En 1806, Buenos Aires fue atacada por una flota británica al mando del almirante Home Riggs Popham, sin autorización del gobierno británico, ante la que el virrey no opuso resistencia alguna; los invasores ocuparon la ciudad, pero fueron expulsados por una milicia popular en agosto siguiente. La nueva fuerza expedicionaria que el gobierno británico envió a Buenos Aires fue forzada a rendirse en 1807. La expulsión de los ingleses fue posible por el entusiasmo del pueblo guiado por Santiago Liniers, quien fue nombrado virrey por Buenos Aires, después de deponer al virrey Sobremonte. Estos acontecimientos tuvieron consecuencias imprevistas: los miembros de la colonia habían comprobado su capacidad de combate y la ineficacia de las autoridades coloniales españolas, por lo que pronto participaron de forma activa en el movimiento independentista que había comenzado a recorrer la Sudamérica española.
El sentimiento revolucionario en la región alcanzó su apogeo en el periodo siguiente al destronamiento del rey español Fernando VII por Napoleón Bonaparte en 1808. El pueblo de Buenos Aires se negó a reconocer a José Bonaparte, hermano de Napoleón, que se instaló en el trono español. Al ser Liniers de nacionalidad francesa, la Junta de Sevilla -creada para mantener la resistencia contra los franceses- decidió en 1809 que éste debía entregar el poder a un nuevo virrey, Baltasar Hidalgo de Cisneros. El 25 de mayo de 1810 depusieron al virrey e instauraron un gobierno provisional, la Primera Junta de Gobierno, que actuaba en nombre de Fernando VII. Poco tiempo después el gobierno provisional rompió con los representantes de Fernando y lanzó una enérgica campaña para llevar al interior del país a la revolución, pero resultó un fracaso. Sin embargo, los ejércitos realistas sufrieron importantes derrotas en 1812 y 1813. La parte liberada del virreinato se dividió en 14 provincias en 1813. Después de la Revolución de Mayo, algunas ciudades -como Córdoba- se opusieron a la decisión arbitraria de Buenos Aires. Surgieron algunos movimientos antirrealistas. Mientras tanto, Buenos Aires decidió enviar expediciones para propagar el movimiento revolucionario. En 1812 llegaron José de San Martín y Carlos de Alvear para ponerse al frente del ejército rebelde, proporcionándole un carácter más profesional.
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Rendición
inglesa de Beresfor frente a Liniers en 1806 |
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Cabildo
Abierto del del 22 de Mayo de 1810 |
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Primera
moneda nacional y Escudo Nacional creados junto al
himno nacional y otros decretos en la Asamblea General
Constituyente del año XIII |
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San
Martín y el cruce de los Andes |
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