Programa financiero de Manuel Quintana

Su presidencia se desarrolla en el ámbito del período denominado la «República liberal» o «República Conservadora», marcado por el gobierno elitista del Partido Autonomista Nacional y el fraude electora

A los doce días de haber recibido Quintana el mando, se dictó un acuerdo —que refleja el criterio de Terry— proponiendo:

1) Que toda resolución o decreto que pueda producir un gasto fuera de presupuesto deberá ser comunicado al ministro de hacienda a los efectos de los recursos y formas de pago.
Que todo crédito suplementario o extraordinario a solicitarse del honorable Congreso, será comunicado previamente al ministerio de hacienda.
Que este funcionario informará mensualmente al señor presidente de la República, detallando, por ministerio, esos gastos; informe que deberá ser publicado.

El acuerdo se cumplió.

También se cumplió la disposición que tendía a garantizar la fiel inversión de los millones que anualmente se votaba en forma de subvenciones a favor de los gobiernos de las provincias, municipalidades, corporaciones y con pretexto de edificación u otras obras públicas y de beneficencia. Se exigió el informe previo de un funcionario nacional sobre la naturaleza, existencia, objeto, utilidad y funcionamiento de la corporación o entidad subvencionada, etc.

José A. Terry

José A. Terry fue Ministro de Hacienda luego de la crisis de 1890, bajo la presidencia de Luis Sáenz Peña, y lo sería nuevamente en las presidencias de Julio A. Roca y Manuel Quintana. Era además profesor de la Cátedra de Finanzas en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. 


El ministro de hacienda pudo decir al Congreso al sancionarse el presupuesto para 1906:

"Considerado este presupuesto en sus lineamientos generales, aparece un superávit visible de dos millones de pesos, cuando muy contadas son las naciones que sancionan los suyos sin déficit. Pero hay otro hecho capital. Se destinan para el fondo de conversión, como si fuera un gasto, nueve millones m/n., más 800.000 pesos oro, o sea 11 millones. De esta manera, el país se presenta ante el mundo diciendo: No sólo tengo un superávit de dos millones, sino que dedico 11 millones a un fondo de economía, de previsión, que puede servir para cualquier eventualidad, ya sea para garantir la paz o ya para fijar la estabilidad en el valor de la moneda. Un gobierno que procede en estas condiciones, es un gobierno que merece bien de la patria".

Y el superávit fue mayor de lo previsto.

El fondo de conversión apenas sumaba 752.627 pesos oro en octubre de 1904; tres meses después, a fines de diciembre, era de 3.752.627; en diciembre de 1905 sumaba 11.710.545 y en marzo de 1906 pasaba de los trece millones.