Vigodet reclamó al Triunvirato el restablecimiento del tráfico comercial como se había convenido y la pacificación de la campaña, que había quedado despoblada; exigía que Artigas retrocediese y embarcase en Colonia con sus tropas para Buenos Aires, restituyendo los bienes que había llevado en el éxodo el vecindario de la campaña.
El Triunvirato se opuso a las exigencias de Vigodet, que permitía la presencia del ejército portugués en su territorio. Siguiendo instrucciones del Triunvirato, Artigas envió a Asunción al capitán Juan Francisco Arias con una exposición sobre el desarrollo del proceso revolucionario oriental e instrucciones para concertar un plan de operaciones combinadas contra los portugueses y solicitar auxilios en tabaco, yerba y lienzos.
El éxodo oriental llegó a Salto y tardó quince días en pasar las familias que le seguían al otro lado del río.
El 18 de diciembre Artigas envió desde el río Daymán al capitán de blandengues Manuel Pintos Carneiro con 500 soldados de caballería y 452 indígenas charrúas y minuanos a intimar a Maneco el desalojo de Belén, logrando vencerlos en el Combate del Arapey en donde los portugueses tuvieron 50 muertos y 5 las fuerzas de Artigas. El día 21 el pueblo fue recuperado, refugiándose Maneco en las sierras del Yarao al norte del Cuareim. Artigas justificó así la acción que rompía el armisticio.
El 1º de enero el Triunvirato se dirigió a Vigodet para comunicarle que se veía en la necesidad de auxiliar a Artigas para expulsar a los portugueses y le invitaba a que hiciese lo mismo por su parte.
Poco después llegó a Buenos Aires el capitán José Primo de Rivera con la respuesta de Vigodet, en la que hacía saber que no sólo dejaría en libertad de acción a los portugueses en el territorio de la Banda Oriental, sino que impediría que entrasen en él fuerzas de Buenos Aires. Por su parte el general Souza pedía a la Junta, en el caso de que Artigas obrase siguiendo instrucciones de Buenos Aires, se le hiciese pasar a la banda occidental del río Uruguay; y si obraba por cuenta propia, lo declarase rebelde.
La Junta recibió a los emisarios de Vigodet y de Souza bajo la amenaza de los cañones de una escuadrilla fon¬deada en el puerto. Respondió a Vigodet que haría pasar 5.000 hombres a la Banda Oriental, y a la amenaza de la escuadrilla replicó ordenando que fuesen requisadas las propiedades de los españoles.