Rondeau estaba a cargo del sitio de Montevideo en la Banda Oriental una vez que Guillermo Brown había vencido a la flota española dejando aislada a la ciudad que no tardaría de rendirse por falta de viveres
Rondeau comandaba 4.000 hombres en el sitio y Vigodet contaba con 5.000 para defender la ciudad. En consonancia con su intención de acelerar la victoria en el frente este, Posadas encargó a su sobrino, el coronel Carlos María de Alvear, nuevas unidades militares. Más de 1.500 hombres fueron enviados al sitio de Montevideo, bajo el mando de Alvear, que reemplazaría a Rondeau al frente del sitio. Sugestivamente, Alvear tomó el mando el día 17 de mayo, cuando la victoria de la flota de Brown ya era completa.
Rondeau estaba preparado para el ingresos a Montevideo el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Gervasio Antonio de Posadas, envió a su sobrino Carlos de Alvear como nuevo jefe para el ejército sitiador, reemplazando a Rondeau en el cargo cuando la plaza se hallaba virtualmente tomada.
El nuevo jefe fue Carlos María de Alvear, militar sin ninguna experiencia o mérito previos, pero con desmedidas ambiciones políticas y que quería para sí la gloria de tomar la ciudad. Para disimular un poco el escandaloso reemplazo, el Director Supremo, Gervasio Antonio de Posadas, ascendió a José Rondeau a brigadier general y lo transfirió como jefe al Ejército del Norte .
Alvear negoció con Vigodet la entrega de Montevideo, llegándose a un acuerdo por el cual los realistas podrían retirarse a España con sus barcos y armas, mientras que los patriotas tomarían Montevideo en depósito, en nombre de Fernando VII. Pero Alvear, amparándose en la falta de ratificación del acuerdo por Posadas, ingresó a la ciudad el 23 de junio, tomando prisioneros a los realistas y capturando todo su armamento.
El 22 de junio las fuerzas realistas entregaron la Fortaleza del Cerro a tropas del Regimiento N.º 2, quienes izaron la bandera rojigualda según lo estipulado en la capitulación. El 23 de junio las llaves de la ciudad fueron entregadas a Nicolás de Vedia, frente a las tropas del Regimiento N.º 6 de Pardos y Morenos encabezado por Miguel Estanislao Soler, tras lo cual las tropas realistas comenzaron a salir por el Portón de San Juan, mientras que las tropas patriotas ingresaban por el Portón de San Pedro encabezadas por Alvear con su escolta y estado mayor. Le siguieron luego el Regimiento N.º 3 de la Estrella (al mando de Juan S. Fernández), Regimiento N.º 9 de Infantería (al mando de Pagola), los zapadores al mando de Holmberg y de Oyuela, la artillería del Regimiento de Artillería de la Patria (al mando de Matías de Irigoyen), 2 escuadrones del Regimiento de Granaderos a Caballo (con Matías Zapiola al frente), el resto del Regimiento de Pardos y Morenos con Francisco Zelada al frente, 4 escuadrones de dragones comandados por Hortiguera y por Pico, un piquete de caballería la mando de Pinto, el Regimiento N.º 8 de infantería, y finalmente Valdenegrro con las fuerzas de vanguardia. El 7 de julio de 1814 el coronel José Moldes presentaba las ocho banderas capturadas a la Asamblea.
Vigodet sería puesto en libertad poco después, junto con todos los oficiales, pero las tropas de origen americano – y africano – y el armamento engrosaron el ejército independentista: fueron tomados 7.000 prisioneros, 500 cañones, 9.000 fusiles y 99 embarcaciones.
La caída de Montevideo significó el fin de la amenaza realista sobre el Río de la Plata, que había durado cuatro años. Y proveyó abundantemente a los ejércitos rioplatenses de armamento, vestuarios y municiones.