Al morir el 20 de marzo María I reina de Portugal residente en Brasil desde 1808 por la guerra Napoleónica, asume el reinado Juan VI tomando como una de sus primeras determinaciones pasar a Brasil de Colonia a Reino y dentro de sus planes fue la ampliación territorial a la Banda Oriental
El nuevo rey Juan VI elevó Brasil a la categoría de reino, adoptando al mismo tiempo una serie de medidas liberales, sobre todo de índole económica. En lo territorial el nuevo monarca sintió renacer las antiguas ambiciones portuguesas sobre el Río de la Plata, para ello hizo venir de Portugal a diez mil hombres a las órdenes del general Carlos Federico Lecor, barón de Laguna con el propósito de ocupar la Banda Oriental y, si las circunstancias lo favorecían, la Mesopotamia argentina. De esta manera rompieron el pacto realizado el 26 de mayo de 1812, por el que las tropas de Diego de Souza abandonaban los dominios de Fernando VII.
Los conflictos entre Artigas y los diferentes Directorios, sumado a los frecuentes incidentes fronterizos producidos en la región brasileña de Río Grande, les proporcionaron el pretexto para iniciarla invasión
El éxito de la campaña que iba a emprender tenía en su favor la neutralidad del gobierno de Buenos Aires, según afirmaban en Río de Janeiro los agentes argentinos, partidarios de coronar a un príncipe portugués en el Río de la Plata, y de aniquilar al «caudillo de los anarquistas», como le llamaban a Artigas.
Ante la muerte de María I asumió el reinado Jorge VI el monarca que nombro al general Carlos Federico Lecor que estaba a cargo de la División de Voluntarios Reales del Rey, con la finalidad de anexar al reinoi la banda Oriental, . Lecor partío finalmente para la isla de Santa Catarina en junio de 1816, con la misión de conquistar y mantener la ciudad de Montevideo y todo territorio al este del río Uruguay.
En agosto de 1816, las tropas a las órdenes de Lecor cruzaron la frontera por la zona de la laguna Merim, cercana al Atlántico, mientras otra columna de dos mil hombres, al mando del general Silveira, penetraba por Cerro Largo, siguiendo el río Negro, y una tercera, a las órdenes del general Curado, avanzaba por la margen izquierda del río Uruguay. Una cuarta columna quedó de refuerzo en Río Grande.
Artigas, que no fue sorprendido por la invasión, preparó a sus hombres para la defensa: pensaba rebasar con sus tropas el flanco derecho enemigo y atacarlo por la espalda, reforzado por los indios misioneros de su lugarteniente e hijo adoptivo Andrés Guacurarí (o Andresito). Con movimientos rápidos, los portugueses derrotaron a las sucesivas columnas artiguistas en una campaña relámpago: el 27 de octubre de 1816 los defensores sufrieron un serio contraste en Carumbé, sobre las nacientes del río Cuareim. En los otros frentes las acciones tampoco los favorecían. En noviembre las fuerzas orientales parecían desbaratadas en todas partes.
El ejército invasor de Silveira derrotó a Otorgués en el combate de Cerro Largo, y Fructuoso Rivera, el más destacado lugarteniente de Artigas, fue vencido en India Muerta al pretender atacar a las fuerzas de Lecor, el 19 de noviembre. Quedaba abierto así el camino hacia Montevideo.
El desarrollo de las operaciones militares en la Banda Oriental había agitado a la opinión pública de Buenos Aires.
Pueyrredón, que se había limitado hasta el momento a publicar proclamas de protesta, ante el creciente descontento de la opinión pública, decidió adoptar una posición más enérgica: entabló negociaciones con Gervasio Artigas y el Cabildo de Montevideo. Envió al coronel Nicolás de Vedia ante Lecor, para intimarlo a la evacuación del suelo uruguayo, y al cumplimiento del armisticio firmado en el año 1812.
El general portugués recibió cortésmente al delegado rioplantense y le manifestó que tenía instrucciones de su país de observar la más estricta neutralidad con el Directorio, pero que carecía de poderes para detener la campaña.
Embarque de las tropas imperiales en Playa Grande (Río de Janeiro), con destino a Montevideo. Dibujo de J.B. Deberet , litografía Thierry - Paris
Los orientales continuaron solos su lucha contra los portugueses y sufrieron un nuevo revés en el arroyo Catalán el 3 de enero de 1817. Lecor continuó su avance y el 20 de enero entró en Montevideo sin hallar resistencia. Una columna portuguesa pasó a la orilla del río Uruguay dispersando las fuerzas de Andresito, y saqueó e incendió numerosos pueblos, entre ellos Yapeyú, destruido el 12 febrero de 1817, el mismo día que San Martín obtenía la victoria de Chacabuco.
Artigas prosiguió la lucha contra los invasores. Montevideo quedó inmediatamente aislada de toda comunicación terrestre por partidas de guerrilleros artiguistas. Pero el sitio formal de la plaza no pudo mantenerse, porque el coronel Bauzá pasó con su cuerpo de seiscientos hombres a Buenos Aires, de acuerdo con un pacto celebrado con Lecor.
Colonia también había sido ocupada y una escuadrilla portuguesa remontó el Uruguay, apoderándose de los pueblos de Paysandú y Salto.
El 14 de enero de 1820 Artigas fue vencido en Tacuarembó y el 14 de febrero pasó a Entre Ríos con un puñado de hombres. Así los portugueses penetraron en la Banda Oriental, pese a los desesperados intentos de Artigas por contenerlos y la significativa pasividad del Director Supremo Pueyrredón y del Congreso. El 20 de enero de 1817, fecha de la toma de Montevideo, el gobierno de Buenos Aires envió una protesta de fórmula a Lecor, en tanto los ministros del Directorio, García y Tagle, iniciaban las conversaciones con los lusitanos para asegurar la Mesopotamia argentina y al mismo tiempo aceptar la «ocupación provisoria» de la Banda Oriental por los portugueses... La guerra había terminado después de más de tres años de lucha, con el triunfo de los portugueses. Los vencedores reunieron, el 18 de julio de 1821, un Congreso Cisplatino, cuyos integrantes se pronunciaron en favor de la anexión con Portugal. En consecuencia, la Banda Oriental pasó a depender del Reino Unido de Portugal con el nombre de Provincia Cisplatina.
Durante el Directorio de Pueyrredón se mantuvo la neutralidad ante la invasión portuguesa a la Banda Oriental, para poder continuar la campaña libertadora sin abrir un nuevo frente. Esta política era altamente peligrosa. Por un lado, permitía debilitar a Artigas y, a la vez, asegurar el Río de la Plata contra una invasión española, pues España y Portugal se encontraban distanciadas y esto impedía a la metrópoli el envío de una expedición a estas tierras, al no contar con los puertos de Brasil para su abastecimiento. Pero esta neutralidad favorecía a Portugal, que terminó apoderándose de la Banda Oriental.
Campaña de Lecor para la toma de la Banda Oriental