En Salta el abismo abierto entre peninsulares y criollos se manifestó desde tiempo atrás como fuente perenne de descontento, especialmente en relación con los acontecimientos de la guerra napoleónica.
Las diferencias sociales eran demasiado ostensibles, reflejo de la constitución social del Perú. Por ejemplo, los peninsulares tenían un desprecio pronunciado por los milicianos del regimiento provincial de caballería, cuyos componentes procedían de "la más ínfima plebe, incapaces de poderse hombrear con los varios españoles que están incorporados"
A ese ambiente llegó antes de los sucesos de Mayo el coronel José Moldes, que había regresado de España en enero de 1809 y fue puesto en contacto en Buenos Aires por el coronel mayor Terrada con otros criollos que trabajaban por la independencia.
Moldes se comprometió a trabajar por esa causa, y así lo hizo; en Córdoba tuvo entrevista con Tomás Allende; en Santiago del Estero, con Francisco Borges; en Tucumán, con Nicolás Laguna; en La Paz, con Clemente Díaz de Medina; en Cochabamba, con Mariano Medina, etcétera.
Era gobernador interino de la intendencia Nicolás Severo de Isasmendi, nacido en 1753 en Molinos, Salta, alcalde ordinario de primer voto en 1796; fue designado a mediados de 1809 gobernador por el virrey Liniers. La represión bárbara de los sucesos de La Paz repercutió hondamente en los criollos salteños, que leyeron las proclamas de La Paz, una de ellas escrita por Monteagudo, en la que se demostraba la tiranía del gobierno español.
Jose de Moldes desempeñó diversos cargos luego de la Revolución de Mayo de 1810: a la edad de 25 años fue teniente gobernador de Mendoza, teniente coronel del Ejército Auxiliar del Alto Perú, intendente de Cochabamba, coronel del Ejército Auxiliar del Alto Perú
El ambiente favorable para un cambio político que se presentía inminente abarcó a numerosas personalidades, entre ellas M. Zorrilla, Vicente Toledo, J. M. Quiroz, A. F. Cornejo, Alonso de Zavala, P. José G. de Figueroa, F. Antonio Arias Velázquez, M. Boedo, J. Saravia, José Moldes, J. J. Cornejo, F. de Gurruchaga, G. de Ormaechea.
La noticia de los sucesos de Mayo en Buenos Aires se conoció en Salta el 16 de junio. El cabildo reunido a toque de campana acordó una reunión para resolver, en vista de la gravedad de los hechos, el 19 de junio. Los patriotas chocaron con los realistas y por mayoría se logró la adhesión de la Junta.
El general Vicente Nieto escribió a Isasmendi para que convocase al vecindario y aclarase la situación, pues de otro modo estaba dispuesto a aplicar a los revolucionarios el rigor de la ley contra los traidores.
juan ignacio Gorriti fue nombrado a mediados de 1810, por el cabildo de Jujuy como diputado para representar a la provincia en la Junta de Buenos Aires , a la que se incorporó en diciembre. Reiteradamente pidió la separación de Jujuy de la provincia de Salta,
Reducidos así, acordaron los presos que uno de ellos, Calixto Gauna, se fugase y diese cuenta a la Junta de Buenos Aires de lo ocurrido. En ocho días llegó Gauna a la capital e informó a la Junta, la cual decidió la destitución de Isasmendi y su reemplazo por Feliciano Antonio Chiclana. El 29 de agosto fue elegido Francisco de Gurruchaga diputado al congreso general. Chiclana remitió a Isasmendi a Buenos Aires; posteriormente sufrió la persecución de los patriotas y hubo de refugiarse en sus haciendas del Valle Calchaquí.
El cabildo de Jujuy recibió el 14 de junio la información sobre los sucesos de Mayo en Buenos Aires y vaciló al comienzo entre el temor que le inspiraba el ejército realista que se preparaba en el Alto Perú y su simpatía por la Junta provisional de gobierno. Algunas personalidades locales influyentes, sin embargo, dieron de inmediato su adhesión a las autoridades de Buenos Aires, entre ellas Juan Ignacio Gorriti. Diego José Pueyrredón era comandante de armas de Jujuy. Destacó a Martín Güemes en la Quebrada de Humahuaca, el cual, junto con Juan Francisco Pastor, se convirtió en activo propagandista de la causa revolucionaria. El 4 de setiembre, el cabildo se adhirió a la Junta y fue elegido diputado Juan Ignacio Gorriti. Pero Jujuy estaba, lo mismo que Salta, en la vanguardia extrema y sobre ellas gravitaba la amenaza de las fuerzas reunidas en el Alto Perú por Nieto, Córdoba y Paula Sanz.
Sin embargo, Salta y Jujuy se distinguieron desde entonces, en medio de sus penurias, causadas por la interrupción de su comercio, en el apoyo en hombres y donativos para los ejércitos patriotas.