el río Cebollatí por el Paso de la Cruz (6 km aguas abajo de la Charqueada) y el 30 de agosto llegó a la margen occidental de la laguna Merín en la barra de San Miguel. Capturó luego el Fuerte de San Miguel, dejando una guarnición.
Diego de Souza destacó 300 soldados de caballería de las columnas laterales para que vadearan el río Tacuarí y avanzaran sobre Santa Teresa antes que sus defensores recibieran refuerzos. El 5 de septiembre Marques de Sousa tomó la Fortaleza de Santa Teresa.
La fortaleza había sido tomada a los realistas el 5 de mayo y estaba custodiada por el coronel Ángel Francisco Núñez con 350 hombres y 4 cañones. Fue abandonada por sus defensores el 2 de septiembre junto con el vecino pueblo de Santa Teresa, que fue incendiado por sus pobladores, quedando desde entonces despoblado. El hecho suele ser considerado como el primer eslabón del éxodo oriental. Marques de Sousa envió partidas en persecución de los huidos, una de las cuales, por la noche invadió el campamento revolucionario en la laguna de Castillos, rindiéndose 16 soldados de caballería con 300 caballos.
En un rápido avance, otra partida sorprendió a las fuerzas revolucionarias concentradas en Rocha, tomando 200 caballos y 12 prisioneros, entre ellos los capitanes Castillos y Gordillo. Los daños cometidos por los defensores al intentar volar la fortaleza fueron reparados por los portugueses, que la dotaron de artillería y fuerzas de defensa, quedando en ella 5 cañones, un obús y 2 morteros y otras 2 piezas de artillería abandonadas por los defensores, y 225 soldados.
El 29 de septiembre fue atacado el campamento de Rincón del Avestruz, estancia de Romualdo de la Vega ubicada entre el río Olimar y el Avestruz Grande cerca de Melo, en donde se hallaba el capitán de caballería Ramón Villademoros con 110 hombres. La partida portuguesa estaba comandada por Manuel Joaquim de Carvalho, quien salió de Melo con 73 hombres y sorprendió a Villademoros cuando preparaba un ataque a la Villa de Melo por orden de Rondeau, dejándole 37 muertos.
El 3 de octubre el ejército prosiguió su marcha sin encontrar resistencia, tomando San Carlos y llegando Diego de Souza a Maldonado el 14 de octubre, donde fue establecido el Cuartel General sin reacción revolucionaria. El avance portugués fue facilitado por las observaciones militares realizadas por Curado durante sus viajes diplomáticos.
El 14 de octubre Diego de Souza ordenó a Francisco Carneiro de Figueiredo Sarmento que marchara con 128 soldados a ocupar el pueblo de Minas