Hasta fines de 1813 el sitio de Montevideo siguió sin mayores variantes. Rondeau estrechó el cerco hasta donde se lo permitió el alcance de la artillería enemiga y Vigodet que después del escarmiento del Cerrito adoptó un sistema defensivo de guerrillas.
A mediados de Enero del año siguiente, el ejército porteño se enteró de la derrota sufrida por Manuel Belgrano en Ayohuma y, al poco tiempo, Gaspar de Vigodet recibió tropas de refuerzo procedentes de España.
En esas circunstancias -tan delicadas para la causa de la revolución- Artigas abandonó el sitio de Montevideo el 20 de Enero de 1814 y al frente de unos 2.000 hombres se dirigió a Belén (actual Uruguay, frontera de Entre Ríos y Corrientes).
Se había distanciado definitivamente del Gobierno de Buenos Aires y ante esa actitud el Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas publica un decreto por el cual declara a Artigas traidor y ofrece seis mil pesos fuertes “al que lo presentare vivo o muerto” (14 de Febrero).
Mientras el sitio se prolongaba -dirigido ahora por Rondeau- se deterioraba la situación militar general por:
Mientras se proyectaban negociaciones entre el Gobierno porteño y el español, se hizo evidente que Montevideo no podía ser rendida sin apoyo naval.
Nuevamente el sitio terrestre se mostró ineficaz. La escuadra realista proveía la manutención de la plaza y además castigaba las poblaciones de las costas de los ríos.
A ese efecto se destacó a José de San Martín sobre el Paraná; batió el 3 de Febrero de 1813 a las fuerzas de desembarco enemigas en San Lorenzo (Santa Fe), reduciendo así la penetración naval española y asegurando las comunicaciones del Ejército sitiador con Buenos Aires.