Existía una fuerte inclinación a la lucha contra el poder español entre la población criolla, mestiza e indígena, pero con el pretexto de sofocar las rebeliones de La Paz y de Chuquisaca, los realistas concentraron fuertes contingentes de tropas en el Alto Perú.
En el Alto Perú el mariscal Vicente Nieto era presidente interino de Charcas; Francisco de Paula Sanz era gobernador intendente de Potosí y disponía de elementos suficientes para dominar cualquier intento de subversión; sin el auxilio exterior, los potosinos no estaban en condiciones de intentar su emancipación.
Las noticias sobre la revolución de Mayo en Buenos Aires llegaron a Potosí el 17 de junio y tanto Nieto como Francisco de Paula Sanz y el general Córdoba, con el respaldo del poderío del virreinato del Perú, se dispusieron a la resistencia y a la ofensiva contra Buenos Aires; las cajas de Potosí facilitaron los medios necesarios para los preparativos militares.
Sanz demoró su salida de Potosí. El 10 de noviembre llegó a la ciudad un oficio del vocal de la Junta de Buenos Aires Juan José Castelli anunciando su inminente arribo y ordenando al cabildo el apresamiento del gobernador. La noticia cundió rápidamente en Potosí y el pueblo amotinado pidió cabildo abierto. El patriota Manuel Molina aprisionó al gobernador Sanz en pleno cabildo y lo condujo preso a su domicilio. Vicente Nieto, José de Córdoba y Rojas y Sanz quedaron detenidos en la Casa de la Moneda de Potosí durante un mes.13 Días después llegó a Potosí Castelli. Juzgados en el Cuartel general de Potosí, el 14 de diciembre de 1810 se condenó a muerte . El 15 de diciembre de 1810, a las 10 de la mañana, fueron puestos de rodillas en el atrio de la Iglesia Matriz frente a la Plaza Mayor y fusilados. Sanz recibió una segunda descarga al dar señales de vida
Pero el 7 de noviembre los patriotas atacaron a los realistas en Suipacha y obtuvieron entonces una brillante victoria. Cuando la noticia llegó dos días después a Potosí, el pueblo cobró ánimos, salió a la calle, puso en libertad a los presos y, poco a poco, su fuerza se hizo irresistible. Seis talegas con 1.600 onzas cada una, destinadas a la causa realista, cayeron en manos de los patriotas.
Soldados de la división de Arequipa hicieron fuego contra el pueblo e hirieron a varios vecinos; la masa indignada no pudo ser ya contenida y F. de Paula Sanz fue apresado.
El mismo día de esos hechos fue reconocida la Junta de Buenos Aires, y se constituyó una Junta de gobierno integrada por Juan C. Fernández, Joaquín de la Quintana, Pedro de Arrieta, Casimiro Bravo, Agustín Ametller, Pascual Bolívar, Pedro A. Ascárate, Ygnacio de la Torre y Serapio F. de Arteaga.
Los indios se plegaron a la revolución y, desde Jujuy a Tupiza, 3.000 indígenas se dispusieron al combate y acudieron a transportar sobre sus hombros la artillería.
La Junta de Buenos Aires comprendió todo el valor que tenía para la revolución la adhesión de Potosí y nombró gobernador a Feliciano Antonio Chiclana.
Castelli entró en Potosí el 25 de noviembre y procedió a la depuración de las autoridades del cabildo, respondiendo así a las instrucciones impartidas por la Junta.
La batalla de Suipacha, fue la primera batalla ganada por los patriotas al Ejército realista y se produjo a 25 km de la ciudad de Tupiza, en la población de Suipacha, a orillas del río Suipacha, ubicado en la provincia de Sud Chichas, comprendida en la Intendencia de Potosí. A las once de la mañana se tuvieron a vista ambas tropas y a las tres de la tarde, según noticia del Comandante Balcarce a Castelli, comenzó el combate en que los realistas fueron derrotados.